La misión DART de la NASA fue la primera demostración práctica de defensa planetaria al impactar con el asteroide Dimorphos y cambiar su trayectoria. (Foto: Makhbubakhon Ismatova / iStock)
La misión DART de la NASA fue la primera demostración práctica de defensa planetaria al impactar con el asteroide Dimorphos y cambiar su trayectoria. (Foto: Makhbubakhon Ismatova / iStock)
/ Makhbubakhon Ismatova / iStock

Si un , una posible opción para evitar un impacto es desviarlo. Pero, ¿hasta qué punto estamos preparados para desviar un asteroide? Dos recientes estudios publicados en Nature Communications apuntan a dar respuesta a esta pregunta, tras analizar los resultados de la misión DART de la NASA, la cual logró en septiembre de 2022 impactar en Dimorphos y cambiar su rumbo.

El impacto del asteroide Dimorphos produjo que varios fragmentos de la roca fueron expulsados de la superficie. Ello pudo ser apreciado gracias a los telescopios terrestres y el Telescopio Espacial Hubble. De esta forma se recopiló información crucial sobre la eficacia de futuras misiones de desvío de asteroides, reporta Europa Press.

Imagen del asteroide Dimorphos, con flechas de brújula, barra de escala y clave de colores como referencia. Las flechas de brújula norte y este muestran la orientación de la imagen en el cielo. Nótese que la relación entre el norte y el este en el cielo (como se ve desde abajo) está invertida en relación con las flechas de dirección en un mapa del suelo (como se ve desde arriba). El objeto blanco brillante en la parte inferior izquierda es Dimorphos. Tiene una cola de polvo azulada que se extiende en diagonal hacia la parte superior derecha. Un grupo de puntos azules (marcados con círculos blancos) rodea el asteroide. Se trata de rocas que se desprendieron del asteroide cuando, el 26 de septiembre de 2022, la NASA estrelló deliberadamente la nave espacial impactadora DART de media tonelada contra el asteroide como una prueba de lo que se necesitaría para desviar un futuro asteroide y evitar que impactara contra la Tierra. El Hubble fotografió las rocas de movimiento lento utilizando la Wide Field Camera 3 en diciembre de 2022. El color resulta de asignar un tono azul a la imagen monocromática (escala de grises). (Foto: NASA, ESA, and David Jewitt (UCLA); Image Processing: Alyssa Pagan (STScI))
Imagen del asteroide Dimorphos, con flechas de brújula, barra de escala y clave de colores como referencia. Las flechas de brújula norte y este muestran la orientación de la imagen en el cielo. Nótese que la relación entre el norte y el este en el cielo (como se ve desde abajo) está invertida en relación con las flechas de dirección en un mapa del suelo (como se ve desde arriba). El objeto blanco brillante en la parte inferior izquierda es Dimorphos. Tiene una cola de polvo azulada que se extiende en diagonal hacia la parte superior derecha. Un grupo de puntos azules (marcados con círculos blancos) rodea el asteroide. Se trata de rocas que se desprendieron del asteroide cuando, el 26 de septiembre de 2022, la NASA estrelló deliberadamente la nave espacial impactadora DART de media tonelada contra el asteroide como una prueba de lo que se necesitaría para desviar un futuro asteroide y evitar que impactara contra la Tierra. El Hubble fotografió las rocas de movimiento lento utilizando la Wide Field Camera 3 en diciembre de 2022. El color resulta de asignar un tono azul a la imagen monocromática (escala de grises). (Foto: NASA, ESA, and David Jewitt (UCLA); Image Processing: Alyssa Pagan (STScI))

Utilizamos las imágenes y simulaciones numéricas del telescopio espacial Hubble para cuantificar un mecanismo viable de la evolución de las partículas eyectadas y estimamos con éxito la masa, la velocidad y el tamaño de las partículas eyectados”, explicó el profesor Fabio Ferrari, quien dirigió el equipo que realizó el primer estudio.

También encontramos interacciones complejas de dichas partículas con el sistema de asteroides y la presión de la radiación solar, es decir, la luz solar empujando las partículas eyectadas”, agregó al resaltar que comprender estos procesos “es crucial para respaldar el diseño eficaz de futuras acciones con fines de defensa planetaria”.

El segundo estudio, liderado por el profesor Masatoshi Hirabayashi de Georgia Tech, explica que la forma del asteroide puede marcar una diferencia en la trayectoria de la eyección de los restos del asteroide tras el impacto.

La última foto de Dimorphos desde la misión DART de la NASA, dos segundos antes del impacto. (Foto: NASA, APL)
La última foto de Dimorphos desde la misión DART de la NASA, dos segundos antes del impacto. (Foto: NASA, APL)

En esta investigación se identificó que la escala de impacta y la superficie redondeada de Dimorphos redujo el empuje del asteroide en un 56% en comparación a si la roca hubiera sido plana. En tal sentido, enviar un gran impactador no necesariamente sería la mejor opción.

Si el impacto es grande, más material eyectado sale de la superficie, pero se ve más afectado por las inclinaciones de la superficie”, explicó Hirabayashi. “Este proceso hace que el material eyectado se desvíe de la dirección ideal, lo que reduce el empuje del asteroide”, anotó.

De tal manera que “el envío de múltiples impactadores más pequeños (...) da como resultado un mayor empuje del asteroide”. Asimismo, resaltó que también ahorra potencialmente costos operativos.

Contenido sugerido

Contenido GEC