Los recursos de Cantoro
Quienes han seguido la carrera de Tiago Cantoro saben que en la Reserva sacaba hasta los laterales. Era el líder y el goleador. Y a la hora de los tiros libres nadie le sacaba la pelota.
Sin embargo, cuando quedó frente al balón en el último minuto del partido ante Sport Boys, muchos pensaron que tiraría un centro. El área de Álvarez era un revoltijo de camisetas granates y rosadas, que entre roces y empujones aguardaban la resolución carcomidos por la ansiedad.
Antes del disparo, Compagnucci lanzó un anzuelo: sacó a Corzo e hizo ingresar a Piero Guzmán. “Va al cabezazo”, pensamos todos. Aunque Novick y Santillán le habían dejado el encargo al hijo de Mauro, nadie apostaba por un tiro directo. Cantoro como ejecutor de faltas no estaba en los planes de nadie. Además, una cosa es patear tiros libres en la Reserva y otra hacerlo en el último minuto de un partido clave, ante un rival de toda la vida, en su cancha y con la necesidad imperiosa de ganar. Un jugador menos comprometido metía el centro y zafaba de la responsabilidad. Tiago, no.
Hay que tener “mucho huevo” , escribió Germán Alemanno en Twitter. El hijo de Mauto los tuvo.
La ‘U’ ha ganado un partido que quizás no merecía. Ha manejado el balón, ha insinuado peligro, pero quien generó más ocasiones fue Boys. Las ideas volvieron a escasear, la incapacidad de ser profundos llegó otra vez hasta la desesperación. Hostigaba Boys, que neutralizó a Quispe y aburrió a Quintero. Creó peligro por los costados y con el juego por alto. En la crema destacó Polo al inicio, cuando alargaba la pelota y picaba. Lamentablemente, sus centros no encontraban al 9 que la anidara porque el aporte de Larios fue intrascendente. Ni con pelota parada, crucial ante Alianza, se hacía daño.
Carvallo, otra vez, fue fundamental con manotazos en momentos clave. También Andy, bloqueando dos pelotas con aroma de gol casi desde la linea. El ingreso de Novick aclaró el panorama, le dio aire a la volante, inyectó algo de entusiasmo, pero fue insuficiente. Con él de enlace, Quispe se corrió primero a la izquierda y luego a la derecha desde donde arrancó en la jugada que derivó en el tiro libre salvador.
El panorama no cambió mucho en relación al Clásico. La U sigue siendo el equipo insípido al que le cuesta un mundo llegar con claridad al área contraria. En Matute fue consciente de sus defectos y priorizó sus pocas virtudes. Ante Boys fue incapaz de asumir el papel de favorito y se vio incapaz de superar a un equipo marchito, aunque trabajador y corajudo.
Nada de eso, sin embargo, nos quita la felicidad. Un triunfo ante Grau este sábado, en el Monumental, volvería a meter a la U en la pelea. Las armas no sobran, lo que abunda es lo que señaló Alemanno. Y mucho, mucho corazón.