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Alianza Lima cerró la temporada pasada con tres hechos importantes: la dolorosa derrota en la final con marcador global 7-1 frente a Sporting Cristal, la salida de Pablo Bengoechea y el anuncio de Miguel Ángel Russo como estratega para la temporada 2019. Todo indicaba que llegarían cambios para el presente año, desde lo institucional y también en lo deportivo.
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El técnico argentino arribó a Perú con un gran cartel: campeón de la Copa Libertadores con Boca Juniors (2007) y ganador de otros tantos torneos nacionales en los lugares que le tocó dirigir. El hincha blanquiazul se ilusionó con “dar un paso adelante” en lo deportivo, ya que Bengoechea fue muy cuestionado por su estilo de juego.
Los íntimos contrataron a lo mejor de la temporada pasada y mantuvieron la base del plantel 2018, con pocas bajas. El cuadro de La Victoria, por nombres, podía armar dos equipos competitivos para encarar la Liga 1 y la Copa Libertadores. Sin embargo, hubo un cortocircuito en la interna que no les permitió desarrollar todo el potencial.
Con un 4-3-3 o un 4-5-1 bien afianzado, los íntimos buscaban su nueva identidad en el campo; no obstante, desde el banco ya se notaba que existían distancias. Los buenos resultados del principio del Torneo Apertura y el empate con River Plate maquillaban la relación tensa que existía en la interna.
Con el correr de los días, los marcadores empezaron a cambiar, Alianza no era efectivo y a su vez sufría demasiado en defensa. Russo criticaba a sus jugadores en conferencia de prensa, catalogando los goles en contra como “errores humanos”, mientras veía cómo se le escapaba el título del Torneo Apertura.
Con solo cuatro meses de trabajo, en abril del presente año, el entrenador argentino decidió dar un paso al costado. Mediante un arreglo con la directiva, Miguel Ángel Russo abandonó Alianza Lima debido a que no encontró soluciones para revertir el mal momento futbolístico.
Reyes de las canteras
Tras el fracaso del argentino, Alianza Lima apostó por el interinato de Víctor Reyes al mando del club hasta el final del Torneo Apertura. El estratega, conocedor de las canteras del club, apostó por un juego vertiginoso y recurriendo a varios jóvenes.
Mauricio Matzuda, José Gallardo y Miguel Cornejo se ganaron un lugar en el once blanquiazul. Buen fútbol y triunfos respaldaron el trabajo de ‘Vitito’ para mandar jóvenes al campo frente a equipos protagonistas como Melgar. Sin embargo, Alianza ya no peleaba el Apertura, por lo que la presión era inferior.
Pese a que Alianza convencía desde el juego, la directiva optó por no renovarle la confianza a Víctor Reyes y anunciar al nuevo entrenador para el Torneo Clausura.
Un Clausura con Bengoechea al mando
Sobre el cierre del Apertura, Alianza Lima anunció a Pablo Bengoechea como nuevo entrenador para la temporada 2019, y también la 2020. El estratega regresaba al club íntimo para luchar por meterse a la definición del certamen a final de año.
El uruguayo dirigió el último partido del Apertura, aunque este carecía de valor ya que el club aliancista había perdido todas las opciones de pelear por el primer certamen del año. La para por la Copa América le permitió al ‘Profesor’ estar un buen tiempo con sus dirigidos para recuperarlos anímicamente.
Si bien Russo comenzó la temporada al mando del club, Bengoechea fue quien recomendó los refuerzos y armó en su mayoría el plantel, por lo que sabía el material que tenía a disposición.
Tras la partida del uruguayo Mauricio Affonso, llegaron sus compatriotas Federico Rodríguez y Adrián Balboa para suplir la baja del goleador íntimo. Desde entonces, Alianza retomó la característica luchadora, sin gran trato de balón, pero efectivo, directo y con gol.
Con la confianza recuperada, Alianza Lima comenzó a hilar triunfos o resultados importantes que le permitieron llegar a la última fecha con la primera chance para quedarse con el Torneo Clausura.
El 3-2 ante Unión Comercio en Moyobamba selló un certamen que brilló por la irregularidad de los equipos pero que fue ganado por el club que pegó en los momentos clave. Esa es la fórmula del éxito de Bengoechea. Más que el tema estético, el uruguayo prioriza el resultado. Y ya está a cuatro juegos de lograr su segundo título nacional con los blanquiazules. Las estadísticas le dan la razón.
