
Medio siglo de aprendizajes, medio siglo de historia. El 6 de noviembre de 1963, con ya la mayoría de edad, Santino Balleta llega al Perú desde Italia, en búsqueda de un futuro mejor. Empieza a trabajar en una panadería mientras junta capital para armar su propio negocio, el cual inicia siendo una fuente de soda, no muy grande ni ostentoso, pero sí lleno de tradición italiana con sabores que eran infaltables para las tardes de los antiguos cines que existían alrededor de las calles de Lince.
Tras ganar popularidad y éxito con panes y jugos que seguro alguno de nuestros padres o abuelos han probado, y claro sumado al trabajo duro de Don Santino, alquila el local del costado para seguir creciendo y le pone Blue Moon, porque así vio la luna el día que llegó a Perú.

La fuente de soda se convirtió en un buffet, cuyo principal atractivo era la comida internacional y las carnes de caza que ofrecían y ganaban popularidad entre políticos, artistas y distintivos personajes de la historia peruana. Este espacio era el ideal para cualquier celebración.
Blue Moon es un espacio lleno de historia, si bien, Balleta ya no administra físicamente el restaurante italiano, toda su magia se sitúa en su colección de botellas, algo que según nos cuenta el nuevo administrador del local, Carlos Benites, Don Satino no pensó que llegaría a tal dimensión siendo hoy una de las colecciones más grandes de América Latina atrayendo miradas de todos los coleccionistas del mundo.
“Actualmente tenemos 39 mil botellas en exhibición, entre decorativas, conmemorativas y selladas, eso hace a Blue Moon como si fuera un museo, además que tenemos adornos antiguos, monedas antiguas y esto, complementado a la esencia del restaurante, la comida y la música de fondo, ofrece una experiencia única”, narra Benites.


Un lugar romántico e histórico
Tras varios años de trabajo, la pandemia del COVID-19 llegó y como muchos locales, Blue Moon cerró. Tres años después, las puertas del legendario restaurante volvieron a abrirse, con Carlos Benites como nuevo administrador. “Volver a abrir las puertas del restaurante fue algo que no veíamos venir”, precisa.
El 14 de febrero del 2022, sin ninguna publicidad o anuncio previo, el restaurante reventó en su aforo, nadie esperaba una gran magnitud en la que tenían al menos 20 personas afuera esperando una mesa. “Fue increíble”, explica el administrador del restaurante italiano.

Por los pasillos de este legendario restaurante que hoy ya no es buffet sino que cuenta con platos a la carta, no solo encontramos adornos o botellas que nos cuentan historias sino también a Moisés Barrera, el mozo principal de Blue Moon. Él tiene 75 años, de los cuales al menos 50 los dedicó al espacio gastronómico italiano. Aunque claro, si le preguntas seguro te dirá que recién hace 3 meses entró a trabajar.
El famoso y encantador señor Moisés nos cuenta que por el restaurante han pasado diferentes familias y si su memoria no le falla, recuerda a todas. Además que el secreto para una buena atención es escuchar lo que el cliente quiere y darle una sonrisa.
Don Moisés nos narra también que a lo largo de su experiencia por Blue Moon, ha visto a muchas parejas comprometerse, traer a sus hijos y estos hijos, traer a nuevas generaciones. Por lo que cree que es un hermoso lugar para iniciar historias.

¿Qué comer en Blue Moon?
El restaurante de comida italiana y siciliana es un gran espacio si se quiere comer comida de casa, platos que te recuerden a esas recetas de la abuela.
Desde Provecho te recomendamos como entrada los panes al ajo, aunque suene típico, realmente el sabor del pan tostado con ajo, mantequilla y aceite de oliva, logra cautivar el paladar de muchos.

Como plato de fondo, puede ser una “Lasagna mafiosa”, que es una pasta clásica de la comida italiana con salsa de carne, salsa blanca y prosciutto di parma gratinada y queso mozzarella. También una “Corvina en mantequilla negra”, hecha en mantequilla negra con alcaparras y acompañada de alcachofas salteadas o un “Pepper steak” que es un lomo a la plancha con pimienta negra y salsa pepper steak flambeado en cognac acompañado de fetuccinis o espaguetis al óleo a lo Alfredo.

Y nuestro favorito para el postre sería la “Tarta Blue Moon”, que es un pastel de queso mascarpone acompañado con salsa de frutos rojos.
Blue Moon ofrece un menú variado y para los comensales más exigentes o que desean probar nuevos tipos de carnes, incluye carnes de caza como “especialidades a la carta” preparadas al champagne, vino, entre otros.

Blue Moon tiene un local en el jirón Pumacahua 2520 en Lince
Conoce más sobre su carta en su Instagram (@restaurante.bluemoon)

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