En un contexto donde se lucha desde diferentes frentes para disminuir la brecha de género, contar con un Índice de Inclusión Financiera (IFF), con un enfoque interseccional, ayuda a tener un panorama de cuál es la situación en la región y si se ha avanzado o no.
Con escasa sorpresa, el IFF realizado por Credicorp este 2023, posiciona al Perú en el penúltimo lugar en inclusión financiera, superando solo a Bolivia. El estudio revisó tres dimensiones: acceso, uso y calidad percibida.
Francesca Raffo, gerente corporativa de Innovación de Credicorp y CEO Adjunta de Personas y Pequeños Negocios del BCP, explica que la posición del Perú en la tabla se debe a que este inició ya con desventaja frente a países como Panamá y Chile, que lideran el ránking.
Comparado con el 2022, la inclusión financiera de mujeres en Panamá pasó de 33% a 37%. Chile, por su lado, se mantuvo en 37%. Le siguen Argentina con 28%, Ecuador (pasó de 20% a 25% en un año), Colombia (pasó de 12% a 23%), México (pasó de 6% a 22%), Perú (pasó de 12% a 14%) y Bolivia (pasó de 12% a 11%).
Avances regionales
Los últimos resultados del IFF (2023) muestran que en la región, en general, disminuyó la brecha entre hombres y mujeres incluidos en el sistema financiero. El 23% de mujeres se encuentra en el nivel logrado u óptimo de inclusión financiera, mientras que entre los hombres, la cifra alcanzó el 28%.
Sin embargo, respecto al uso de productos y servicios financieros, el 44% de mujeres muestra poco conocimiento y uso de productos financieros. El 34% ya cuenta con algún producto pero no lo usa regularmente, y el 22% conoce, tiene y usa productos financieros; frente a 38%, 35% y 27%, respectivamente, entre los hombres.
Interseccional
Basado en la zona de residencia, el 25% de las mujeres en las zonas urbanas en la región están incluidas en el sistema financiero, mientras que en zonas rurales, la cifra llega a 16%. Similar es la situación de las mujeres de bajos recursos económicos y zonas rurales. El 50% de ellas tiene un nivel bajo de inclusión financiera, mientras que en estratos socioeconómicos altos, 40% tiene cuentas de ahorro y 73% tarjetas de débito.
Las amas de casa, quienes muestran los peores resultados, y mujeres desempleadas continúan siendo las menos incluidas, con 68% y 65%, respectivamente.
¿Qué falta en la región para seguir acortando brechas e incluyendo a las mujeres cada vez más en el sistema financiero? Raffo explica que primero debe entenderse que la inclusión trae progreso y formalidad. Además, las entidades financieras deben tener productos viables y atractivos pero, también, canales correctos para que las mujeres accedan a ellos y los usen con regularidad.
- Logrado: Personas con altos puntajes en acceso, uso y calidad percibida.
- En progreso: Personas que si bien no están fuera del sistema financiero formal, cuentan con pocos productos o prefieren pagar en efectivo.
- Bajo: Personas poco incluidas en el sistema financiero con bajo conocimiento y tenencia de productos.