Retratos
Fue un discurso conmovedor. Los asistentes al taller aplaudieron mientras yo festejaba la edición de mi próximo e inminente poemario, “Retratos de mi padre”. Conté un poco de que se trataba y del dolor que para mi significaba que él se haya muerto el año anterior. Al visitar su casa por última vez escribí aquel poemario que me distrajo de la novela que estaba escribiendo.
“Retratos de mi padre” (a publicarse a fines de mayo) son los recuerdos de él y de mi madre y de aquello que no se recuperará jamás: La vida de él, la memoria en retirada de ella, las pérdidas múltiples en sucesión, sin tregua…Mientras veo una foto de escritores dando el rostro para afirmarse (todos quieren exhibirse en el círculo para existir) en una Feria Internacional del Libro, pienso en las desventuras recientes de este pichón, los grandes y pequeños desgarros…Pienso que aquellos, los que saltan en la foto como peces platinados existirán en cincuenta o cien años, mientras…
Pensaba en todo esto al releer el diagramado de “Retratos de mi padre”, tratando de convencerme y de convencer al resto que no es más que un homenaje y que el valor literario (escaso o no) importa poco. Publicarlo como un homenaje al viejo es un pretexto que me salva de los golpes de la indiferencia o de la crítica con leche agria. Un homenaje suena a prevención, a sombrilla, paraguas, amortiguador.
Pero no es todo. Al releerlo sobre aquel diagramado y ver la pintura de la caratula aparecen también los instantes que con él viví, sus vértebras colapsadas, su paso cansino y su flacura de palo. Su infinita tristeza de final inexorable. Difícil comulgar con la memoria de la decadencia o de la muerte, con el declive que signa y arrastra hacia su reino oscuro.
En fin, no se trata de bucear en las sombras y menos antes del nacimiento de un libro al que ya di por muerto desde su edición sino de, injustificada o desatinadamente, pactar con la luz. Boberías de prepublicación, dice L, mientras examina mis poemas y trata de alentarme. “Tienes razón”, le digo, apenas siguiéndole la corriente.