En entrevista exclusiva con Día1, Manuel Van Oordt, CEO de LATAM Airlines en el Perú, hace un repaso de lo que ha sido el 2022 para la operación aerocomercial de la compañía y reflexiona sobre los desafíos de infraestructura que se convierten en un reto para el país.
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—A pocos meses de cerrar el 2022, ¿cuál es el balance que hacen de su operación en el Perú?
Ha sido un año de recuperación donde hemos estado retomando las operaciones aéreas. Estamos muy satisfechos con el cierre porque estamos llegando a fin de año ya en el mismo nivel de operaciones que teníamos previo a la pandemia. En las rutas nacionales, estamos llegando a los 19 destinos que teníamos cubiertos y estamos llegando a cinco destinos directos operados desde Cusco. Hemos tenido muchísima satisfacción de haber implementado el quinto destino hace pocas semanas que era Cusco - Ayacucho, una nueva ruta, una apuesta por el desarrollo del turismo regional.
—¿Y en vuelos internacionales?
También estamos con 27 de los 37 destinos que operamos directamente desde Lima. Estamos reconstituyendo ya el ‘hub’ y esperamos en el 2023 llegar a tener todos los destinos que teníamos antes y recuperar, además, la mejor cobertura. Con las opciones de frecuencia, por lo menos diarias, en todos los destinos, y en algunos otros incrementar las conexiones diarias.
—Este año ha estado marcado también por el alza del precio del combustible que representa parte importante del costo de su operación. ¿Cómo han lidiado con ello?
Es una variable muy importante para nuestra operación. Los niveles de precios altos en los que ha estado [el combustible] casi todo este año es una dificultad adicional. No somos capaces de trasladar todo ese aumento de costos al precio final porque éstos se mueven por mucha competencia, por oferta y demanda. Definitivamente eso es parte de un sobrecosto que terminan asumiendo las compañías. Esperamos que toda esta situación, la causa de estos altos precios de combustible, se solucione pronto y podamos tener un escenario más estable.
—Frente a ese escenario, ¿el 2023 será de apuestas más agresivas o aún de cautela ante la recuperación del sector?
Creo que el 2023 será un año para afianzar la recuperación. Viene así porque tendremos ya nuestra operación con niveles previos a la pandemia, cuando todavía no se han terminado importantes obras de infraestructura.
—Entiendo que se refiere al aeropuerto Jorge Chávez. ¿Qué otros aeropuertos en el país requieren mejoras?
Todavía estamos en el aeropuerto antiguo de Lima, que es un aeropuerto muy congestionado. Las obras no van a estar listas sino hasta el 2025 y[...] , por otro lado, se está terminando la obra en el aeropuerto de Chiclayo. Debería empezar, espero, pronto la refacción del aeropuerto de Piura. Pero, también nos preocupan otros problemas de infraestructura que los hemos sentido este año. El aeropuerto de Juliaca cerró varias semanas para unas refacciones que pudieron planificarse mejor. Hay mucho por hacer en mantenimiento de la infraestructura de aeropuertos y ya con niveles de operación iguales o mayores a los prepandemia. Eso presenta desafíos importantes.
—¿Ve usted demanda en regiones que se podría aprovechar y que, por falta de infraestructura, no está siendo atendida?
Por supuesto. Por ejemplo deberíamos poder operar en ciudades como Huaraz, Chimbote, Chachapoyas, Tingo María, Nazca. Todas son ciudades que tienen demanda, pero son aeropuertos que han quedado muy antiguos o muy chicos, o con pistas de aterrizaje muy cortas y sin resistencia. Además, no están concesionados, están en manos del MTC o de Corpac. Necesitan también un plan de modernización. Se habló en algún momento de un tercer paquete de concesiones, sería muy positivo que puedan avanzar con ello.