A medio siglo de la muerte de Luis de la Puente Uceda
Se cumplen 50 años del fallecimiento del guerrillero Luis de la Puente Uceda, aunque hasta la fecha sus restos no han sido encontrados. El 23 de octubre de 1965, un ataque del Ejército en las alturas del Cusco acabó con su vida y con la del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), organización que fundó con el objetivo de llegar al poder por medio de las armas.
El liberteño Luis de la Puente Uceda nació el 1 de abril de 1926 en Santiago de Chuco, la tierra de César Vallejo. En los años 40 ingresó al ala izquierda-radical del APRA y aún joven su carácter vehemente le trajo consecuencias: el 3 de octubre de 1948, formó parte del levantamiento aprista contra el gobierno de Manuel Odría, pero la insurrección fracasó y fue deportado a México.
En 1956, cuando volvió al Perú, fue apresado y encerrado en la Penitenciaría de Lima. El apoyo del APRA para el triunfo electoral de Manuel Prado Ugarteche, en el marco de la convivencia apro-pradista, coadyuvó a su pronta liberación. Sin embargo, ello no mermó su descontento y posterior salida del partido de la estrella.
¿Cuál era la razón? Prado era propietario del Banco Popular, la aseguradora Popular y Porvenir, además de empresas textiles y otros negocios. El ala izquierda del APRA no veía con buenos ojos que el partido se haya aliado a un régimen “oligárquico” y “servidor del imperialismo”. Por ello, De la Puente y otros partidarios presentaron una moción de censura en contra de la convivencia apro-pradista durante la IV Convención del APRA en Trujillo en 1959.
La moción fue rechazada y De la Puente salió expulsado junto a otros miembros del “Apra rebelde” como Gonzalo Fernández Gasco, Carlos Malpica, Héctor Béjar y Luis Olivera (padre de Fernando Olivera). Así fue como nació el Movimiento de Izquierda Revolucionaria que años más tarde, bajo la influencia guerrillera cubana, llevó a cabo acciones armadas en la sierra norte y sur del país.
El distanciamiento con el APRA se convirtió en rivalidad puesto que consideraba al partido un traidor del pueblo. En una trifulca ocurrida en marzo de 1961 con militantes apristas en la Plaza de Armas de Trujillo, De la Puente mató a Luis Sarmiento Ghiorzo, defensor de su otrora líder político Víctor Raúl de Haya de la Torre. Esto le costó ser apresado y juzgado, pero la justicia lo liberó a los pocos meses ya que los magistrados consideraron que había actuado en defensa propia.
A partir de ese momento, De la Puente y sus seguidores empezaron a preparar sus acciones guerrilleras. Su referencia directa era la guerrilla castrista. En esos tiempos, revolucionarios potenciales de todo Latinoamérica acudían a Cuba a entrenarse y hasta se organizaban carreras para escalar la Sierra Maestra. De la Puente había ganado una de ellas.
Su plan para la captura del poder señalaba que dada la condición del Perú de país predominantemente campesino y por sus características geográficas, la insurrección debía iniciarse en la sierra. De este modo, pretendía canalizar el descontento de la población mediante una revolución agraria, y para ello confiaba en que los propios campesinos se organizarían en milicias de autodefensa y de acuerdo a su nivel ideológico y entusiasmo revolucionario, irían siendo incorporados a las guerrillas zonales o a las columnas del Ejército Rebelde.
Las acciones armadas y de propaganda del MIR empezaron en 1965, pero ese mismo año el asesinato a siete policías en una emboscada le costó una inmediata y letal respuesta del gobierno de Fernando Belaunde Terry. Este le encargó al Ejército la lucha antisubversiva y el Congreso instauró, casi con unanimidad, la pena de muerte para los responsables de los asesinatos.
El día de la caída, los guerrilleros habían asesinado en la hacienda de Amaybamba, de propiedad del señor Ramón Marín, a tres campesinos que se negaron a prestarles ayuda. Al tener conocimiento de este hecho el ejército intensificó el patrullaje en la zona y los encontró. Ese día falleció De la Puente junto a otros ocho miembros del MIR en las alturas de Mesa Pelada, en la Convención, Cusco.
Su viuda, Carmela de la Puente Losno, quien estaba detenida en Cajamarca, recibió la noticia en prisión. Solo le enviaron un álbum fotográfico familiar, sus anteojos y el aro de matrimonio que su esposo llevaba consigo.
Hasta la fecha, salvo un reportaje de la revista Caretas del 2 de setiembre de 2005 que indica que los restos de Luis de la Puente Uceda finalmente fueron trasladados a la quebrada de Choquellohuanca, en Cusco, no se ha podido oficializar su fallecimiento. Lo único cierto es que todos los frentes del MIR fueron desarticulados el mismo año de su inicio, 1965.
(Julio Guerra)
Fotos: Archivo El Comercio
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