Unas baldosas generan electricidad para iluminación cada vez que se pisan
Por Pamela Montes I. Durante los Juegos Olímpicos de Londres, entre julio y agosto del año pasado, la británica Pavegen instaló 12 baldosas en uno de los transitados corredores de acceso al Parque Olímpico. Como resultado, esas plataformas recibieron 12 millones de pisadas que generaron suficiente energía para cargar 10.000 teléfonos celulares por una hora o hacerse cargo del 50% de la iluminación de un escenario deportivo.
Desde entonces, esa compañía ha convencido a empresas e instituciones de que su piso inteligente no es un prototipo interesante poco viable, sino una solución sustentable para aprovechar la energía que desperdician millones de personas que caminan en las grandes ciudades.
Las losetas Pavegen fueron creadas en el 2009 por el diseñador británico Laurence Kemball-Cook. Miden 45 cm x 60 cm y se hunden unos 5 mm cada vez que son pisadas.
Este impacto genera siete vatios que pueden ser utilizados inmediatamente para mantener encendidas lámparas LED o avisos luminosos. Esa energía también se puede almacenar en una batería y cargar, luego, teléfonos celulares y tabletas.
“Este es un excelente ejemplo de cómo aprovechar la energía cinética y transformarla en electricidad. Toda fricción y rozamiento genera energía por la diferencia de temperaturas en el impacto y existen movimientos que de todas maneras generarán energía. Por eso ya existen pelotas de fútbol que acumulan energía en cada pase, o los autos híbridos que se abastecen de energía en el movimiento de freno”, explica a El Comercio Carlos Zárate, ingeniero mecánico y físico, asesor del Centro de Tecnologías Ambientales (CTA), del Senati.
Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, una persona da, en promedio, 4.000 pasos al día. De acuerdo a Pavegen, cada paso sobre el pavimento común pierde la oportunidad de iluminar una luz LED de la vía pública durante 30 segundos.
Urbes sostenibles
Antes de los JJ.OO. de Londres 2012, Pavegen ya había llamado la atención de los británicos en distintos eventos medioambientales donde los asistentes se involucraron con la generación personal de energía.
Un colegio y una universidad también tienen baldosas en forma permanente. Durante la Maratón de París de este año se instalaron 176 azulejos en 25 metros cuadrados cerca de la meta en los Campos Elíseos. Con la energía generada se iluminó los paneles en el área del evento.
“Este proyecto podría funcionar muy bien en zonas de alta carga peatonal como el Jirón de la Unión, el Circuito Mágico del Agua y, por qué no, en el Estadio Nacional. Allí cada persona salta sobre su sitio para apoyar a su equipo o en un concierto. Si se usa esta energía, puede verificarse un ahorro sustantivo en gastos de alumbrado”, concluye el experto Zárate.
El cerebro de Pavegen visitó Brasil durante la Cumbre de la Tierra en junio del 2012. Allí explicó que el proyecto está en una fase inicial y espera que la producción en masa en los próximos años reduzca el costo de cada baldosa a US$50.