Amantología
Debo confesar sin ningún arrepentimiento que me he convertido en una experta “amantóloga”. De un tiempo a esta parte me he sumergido en la ciencia de la “amantología” –siempre en la teoría y nunca en la práctica- para conocer el submundo de las amantes y los amantes en China. Marzo ha sido el mes del destape.
El mes comenzó con una columna titulada “Feliz Día del Amante”. La Asociación de Amantes de China anunció que celebrará cada 3 de marzo el “Día del Amante” por lo significativo de la fecha 3/3
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Este es el sitio WEB de la asociación que dice defender los derechos de la amante –especialmente las “xiaosan” y buscar su profesionalización
Y este último domingo publicamos “La Nueva Era de las Concubinas”, a partir de las historias de dos íconos de la amantología moderna, la reina de las amantes Li Wei, y la amante diplomática Deng Xinming.
Li y Wei encarnan los dos tipos más conocidos de amantes chinas: las “ernai” y las “xiaosan”, respectivamente. En la práctica ambos términos son sinónimos pero existen ciertas diferencias, según expertos en la amantología.
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Los tiempos de bonanza en China han traído consigo mayores exigencias a los hombres de este país. Para casarse, las futuras esposas ponen como condición que sus futuros maridos tengan una casa, un buen trabajo y ahorros en el banco.
Pero las amantes son mucho más exigentes aún. Las “ernai” y también las “xiaosan” -que están en camino a la profesionalización- piden a cambio un departamento, un auto, regalos suntuosos y tarjetas de crédito sin límite a los hombres casados que las asedian.
Hace unos años el Banco Huaxia lanzó una tarjeta de crédito con características tan especiales que los amantólogos aseguraron que estaba dirigida a las “ernai” y sus poderosos amantes.
La campaña publicitaria anunciaba que era una “Tarjeta para la Chica Bonita” y que el banco “comprendía el corazón de una belleza”.
Rezaba el anuncio:
Y como tener amantes es símbolo de estatus desde tiempos inmemoriables en China, una nueva generación de concubinas modernas está conquistando el poder, además del dinero.
Según cifras oficiales, el 95% de los funcionarios chinos acusados por corrupción tenía más de una amante. Algunos confesaron que lo hicieron para satisfacer a sus amantes y poder brindarles la vida de lujo que ellas demandaban.
Ella, la poderosísima emperatriz Cixi, a sus 60 años también tenía amantes, incluso jóvenes extranjeros, según reciente libro publicado esta semana en Hong Kong que abrirá el debate.