Fiorella Gil Mena

Medio siglo de aprendizajes, medio siglo de historia. El 6 de noviembre de 1963, con ya la mayoría de edad, Santino Balleta llega al Perú desde Italia, en búsqueda de un futuro mejor. Empieza a trabajar en una panadería mientras junta capital para armar su propio negocio, el cual inicia siendo una fuente de soda, no muy grande ni ostentoso, pero sí lleno de tradición italiana con sabores que eran infaltables para las tardes de los antiguos cines que existían alrededor de las calles de Lince.