¿Y ahora, a quién insultamos?
¿Y ahora, a quién insultamos? me decía vía twitter uno de ustedes, con no poca ironía. Y sí, pues, no mentía. Desde hacía mucho, Piero Alva se había convertido en el jugador más resistido de la hinchada. Su mala relación con algunos jugadores y la dirigencia -acompañada por una oferta de Sporting Cristal- precipitaron su partida. A Piero se lo odiaba o se lo aplaudía, con él no había medias tintas. Así fue desde la primera vez que se puso la crema. Así también se lo recordará. Alva es de esos jugadores al que después de una jugada puedes aplaudir hasta enrojecer tus manos o recordarle su familia entera. Origen de mil tardes de migrañas colectivas por su individualismo extremo, estilo nacido de su afición por jugar con la cabeza enterrada y entregar servicios sin destinatario conocido, ha sido también héroe de jornadas inolvidables, como la definición del campeonato 2009, así como gestor del tricampeonato de fines del siglo pasado, cuando al lado de Eduardo Esidio integró una delantera de miedo que hizo trizas a todas las defensas locales.
Con el paso de los años, su juego adquirió más sentido colectivo, se retrasó unos metros y pasó a la banda izquierda para convertirse en una suerte de ventilador, que apoyaba en la marca e intentaba darle salida al equipo por ese sector. Pese al respaldo recibido por técnicos tan disímiles como Juan Reynoso y José del Solar, sus conocidas torpezas acentuaron la relación de amor y odio que se generó con la hinchada, que asi como festejaba a rabiar golazos como aquel de tijera que anotara en Matute hace dos años, lo insultaba sin piedad tras un contragolpe frustrado luego de un balón tontamente perdido.
Si Alva no estaba contento en Universitario hizo bien en irse. Está en su derecho de buscar tranquilidad económica y emocional. Aunque para algunos su partida significará sacarse un peso de encima, creo que el equipo se debilitará defensivamente. No veo un jugador que pueda repetir su ida y vuelta por esa banda, ni que a esa sacrificada labor le añada el gol que tenía.
Con él se fue Johan Vásquez, un volante que nunca se terminó de asentar y al que, en definitiva, pocos extrañarán en Ate. Otro que podría dejar la institución es José Mendoza. El resto, en principio, se queda.
PATAS ARRIBA
Dejando de lado lo futbolístico, las salidas de Alva y Vásquez ayudarán a aliviar la planilla mensual porque poco no ganaban. Por eso no entiendo la contratación de Walter Fretes, un jugador que no debe ser barato y cuyo puesto está cubierto con largueza. Pese a los desmentidos de Enrique Sánchez y Gonzalo Iwasaki, el paraguayo llegó a un acuerdo con la dirigencia la semana pasada. El problema fue que nadie le informó del arreglo a Chemo y cuando este se enteró ardió Troya. ¿Por qué traer a un suplentón al cual, además, no se le podrá utilizar seguidamente, toda vez que solo podrá jugarse la segunda ronda con tres extranjeros en cancha?
Según diversos medios periodísticos, el representante de Fretes es Jorge Ciarlone, un agente de ingrata recordación en tienda crema, ya que fue el proveedor de la más grande constelación de paquetes que llegara al club a mediados de los noventa (Celso Guerrero, Jacinto Yrala, Edgar Denis, etc.). ¿Qué relación existe con este personaje? ¿Cuál es el afán de traer a un jugador que no ha sido pedido por el entrenador? O, cambio la pregunta, ¿alguien duda de que la dirigencia sigue patas arriba?
El W.O. en favor de Sporting Cristal es otra patada al hígado a la hinchada. Aquí no interesa si la Comisión de Justicia de la ADFP obró mal o bien, sino que un club como Universitario haya caído tan bajo para involucrarse en un caso como este.
Cuando se anunció días atrás que habrían cambios en la junta directiva, supuse que Julio Pacheco había entendido que necesitaba rodearse de gente capacitada y proactiva a fin de enmendar tanto estropicio cometido. Por eso lo de Fretes se hace más absurdo aún. Y sigue sin resolverse el asunto con la Sunat, en tanto que las deudas con el plantel ya empiezan a acumularse.
Solo me queda repetir la frase que dejó Chemo el último miércoles:
“Tenemos que salir campeones con los que quieran estar acá”.
Y le añadiría una de mi cosecha: Que los dirigentes hagan también su tarea.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos.
P.D. Respecto al rendimiento del equipo Sub 20, no desesperen. Nuestro fútbol, aunque duela repetirlo, está en la cola de Sudamérica, y en la ‘U’, además, no se ha trabajado bien en los últimos años. Este torneo debemos mirarlo pensando en el futuro, en lo que necesitamos para que las divisiones menores mejoren su poderío. Polo, Mimbella y Flores son tres muestras de que material existe, solo falta potenciarlo.