Cinco momentos que encendieron nuestra pasión
Cada quién tiene una historia de cómo se enamoró de Universitario. En mi caso, como he escrito varias veces aquí, el culpable fue Oswaldo ‘Cachito’ Ramírez, autoridad máxima del gol de los setentas. Fue, desde el inicio, un amor intenso, dominguero, donde además de alegrías no escasearon las lágrimas. Años después, los sombreros de Germán Leguía le pusieron brillo y las carretillas del Puma Carranza infinitas dosis de pasión.
Los momentos que construyeron nuestro hinchaje no son iguales. Se mezclan sonrisas con situaciones dolorosas, a veces tristísimas aunque, como todo crema sabe, las más angustiantes solo consiguen hacer indestructible ese romance sin fecha de expiración.
Elegir cinco de esas jornadas, de esos instantes, de esos segundos es injusto. Demasiado injusto. Quizás si volviera a hacer una lista mañana, en unas semanas o meses, la lista sería otra. No lo sé.
Aquí les dejo las cinco que he elegido:
1. El 6-3 a Alianza en Matute
24 de febrero de 1979. Universitario había conseguido su clasificación a la Libertadores con angustia. En el debut enfrentaba al bicampeón, al equipo que lucía a las estrellas del Mundial de Argentina. A los Cubillas, Cueto y La Rosa, se enfrentaban los Cuéllar, los Leguía y los Gastulo. Un tempranero autogol del ‘Gato’ presagiaba una tarde de horror, pero Zuluaga trajo tranquilidad. Y ahí nomás, Adriazola y Luces pusieron el 3-1 impensable. Ravello redujo la diferencia y Juan José Oré colocó el 4-2. Illescas volvió a levantar los ánimos aliancistas, hasta que Adriazola -otra vez- y el ‘Chivo’ Neyra consolidaron una goleada histórica.
2. El triunfo sobre Peñarol en el Centenario
16 de abril de 1996. La ‘U’ ardía. En plena Libertadores, los problemas internos la zarandeaban. Sergio Markarián había renunciado y la dirigencia le dio la conducción del equipo a ‘Pichicho’ Benavides. El rival era Peñarol, en el mismísimo Centenario, y para seguir con vida solo servía ganar. Óscar Ibáñez, Juan Manuel Olivares, Pepe Espinoza, Álvaro Barco, Edson Domínguez, Martín Rodríguez, Gabriel González, José Carranza, Eddy Carazas, Luis Guadalupe y Álex Rossi integraron ese equipo que plantó cara a los encabezados por Pablo Bengoechea. El ‘Diablo’ Carazas y Carlos ‘Mágico’ Gonzales marcaron los goles esa noche. Recuerdo que el partido lo vi en la redacción de El Comercio, agarrado del respaldar de una silla. Pensaba que en cualquier instante me iba a dar un ataque al corazón.
3. La galopada de Rossi
19 de noviembre de 1995. La ‘U’ enfrentaba al millonario Cristal, el club repleto de estrellas que esa tarde, desesperado, usaba los centros llovidos para encontrar una cabeza salvadora. Un despeje de Portilla dejó la bola quedó picando en mitad de campo crema. Alex Sandro Rossi fue por ella. Jorge Soto partió detrás suyo. El brasileño parecía correr más que el viento, pero el ‘Camello’, en pocos trancos, ya le respiraba el hombro. El brasileño se fue abriendo sobre su izquierda y al llegar al área apareció Balerio, inmenso e intimidante. Superarlo parecía imposible. De pronto, en menos de un segundo, Rossi halló la fórmula: cambió de pie y metió la punta del derecho abajo. Le salió un globo perfecto que superó el achique del portero. Un golazo que hoy, 27 años después, seguimos gritando.
4. Beto en el reino de los cielos
25 de junio del 2000, Cerro de Pasco. A segundos para el final, la ‘U’ le arrancaba un empate a Unión Minas en su casa, cerquita al cielo. Luis Alberto Carranza, el Beto, con gorrito y guantes para el frío, marcó el empate y retrocedió hasta su cancha para aguantar el 1-1. Cerca de su área recuperó una pelota, midió a un rival que lo seguía y la picó en diagonal. Cuando cruzó la mediacancha ya había superado a dos jugadores. Siguió alargando la bola, pegado a la raya, y se encontró con el área grande. Le hizo un túnel a un defensor y sobre la salida del arquero, metió un puntazo abajo que se metió junto al primer palo. Golazo. ¿Y el Beto? No detuvo su carrera, continuó corriendo, hasta que la reja que lo separaba de la hinchada le recordó que acababa de correr 60 metros a más de 4 mil metros de altura. Ahí se desvaneció. El doctor Alva corrió con oxígeno, mientras sus compañeros lo abrazaban y, sin quererlo, lo ahogaban. Era el 2-1 definitivo. La U era campeón del Apertura y el Beto se había convertido en el rey de los cielos.
5. Cuando cabeceamos con Denis
4 de octubre del 2018. Nos íbamos a la baja, sin escalas y con merecimiento. Pero a la ‘U’ no hay que darla por muerta y esa noche, en el Nacional, estuvimos todos. Cantamos, gritamos, lloramos, empujamos a Germán Denis para que se zambullera como un delfín entre el mar de camisetas huancaínas y clavara de un frentazo el gol más celebrado de los últimos años. Si ese 2018 no nos fuimos a Segunda fue por ese cabezazo y por los miles que estuvimos alentando, desde las tribunas y nuestras casas. Los que cabeceamos con el ‘Tanque’. Los que nunca nos rendimos.
¿Cuáles son sus cinco momentos?
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