Chan, chan, chan, chan....
Y saltó Jackie Chan a criticar la venta de los dos bronces chinos en París, calificándola de “vergonzosa”. Demandó que las piezas sean devueltas a China ya que se trata de “tesoros nacionales”. Acusó a los países occidentales de llevarse las reliquias culturales de naciones como China, Egipto y Camboya “con el pretexto de que lo hacen solo para preservarlas”. “Son objetos robados, no importa a quién se lo vendieron. Quién lo sacó de China también es un ladrón”, dijo muy molesto.
Por cierto, Jackie (mi mamá lo adora) empezará a filmar una nueva película sobre la búsqueda y recuperación de reliquias robadas del antiguo Palacio de Verano. ¿Irá a buscar en los museos, ciertas universidades y casas de subastas?
Pero la verdadera patada de kung-fu la ha dado el gobierno chino a la Casa de Christie’s, la cual podría enfrentar problemas para continuar sus operaciones en China. Las autoridades de este país acaban de anunciar que “limitarán las operaciones y exportaciones de antigüedades de Christie’s en China”.
“En los últimos años, Christie’s ha vendido patrimonio cultural saqueado o contrabandeado de China, y todos los objetos fueron sacados de forma ilegal del país”, denunció la Administración Nacional de Patrimonio Cultural.
“Seguimos pensando que la venta en subasta pública ofrece la mejor oportunidad para que los artículos sean repatriados como resultado de una exposición mundial”, respondió la casa de subastas en un comunicado.
El miércoles se subastaron las dos esculturas de bronce que China reclama como suyas, una rata y un conejo, animales del zodiaco chino. Ambas cabezas del siglo XVIII fueron robadas en el saqueo del Palacio de Verano (Yuanmingyuan) durante la segunda Guerra del Opio en 1860 por tropas francesas y británicas.
Finalmente se vendieron por 35 millones de dólares a un postor telefónico no identificado. Aquí pueden ver más información.
Hasta el momento se han encontrado 7 de las 12 cabezas originales que formaban parte de un reloj de agua de una gran fuente que adornaba la residencia imperial de verano. Hace nueve años, las cabezas de un buey, un mono y un tigre aparecieron en una subasta en Hong Kong.
El gobierno chino a través del conglomerado Poly Group compró las tres esculturas y las trajo de vuelta al país. Otras dos cabezas, las de cerdo y caballo, fueron adquiridas por el magnate de los casino de Macao, Stanley Ho, quien las donó a los museos de Beijing.
Sin embargo, como los empresarios chinos están dispuestos a pagar sumas elevadas para recuperar su patrimonio cultural, el precio de las piezas chinas sigue subiendo, lo cual resulta contraproducente.
Eso nunca le pasará a las antiguas piezas peruanas que se encuentran en colecciones privadas, grandes museos y hasta prestigiosas universidades, siempre en el exterior. ¿Habrá que contratar a Jackie Chan?