Cremolada de mis amores
Hace poco solté un sondeo inocente en Facebook. Fue una pregunta bastante simple, la verdad. Tanto, que esperaba recibir solo algunas respuestas por simpatía. Me equivoqué.
“¿Cremolada o raspadilla?”
Ajá. Parece que la cremolada despierta más pasiones de las que una imagina: fue la opción ganadora, por lejos (querido lector, por supuesto que puedes enviarme tu respuesta a esta interrogante, aquí te dejo mi correo: nsugobono@comercio.com.pe). Sucede lo siguiente: yo no tenía idea de qué hay detrás de un buen vaso de cremolada. Intuiciones, tal vez, pero realmente nada claro. Así que recurrí a la experta, mi amiga Angélica Obregón, más conocida por la marca que ha desarrollado con su nombre (Cremoladas Angélica).
A Angélica la conozco hace ya un tiempo; de hecho la entrevisté en Somos el año pasado a propósito de Mistura. Esa vez Angélica me dijo:”Para una buena cremolada necesitas buena fruta, que no esté ni muy madura ni muy verde. No usamos hielo: haces el néctar con cada fruta y lo congelas con el mínimo de agua y el mínimo de azúcar. Así es como salen ricas”, explica. Fui a comprobarlo.
Preparamos dos: una de pura fruta (mango) y otra de fruta y leche (fresas con leche). Aquí les dejo las recetas de ambas, adaptadas para prepararlas en casa. No hay excusa para no intentarlo. Ahora entenderán por qué.
Cremolada de mango
Para 4 vasos, bien servidos:
-2 mangos grandes (entre 1 kilo y 1 kilo 200)
-2 cucharadas de azúcar blanca
-Entre taza y media y dos tazas de agua (si el consumo es instantáneo, se puede reemplazar el agua por hielo, misma cantidad). Debe quedar como un puré, no como un jugo.
El procedimiento es muy sencillo. Pelar los mangos en trozos grandes y licuarlos junto al agua y el azúcar hasta que quede una mezcla uniforme.
Colocar todo en un recipiente y llevarlo a la congeladora durante una noche. Al día siguiente, al momento de servir, remover la mezcla con una cuchara o incluso volver a licuarla, para que esté más cremosa.
Cremolada de fresas con leche
Para 4 vasos, bien servidos.
-1 kilo de fresas
-Media taza de azúcar blanca.
-Aprox. media lata de leche (sin agua).
Limpiar las fresas y licuarlas junto al azúcar y la leche hasta que quede una mezcla uniforme.
Tal cual hicimos con el mango, colocar todo en un recipiente y llevarlo a la congeladora durante toda una noche. Al día siguiente, al momento de servir, remover la mezcla con una cuchara o volver a licuarla, para que esté más cremosa.
No olvide invitar, eso sí.
Las gracias a la amable Angélica y a Cae Piedra, sacrificado fotógrafo a quien debo la sesión de hoy. Pueden ver más de su trabajo aquí: jcpiedrafoto.blogspot.com
Más de mí, por acá: @nsugobono