
Dos sondas espaciales que actualmente se desplazan por el sistema solar podrían atravesar la estela del misterioso cometa 3I/ATLAS; sin embargo, esto solo sería posible si los científicos actúan rápidamente y redirigen su trayectoria a tiempo.
Las sondas en cuestión son Hera y Europa Clipper. Aunque se encuentran en misiones distintas, un nuevo estudio publicado en Research Notes of the American Astronomical Society indica que ambas están en la posición ideal para acercarse a los restos del cometa, que ya se están esparciendo a través del sistema solar.
Según informó Live Science, tanto Hera como Europa Clipper estarán viajando “a favor del viento solar” del cometa 3I/ATLAS durante las próximas semanas. Esto les daría a los investigadores la oportunidad única de volar a través de la estela de partículas de un cometa por primera vez en la historia.

Las sondas no pasarían directamente a través de la cola principal del cometa, sino por una zona donde se espera que las partículas hayan sido expulsadas al espacio por la interacción con el viento solar del Sol.
Se estima que ese campo de dispersión se encuentra a unos 8 millones de kilómetros del núcleo del cometa, pero aun así estaría lo suficientemente cerca como para que las sondas recopilen información de gran valor científico sobre los materiales expulsados.
Desde que fue detectado por primera vez en julio, 3I/ATLAS desconcertó a la comunidad científica. Aunque la mayoría lo clasifica como un cometa, su comportamiento extraño causó que algunos expertos, como el astrofísico de Harvard Avi Loeb, sugieran que podría tratarse de una sonda alienígena operada de forma inteligente.

El objeto ya mostró una “anti-cola” en su parte frontal, que Loeb cree podría ser un sistema de “frenado”. Además, está expulsando una aleación de níquel que solo se conoce en procesos de fabricación humana.
Hera podría no estar preparada para estudiar este fenómeno, ya que su misión principal es investigar un asteroide y no cuenta con instrumentos adecuados para analizar partículas cometarias.
En cambio, Europa Clipper, que se dirige a estudiar el hielo en la luna Europa de Júpiter, sí dispone de los instrumentos necesarios, por lo que representa la mejor oportunidad para obtener datos cruciales del cometa, siempre y cuando los científicos tomen una decisión inmediata.

Las características inusuales del cometa 3I/ATLAS que desconciertan a los científicos
El cometa interestelar 3I/ATLAS presenta varias características que lo alejan del comportamiento habitual de los cometas conocidos de nuestro Sistema Solar.
Algunas de ellas son:
- Chorro de material inusual (Anticola): el cometa sorprendió a los expertos al mostrar un chorro de gas y material extendido dirigido hacia el Sol. Lo normal sería que este vaya en dirección opuesta.
- Composición química atípica: El material que expulsa contiene níquel puro, pero casi nada de hierro. Este desequilibrio elemental nunca se ha registrado en cometas naturales.
- Emisión de agua a baja distancia: Se detectó una gran liberación de vapor de agua a una distancia del Sol donde se esperaba que el hielo permaneciera sólido, lo que sugiere una especia de mecanismo de calentamiento interno o una composición superficial diferente.
- Origen y antigüedad extrema: Se cree que el 3I/ATLAS tiene hasta 10.000 millones de años, lo que lo convierte en el cometa más antiguo observado y sugiere que se formó en los orígenes de la Vía Láctea, en un entorno químico muy distinto al nuestro.
Trayectoria del cometa 3I/ATLAS
La trayectoria del cometa interestelar 3I/ATLAS es hiperbólica, lo que significa que solo está de paso por nuestro Sistema Solar antes de regresar al espacio interestelar. A continuación, las fechas y detalles clave de su trayectoria:
- Septiembre: Se acerca al Sol, desaparece de la vista por el resplandor solar.
- Octubre: Cruza la órbita de Marte (aproximadamente a 30 millones de km de distancia).
- 29 de octubre: Perihelio (punto más cercano al Sol) a aproximadamente 210 millones de km. No visible desde la Tierra (está detrás del Sol).
- Finales de noviembre: Reaparece en el cielo, en la constelación de Virgo. Visible antes del amanecer con telescopios potentes.
- Diciembre: Se mueve a la constelación de Leo.
- 19 de diciembre: Máximo acercamiento a la Tierra (aproximadamente a 270 millones de km). No hay peligro de impacto.
- Finales de diciembre: Se aleja rápidamente, abandona el Sistema Solar y vuelve al espacio interestelar.

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