El fútbol de menores ofrece a menudo escenas de lo más curiosas. En más de una ocasión los niños dan una lección a los mayores sobre valores, solidaridad y respeto por las reglas de juego. Pero además, también hay algunos pequeños que suelen llamar la atención por algún detalle.
Este es el caso de Ulises Cáceres Martínez, un niño de 6 años, que se ha vuelto famoso por jugar al fútbol con un chupón. El número 10 de la categoría 2015 de Argentinos Juniors se ha vuelto viral en las redes sociales por una foto donde se le ve eludiendo a los rivales mientras lleva su mamila en la boca. Y como era de esperarse, ya lo bautizaron con el apelativo de “Chupete”.
MÁS HISTORIAS | Tom Daley, el campeón olímpico de clavados que se hizo viral por tejer en Tokio 2020, lanza su línea de ropa
Ariel, su orgulloso papá, ha revelado algunos detalles del singular hábito de su hijo a la prensa argentina. “El chupete (chupón) es fundamental para él. Sin él no está tranquilo, no duerme… Como le dije al profe de Argentinos, con el chupete juega mejor”, según le contó al medio Infobae.
Salido del Fuerte Apache
El papá del pequeño Ulises se dedica desde hace dos años a la limpieza de edificios en el barrio Ejército de los Andes, conocido popularmente como Fuerte Apache, uno de los barrios más peligrosos de Buenos Aire y famoso por ser el mismo donde vivió su infancia el futbolista Carlos Tévez.
“Hay días que tenemos y días que no. A veces vamos con las botellitas de agua y sin carga en la Sube. A Ulises, cuando alguna vez no le pude comprar una empanada o tomar un helado, le expliqué que a veces hay y a veces no. Somos humildes y muy creyentes, hay un Dios grande que un día nos va a recompensar”, indicó.
Sobre el juego del pequeño Ulises en las divisiones menores del Argentinos Juniors dijo: “Tiene mucha energía, va y viene todo el tiempo. Y cuando la agarra en mitad de cancha, le da para adelante”.
En un principio, los entrenadores le sugirieron al padre que su hijo no entrenara y jugara con el chupón en la boca por temor a recibir algún balonazo o que se lastimara en alguna caída, pero fue su propio padre el que los alentó a que lo habilitaran a usarlo mientras jugaba porque así se sentía más cómodo.
“Antes usaba un collar en el que tenía 5 ó 6. Tiene un chupete abajo de la cama, otro en la cocina; por toda la casa hay. Sabemos que no lo recomiendan, por los dientes y el paladar, e intentamos sacárselo, pero no dormía, se la pasaba toda la madrugada despierto y tampoco comía”, contó. “No tiene vergüenza para nada de usarlo”, finalizó.
Contenido sugerido
Contenido GEC