De Ferreñafe para el mundo. Cuando el Perú tuvo su primera “Señora Mundo”.
Un día como hoy, hace 25 años, la chiclayana Lucila Boggiano fue coronada “Señora Mundo 1989” en Las Vegas. Tal distinción regaló al Perú días de alegría, justo cuando más lo necesitábamos. Era la segunda vez que nuestro país participaba en este certamen, que comenzó en 1985. Desde aquella oportunidad ninguna otra peruana ha ganado este concurso internacional. Huellas Digitales revive aquel triunfo de la belleza peruana.
No fue un martes cualquiera. Las portadas de los diarios de aquel 14 de marzo desplazaron a las malas noticias, para dar paso a un verdadero triunfo peruano. Lucila Boggiano se había coronado la noche anterior como “Señora Mundo”, la mujer casada más bella del planeta. La muchacha de Ferreñafe de 23 años, esposa del ingeniero agronónomo Christian Zoeger Navarro y madre de dos niñas, nos regaló momentos de emoción y alegría, que bastante falta nos hacía.
La noche del 13 de marzo todo el Perú estaba conectado a Panamericana Televisión, otrora canal de los concursos de belleza. Ni el fuerte remezón de 4.5 grados que sacudió Lima, frenó la expectativa que teníamos de saber quién sería la “Señora Mundo 1989”. Uno de los organizadores del certamen contó que el propósito era llevar al mundo la imagen de una mujer de familia, trabajadora que no descuida su belleza y es parte fundamental del desarrollo social. Lucila era la viva imagen de esos propósitos.
La voz de Gonzalo Iwasaki narraba los momentos precisos de la elección. De las 40 candidatas solo dos, la de Perú y Tailandia, se disputaban la corona y los 40 mil dólares de premio. En aquellos años se elegían 10 semifinalistas. Lucila fue la segunda en ser elegida entre las 10 más bellas del mundo.
Minutos antes del resultado final un carismático presentador bromeaba con la hermosa Lucila. Al preguntarle un poco sobre el trabajo de su esposo, ella dijo que era un ingeniero agrónomo, “¡Que romántico! ¿Cultivará rosas para usted?” exclamó el hombre, a lo que ella contestó “No, cultiva hortalizas, camotes, papas”. Las risas no se hicieron esperar. Sin embargo, la pregunta de rigor vendría después ¿Cuál es el secreto para mantener un matrimonio feliz? La mujer de los ojos claros y amplia sonrisa respondió: “Así como a las plantas hay que regarla todos los días, al matrimonio también con mucho amor diariamente”. Sabias palabras que confirmaron la decisión del jurado.
“Atención Perú”
Una persona que vio de cerca a Lucila durante el concurso fue Irma Vargas Fuller, Presidenta de la Asociación de Misses del Perú. Ella la preparó durante la competencia. Como anécdota recuerda los momentos tan tensos que vivió la chiclayana. “Entraba al baño conmigo y me decía que tenía ganas de gritar. Lucila gritaba con toda su alma y para que no pensaran que la estaban matando se ponía una toalla en la boca y gritaba todo lo que podía y de esa forma descargaba el estrés y salía más fresca”. Para Irma, y como para todo el mundo, Lucila merecía el titulo por su pulcritud como persona y ser humano. Y así fue. La belleza exótica de Tailandia no pudo con la peruana.
“Atención Perú, Lucila Boggiano es coronada la señora mundo 1989, la señora casada más bella de todo el planeta” gritaba Iwasaki. Lucila no lo podía creer. Mientras lloraba de emoción, sujetaba con una mano la corona y con la otra el ramo de rosas. A su lado estaba su esposo. Desde aquí los peruanos celebrábamos el triunfo de la belleza peruana. Su pueblo de Ferreñafe también se unió al júbilo y celebró hasta la media noche en la Plaza de Armas.
Después de su coronación en una entrevista telefónica hizo un llamado a todos los peruanos: “Para que con esfuerzo y unión podamos conseguir la paz que tanto anhelamos. Estoy tremendamente emocionada por el triunfo que no solo es mío sino de mi Perú, creo que mi país necesita un poco de alegría en estos momentos difíciles”. Eran las palabras de la reina.
Lucila sí que sabía de concursos de belleza. A los 16 años fue elegida Miss Playa, en 1988 fue elegida Señora Perú, para luego ser la “Señora Mundo”. También la vimos en la televisión coanimando junto a Johnny López el programa “Diga lo que vale” allá en 1982. Hizo todo esto sin dejar de lado su pasión por el atletismo.
La reina llegó
El 18 de marzo Lucila llegó al Perú y el recibimiento fue total. Las llamadas telefónicas no tenían pausa. Todos querían saber y ver a la “Señora Mundo”. En el hotel Diplomat de Miraflores reunió a todos los periodistas, siempre con una sonrisa en el rostro, para agradecer el cariño de todos los peruanos.
Días después viajó a su tierra natal Ferreñafe para ser condecorada con la medalla de oro de la ciudad. Allá le habían compuesto una marinera en su nombre: “Lucila, vales un Perú”. Luego del respectivo baile con el entonces alcalde José Salazar García, la celebración fue trasladada a la Plaza de Armas con un baile popular y quema de castillo. Había motivos suficientes para celebrar.
Días oscuros
Toda la dicha duró hasta 1994, cuando Lucila Boggiano fue citada por la DIRANDRO para explicar su presunta relación con el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera alias “Vaticano”. El libro “Polvo en el Viento” de Hugo Coya cuenta que tiempo después se descubrió que era un psicosocial armado por el régimen de Alberto Fujimori.
El abogado de Lucila, Miro Toledo afirmó sin titubear: “Me obligan a decir que puede ser el presidente Alberto Fujimori”. Pocos olvidan la portada de Caretas donde se ve a Boggiano en el hospital, tras caerse en pleno traslado a la comisaría de mujeres. La señora Mundo entró en una crisis nerviosa y depresión. Cinco días después, luego de retirarle la vigilancia, salió al frente. Por la calle la gente le daba fuerzas: “¡Vamos Lucila! ¡No a las cortinas de humo!” Y la llegada a su casa en Chiclayo fue mejor. Todos estaban con ella, se volvió a sentir como aquella vez, cuando fue coronada nuestra primera y única “Señora Mundo”.
(María Fernández Arribasplata)
Fotos: Archivo Histórico El Comercio
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