Ninia Project: tazas que transforman
Mayo, 2011. En un recorrido por la selva central llego a la Comunidad Nativa Yanesha de Tsachopén, en Oxapampa. En la visita a sus talleres de cerámica utilitaria, una artesana me muestra una vajilla de colores naturales y orgánicos. Quiero comprar dos tazas de color azul. Durante un buen rato busco las que más se parecen… hasta que me pregunta para qué quiero que sean iguales.
—Para que hagan juego— contesto.
—La belleza de la artesanía está en que las cosas sean distintas— responde ella.
Me gusta esa frase y, por supuesto, compro dos tazas sin más peros. Se convierten en mis favoritas para tomar café. Años después una de ellas se cae y quiebra.
Agosto, 2018. Converso en una cafetería barranquina con Deborah Hellequin, una joven francesa que dirige Ninia Project, una empresa que desarrolla vajillas artesanales y joyas en cerámica de alta temperatura con internos del penal Castro Castro. Su lema es: Arte que transforma. Actualmente sus principales clientes son cafeterías de especialidad. Para nuestro encuentro trae una caja con tazas de cerámica de diversas tonalidades, tamaños y formas. Todas son distintas, irrepetibles.
— ¿Y qué hacen cuando reciben el pedido de juegos de tazas similares?
Nuestra especialidad es la cerámica hecha a mano y personalizada. Podemos hacer piezas que se parezcan en algo, pero todas son distintas si te fijas en los detalles. En las fórmulas para obtener los colores, el ceramista desarrolla ciertas combinaciones de ingredientes, pero al final, cuando las piezas salen del horno, siempre te sorprendes. La temperatura hace que el esmalte reaccione de una forma y las mezclas se convierten en otros colores y surgen efectos. Ningún otro ceramista va a poder hacer lo mismo. Cada ceramista es un alquimista.
— Tomar café es hoy una experiencia que va más allá del consumo de la bebida, ¿qué papel tiene la taza en esta experiencia?
Tiene un papel importante porque quién no quiere beber su café en una taza bonita, es por ello que las cafeterías de especialidad buscan tazas personalizadas, con colores y formas que vayan con su propuesta. Pero, además de la forma, las tazas deben tener ciertas características para que el consumo de café sea óptimo. Por ejemplo, las tazas de espresso deben tener un fondo redondo para recibir el chorrito de café que cae de la máquina, con lo cual se preservan todos los aromas. Tampoco pueden ser muy pesadas pero a la vez deben ser lo suficientemente gruesas para mantener la bebida caliente.
Deborah tiene una maestría en análisis de crisis y gestión humanitaria, lo que le ha permitido trabajar en contextos de guerra, emergencias, con refugiados y poblaciones vulnerables en diversos países. Hace cinco años llegó al Perú para trabajar en una ONG que potenciaba las capacidades de poblaciones vulnerables. Fue así como la contactó un señor que le pidió apoyo para capacitar a internos del penal de Lurigancho. Luego, la llevo al penal Castro Castro donde vio que algunos internos trabajaban con cerámica. Observó que había un enorme potencial, pero que necesitaban mejorar sus productos y establecer redes de comercialización fuera del penal. Se propuso entonces formar un proyecto que usara el arte para hacer gestión empresarial con esos internos.
En octubre del año pasado crearon Ninia Project, la marca con la que comercializan sus productos. Y en marzo de este año firmaron un convenio con el programa Cárceles Productivas del INPE, el cual promueve el desarrollo de actividades productivas que permita la reinserción laboral y la resocialización de los internos.
— ¿Por qué cerámica?
Tengo un papá escultor y me gusta dibujar, pero de cerámica no sabía nada, llegó con la visita al penal. Surgió la idea y, a la par, sin proponérmelo, comencé a aprender sobre café. Antes de venir al Perú yo solo tomaba té, pero como iba a trabajar a cafeterías comencé a hacer amigos y a tomar café. Walter Flores, de la Finca La Campiña en Barranco, fue uno de los primeros en hacerle pedidos a Ninia Project y nos dio muchas recomendaciones sobre cómo deberíamos diseñar una buena taza de café. Ahora llevo clases de cerámica en Cotto Designs, donde hay un profesor (Ignacio Guzmán) que visita el taller de cerámica del penal y les da clases gratis a los chicos sobre formulación de esmaltes. Todo se ha ido dando en el camino, las personas se van sumando.
— ¿Qué objetivos tienes con Ninia Project teniendo en cuenta que las cárceles están sobrepobladas y la reinserción laboral para un ex interno es complicada?
Como en cualquier proyecto con el que empiezas a trabajar, no puedes enfocarte en una población muy amplia. Si quieres ayudar a todo el mundo, por más que te esfuerces, no vas a poder, eso es imposible. Lo primero es enfocarte en poblaciones específicas, tener claro quiénes son y por qué quieres trabajar con ellos. En Ninia Project trabajamos con gente responsable, seria, que inspira confianza y que quiere superarse. Comenzamos con dos personas y ahora somos 15. Me he propuesto que este proyecto sea sostenible en dos o tres años, con una buena organización, donde la producción fluya y podamos seguir trabajando con los internos cuando cumplan su condena. Luego, podemos replicar esta experiencia en otros penales.
— ¿Con qué cafeterías están trabajando?
Puku Puku, Finca La Campiña (Barranco), Manu Café (Pucallpa), Coffee and Friends (Ica), BiciCoffee y Harvest (Ica). A ellos les interesa reconocer el trabajo del productor de café y del tostador, por eso te cuentan sus historias y yo se las transmito a los chicos para que sepan que detrás de este proyecto hay gente que, como ellos, está buscando salir adelante.
En la caja de Deborah hay una taza de color azul. No se parece a la que perdí hace unos años, pero hace juego con la que me queda.
NINIA PROJECT
Facebook: @niniaproject
Instagram: Ninia Project
E-mail: deborah@niniaproject.com
De venta: Dédalo Arte, Kani Bazar, La Regalería
¿Quieres seguir leyendo artículos como este? Suscríbete: Aquí