Gino Alva Olivera

El es una especie única en el mundo: habita solo en una pequeña porción del territorio peruano, en bosques de altura mayor de 1.000 m.s.n.m. y con poca presencia humana. Aunque no se sabe con exactitud cuántos ejemplares existen, hay una certeza: está en riesgo de desaparecer de la Tierra.

La Lista Roja de Especies Amenazadas, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha incluido al mono choro de cola amarilla en la categoría En Peligro Crítico (CR, por sus siglas en inglés), el paso previo a la extinción de entornos naturales.

La continua depredación de los bosques y su fragmentación son dos de las más grandes amenazas para este primate. En territorios en los que cada vez hay menos árboles –en los cuales estos monos pasan prácticamente todo su tiempo–, su preservación es muy difícil.

Otros factores que lo afectan son la caza –para consumo humano y su uso como mascota– y el tráfico ilegal.

"El mono choro de cola amarilla es parte del patrimonio del país. Siendo una especie endémica del Perú, la responsabilidad total de su conservación recae sobre nuestros hombros".

Fanny Cornejo, bióloga, investigadora y directora de Yunkawasi, organización dedicada a la conservación del ambiente.

El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) informó a El Comercio que en el 2017 fueron incautados con vida dos individuos en La Libertad, en el 2019 uno en Lima, en el 2020 uno en La Libertad y otro en San Martín, y en el 2022 uno en San Martín y otro en Amazonas.

Un documento de la institución advierte de “una pérdida de hábitat [del referido mono] acumulada estimada en 81,45%”.

En el Perú habitan 48 especies de primates, 15 de las cuales –más del 30%– enfrentan algún tipo de amenaza. El mono choro de cola amarilla y el tocón de San Martín están en la categoría más grave.

(Ilustración: Anotnio Tarazona)
(Ilustración: Anotnio Tarazona)

Esperanza en las alturas

Hasta hace una década, se presumía que el mono choro de cola amarilla vivía únicamente en Amazonas y San Martín, y en pequeñas áreas de La Libertad y Loreto. Pero después se observó su presencia en Huánuco e incluso más al sur.

En un trabajo efectuado en el 2018 y publicado un año después por la Universidad de Cambridge, un grupo de investigadores descubrió una población de 11 individuos en Junín. [Esto] presenta una oportunidad única para la conservación de esta especie”, indica el artículo científico.

El hallazgo abre nuevas posibilidades para su estudio y preservación. “Aún no lo encontramos, pero tiene que estar también en Pasco. No puede haber saltado de Huánuco a Junín”, dijo a El Comercio la bióloga Fanny Cornejo, una de las autoras de la investigación y directora de Yunkawasi, organización dedicada a la conservación del ambiente.

Las hembras paren en períodos de entre dos y tres años. Además, se encargan del cuidado de las crías.
Las hembras paren en períodos de entre dos y tres años. Además, se encargan del cuidado de las crías. / Foto: Wilhelm Osterman

La UICN estima que habría entre 1.000 y 10.000 monos choros de cola amarilla, un rango muy amplio. A la fecha no se cuenta con cifras exactas, aunque en los últimos años ha sido visto un poco más de un centenar de individuos.

“En Amazonas, desde el 2023, impulsadas por nosotros, las comunidades han formado comités de monitoreo comunales del mono choro de cola amarilla. Cada mes, van a campo para localizar a las poblaciones. Los comités ya han identificado cinco grupos en tres localidades. Antes de responder a la pregunta de cuántos quedan, debemos saber con certeza dónde están”, destacó Cornejo.

El mono choro se alimenta principalmentedee frutos, pero también consume flores,hojas y raíces.
El mono choro se alimenta principalmentedee frutos, pero también consume flores,hojas y raíces. / Foto: Gerson Ferrer / Yunkawasi

Precisamente en Amazonas –explicó la especialista– se trabaja en la primera etapa de un proyecto para facilitar la localización de monos choros de cola amarilla en la naturaleza.

Dronmonos

(Video: Yunkawasi & Boston University)

“Tenemos un dron con un lente adicional que capta el calor, marca la huella térmica. Con ese lente y en un ambiente frío como este, el mono es un punto caliente. Ves cómo una silueta amarilla va moviéndose entre los árboles”, remarcó.

Los primeros resultados de la iniciativa se presentarán a fines de este año y se espera que desde el 2025 el uso de la herramienta pueda ampliarse a otras regiones del país.