Por eso somos cremas
Pasar del cielo al infierno y viceversa es una constante en la historia crema reciente. No hay otra manera para explicar el papelón ante Alianza Atlético y la gesta del Callao, ocurrida apenas unos días después. Caminar por la cuerda floja, con los ojos vendados, pero con un corazón gigantesco parece ser el mandato divino para quienes palpitamos por Universitario. Más allá del resultado ante Cristal, mi impresión es que a este grupo que sale al verde como puede, y cuando puede, hay que perdonarle todo.
Llevo casi dos semanas fuera del país y conseguir informacion sobre la U, a pesar de la extraordinaria conectividad de nuestros tiempos, ha sido angustiante. No pude ver el partido -el cable de mi hotel romano solo mostraba repeticiones del Calcio y un aburridisimo encuentro del fútbol arabe-, así que saber de nuestra suerte en la Sudamericana fue un martirio. He leído que jugamos horrible, que Godoy Cruz mereció mejor suerte, esa que tuvimos para empatar sobre la hora y que nos permitió esa clasificación de infarto en la definición por penales. Pero somos nosotros los que estamos en cuartos, con un club que se cae a pedazos, culpa de dirigentes de medio pelo que ofrecen grandezas y solo concretan mentiras.
Aquí hemos hablado mil veces de los errores de Chemo, de las torpezas de algunos jugadores, de lo mal que suele jugar el equipo casi todas las semanas. A la luz de todo lo sufrido, creo que ellos son los que menos culpa tienen. Si el club se desmorona cada segundo es por culpa exclusiva de un grupete de personajes que fungen de directivos, cuya única misión parece ser hundir lo mas que se pueda a la U.
En unos días estaré de regreso y habrá oportunidad de extendernos un poco mas.
Espero sus comentarios. Un abrazo para todos
ACTUALIZACION, 24-10-11, 2:48 am. La derrota ante Cristal no debe hacernos bajar la cabeza. Jugar en las condiciones en que lo están haciendo los muchachos es heroico. De otro lado, agradezco los buenos deseos y consejos de algunos de ustedes sobre como ver el partido por Internet. Lamentablemente, la conectividad en algunos hoteles no es la mejor y en esta parte del mundo no abundan las cabinas como en nuestro país. Agradezco también a mi amigo Jaime Cordero quien me ayudo a colgar el post desde Lima. En unos días estoy de vuelta. Un abrazo para todos.