Ser ‘líder’ no certifica ser el mejor
Hay quienes creen que por estos días que el ‘liderazgo’ es una virtud deportiva cuantificable. Muy discutible. Se le pondera, se le sobrevalora, da la impresión que basta con meter ‘cinco ajos y cebollas’ para marcar la diferencia con otros de la misma jerarquía o también, si no puedes jugar, con pararte en el banco y mover las manos como ‘mimo’, de preferencia más que tu técnico que está al costado, para que vean que tienes ascendencia sobre el grupo. Listo, ya eres más ‘crack’ que una hora antes, sobre todo si tu equipo gana el partido. Sin duda el liderazgo ayuda a ganar cosas, mas no define supremacías, mucho menos las históricas. Como dicen los astrólogos cuando nos engatusan con su horóscopo: “Influye, pero no determina”.
El liderazgo es una cualidad psíquica de la personalidad, valiosa en todo ámbito laboral, pero el de cabeza más fuerte no necesariamente es el más dotado en algún deporte, sino el uruguayo Paolo Montero o cualquier futbolista alemán serían los mejores de la historia. Si fuera por liderazgo, entonces Alan García, con 35 años, debió haber jugado las Eliminatorias del 85 junto a Cueto y Cubillas, en vez de ser Presidente de la República, seguro, para algunos, nos llevaba a México ‘86.
A mí no me importan los liderazgos en el deporte para elegir quién es el mejor en tal o cual, me interesan para creer en la solidez de un equipo, que no es lo mismo. Un ejemplo claro es la Libertadores de este año. No necesito esperar la final para entender que Nacional de Medellín, por fútbol que es lo que realmente vale, es el mejor equipo del torneo con una ventaja ‘criminal’ sobre el resto. Es probable que juegue esa final con Boca sí, y no es descabellado que la pierda, ya sabemos que, si de instancias decisivas se trata, los colombianos tienen la cabeza más frágil que un recién nacido. Claro, sale campeón Boca -no importa si es a las patadas- y todos dirán: “Justo campeón”. Sí. En el acontecer diario y universal, no hay muerto malo ni campeón feo, Portugal es el mejor ejemplo: Ganó la ‘Euro’ y ahora resulta que para todos “fue justo” pese a empatar en los 90’ seis partidos de siete. “Es que defendía bien”, dicen. Ya.
Federer vs Nadal
Llevemos esto al tenis. Federer es la expresión más clara del arte llevado a ese deporte: un genio, más allá de la infinidad de récords logrados, el mejor de la historia para la mayoría, no solo para mí, entiendo. Pese a ello, no se puede discutir que Nadal tiene una ‘cabeza de piedra’, superior a la del suizo. Ese tipo puede ir: 0/6, 0/6 y tercer set ‘match point’ e igual está convencido que va a ganar. Pero, ¿por eso y porque tiene una cantidad de logros también importante tengo que pensar que es mejor que Federer? La fuerza del fervor nunca será más valorable que la del talento puro. Nadal, ahora que casi ni juega, podría dedicarse a torcer cucharas con la mente, mismo Uri Geller, eso igual lo haría bastante bien, o quizá mejor.
¿Natalia o Gaby?
Pero pasemos al vóley y revisemos. Natalia Málaga ganó las mismas cosas a nivel de selección que Gaby Pérez del Solar y Cecilia Tait en el equipo más triunfador que tuvimos en la historia. Demostró hasta hoy que era más líder que las dos juntas, te mete un par de ‘ajos’ que hasta los de la banda de ‘Los Destructores’ podrían irse corriendo si la ven. ¿Y qué? ¿Es la mejor voleibolista peruana de todos los tiempos, acaso? Gaby hablaba menos que cobrador de peaje, igual fue la mejor, solo Cecilia podría disputarle el cetro.
Obviamente si yo fuera entrenador de fútbol siempre buscaría a los de cabeza fuerte, a los de personalidad ‘dura’ por encima de los habilidosos ‘a granel’, ‘cracks de recreo’ que suelen abundar en cantidades industriales y que en la alta competencia ‘aflojan’. Eso siempre lo reclamo, lo deseo para Perú. Ganaríamos más partidos, seguro, ahí no hay contradicción. Pero anteponer valorativamente a estos mismos elementos de personalidad sólida, a la hora de elegir, por encima de un ‘genio’ auténtico, jamás.
¿Cristiano vs. Pelé? Nunca
¿Hablamos de nuevo de Messi vs. Maradona? No, ya no, el tema está agotado. Hoy quieren comparar al ‘diez’ de Barcelona con Cristiano, un ‘sacrilegio’, paradógicamente. Ahora resulta que el portugués ‘líder’ también es. Y todo por pararse al costado de la cancha y gritar un par de veces: “¡Tú acá!, ¡y tú allá!”, sus adeptos ya están colocando al entrenador Santos en el plano de un virtual ‘monigote’ para darle mayor relieve al jugador . No, ya es por demás, baste decir que a ‘CR-7’ en el mundo nadie lo comparó con Maradona, con Pelé menos (si encuentran un reportaje con esa polémica, pásenmelo, pago por ver), a Messi todos. Por algo será, ¿no creen?