El año pasado, producto de la pandemia, muchas personas decidieron seguir cursos, especializaciones y capacitaciones de manera remota, aprovechando el tiempo extra que pasaban en casa. Pero como consecuencia de esa tendencia, la Universidad de Stanford realizó un estudio donde identificó la ‘fatiga de Zoom’, como se le llama al estrés adicional que generan las videoconferencias.
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Entonces, ¿qué pueden hacer las escuelas y academias para reformular su propuesta a futuro? Sebastian Osses, cofundador de la consultora ContinuumHQ y especialista en educación, explicó que existe la obsolescencia de las habilidades, ya que a raíz de la transformación digital, muchas habilidades que requeríamos antes se han vuelto obsoletas.
“Estamos pasando por una economía de las habilidades. Se va a priorizar el nuevo desarrollo de habilidades en base a cursos tipo bootcamp (intensivos) para que la gente pueda funcionar en el futuro. Los colaboradores van a tener que reentrenarse para trabajar en nuevos roles, y estas funciones van a requerir nuevas habilidades digitales”, sostuvo Osses.
Acotó que los gobiernos tienen un rol importante, porque si no se reentrena a las personas, ciertos sectores productivos van a tener problemas en la oferta laboral. Por esa razón, las grandes organizaciones están invirtiendo en capacitar a personas a través del reskilling (aprendizaje de nuevas habilidades), upskilling (capacitación adicional), y outskilling (capacitación para recolocarse en otra compañía).
En cuanto a la capacitación del personal de la empresa, la tendencia también significa que la compañía usará los datos para saber qué personas tomaron el curso, hasta dónde llegaron, conocer sus calificaciones, dónde tuvieron más dificultades, y poder hacer un análisis de data agregada, para que el aprendizaje sea más eficiente y efectivo.
Hablando específicamente de las habilidades en tecnología, hay diferencias salariales muy altas a comparación de las carreras tradicionales porque hay escasez. “Cuesta encontrar a un full stack developer o un backend developer, más aún si especializa su conocimiento en el sector minero o agro, es gente muy valiosa por las actividades que tiene optan por salarios más altos. Eso hace que haya habilidades que tengan mayor potencial de empleabilidad hacia el futuro”, sostuvo.
Osses estima que la educación será mixta o blended en un futuro, además de síncrona y asíncrona, y asistida y no asistida. Es decir, puedo tomar una clase asistida síncrona, donde alguien debe guiarme en vivo, o puede haber clases online que cualquier persona puede tomar sin moderador. Allí entrará en juego la tecnología para capturar data y lograr personalizar el tipo de educación que cada uno recibe y sobre todo para analizar cómo se educan grandes cantidades de personas.
Otra tendencia a futuro es que la educación ya no solo dependerá de las universidades, sino también de las empresas, ya que avanzan más rápido y necesitan hacerse cargo de la educación de sus colaboradores. “Muchos están implementando startups internas, con modelos ad-hoc, para capacitar en las habilidades que requieren”.
DISEÑO DE APRENDIZAJE
Por su parte, Carol Villacorta, CEO de Medu Academy, ha visto de cerca la ‘fatiga de Zoom’. Esta startup educativa nació como parte de la consultora Continuum Lab en el 2019 con capacitaciones en el área tecnológica. Al generar interés en varios países de Latinoamérica empezaron con clases presenciales para luego con la pandemia migrar 100% al online.
Desde el 1 de mayo del 2020 se lanzó Medu como una versión repotenciada de Continuum Lab, captando alumnos de varios países y con profesores también de diferentes nacionalidades con amplia experiencia en sus campos. “Efectivamente ha habido un agotamiento del Zoom, de las clases virtuales, y de querer ocupar el tiempo al máximo. Llegó octubre y las ventas empezaron a bajar. Por una investigación nos dimos cuenta que esto de estar en una pantalla más de 12 horas, era agotador. En noviembre empezamos a reformular la propuesta”, contó la directiva.
Es ahí donde empezaron a trabajar en una propuesta de tomar clases de una hora y media y que es más llevadero, y además tener información que puedas consumir de manera asíncrona. Para Villacorta, la propuesta como academia de educación e innovación a futuro es blended, sin perder el lado humano, y dando espacio a los profesionales a que puedan aprender a su ritmo, desde escuchar un podcast, o acceder a una lectura breve, o conectar con otros profesionales en un espacio. El reto, dijo, es no agotar al alumno con tanta información en un momento específico y por varias horas.
“Y además diseñar una clase de acuerdo a la realidad. A los 15 minutos la gente pierde la atención, entonces en ese momento se hace una actividad donde todos tengan que participar. Rediseñar es necesario a nivel académico”, sostuvo la experta.
ENFOQUE SOCIAL
Hace poco llegó al Perú la franquicia de una academia de desarrollo de software fundada en Silicon Valley llamada Holberton. Valery Vargas, cofundadora de Holberton Perú, buscaba cubrir la brecha que existe en el mercado respecto al talento tecnológico existente y lo que demandaban las empresas. Pero también buscaban abrir una empresa que tenga impacto social.
Con un levantamiento inicial de un millón de dólares, la academia busca personas que quieren desarrollarse profesionalmente como ingenieros de software, que están buscando una metodología de enseñanza distinta e innovadora y que quieran insertarse al mercado laboral rápidamente sin tener que hacer una carrera de 3 o 5 años.
El programa 100% remoto les permite llegar a alumnos en Lima, Arequipa y Trujillo. Una vez que la coyuntura lo permita, abrirán un campus en Lima, sin dejar de lado la modalidad virtual.
Respecto a la metodología, Vargas explicó que está basada “en proyectos que enseñará a los alumnos no solo a programar, sino también ‘aprender a aprender’. Esto les permitirá mantenerse siempre actualizados en cuanto a nuevas tecnologías. Además, Holberton simula un ambiente real de trabajo, preparando al alumno a desenvolverse con soltura cuando empiece su carrera laboral”.
La novedad es que ofrecen diferentes métodos de pago. Uno de ellos es el Acuerdo de Ingresos Compartidos, donde el alumno no tiene que pagar durante los estudios y una vez que consigue trabajo se le cobra un porcentaje de su sueldo para pagar el precio de la carrera.
A corto plazo esperan terminar el 2021 con tres promociones de 100 alumnos en total. Y en 4 años buscarán tener un total de 1.000 alumnos entre graduados y estudiantes. El objetivo a largo plazo es abrir otras líneas de negocio, entre ellas, programas de menor duración enfocados en personas que trabajan, y ofrecer el software de Holberton a empresas que quieran capacitar a sus trabajadores o instituciones educativas que quieran implementar el curso de desarrollo de software en su currícula.
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