
La llegada del bebé es una experiencia maravillosa para la mayoría de madres, pero también puede ser un momento lleno de miedo y complicaciones. Una de las que más preocupa es la preeclampsia, una condición silenciosa y grave que suele presentarse después de las 20 semanas de gestación y que, de no ser tratada correctamente, es potencialmente mortal para ambos. Hoy te explico lo que debes tener en cuenta para no correr riesgos y los signos de alerta más comunes.
Según explican desde Mayo Clinic, “es posible que, a causa de la preeclampsia, tengas presión arterial alta, niveles altos de proteína en la orina que indiquen daño renal (proteinuria) u otros signos de daño en los órganos”. Por lo general “se recomienda adelantar el parto” según la gravedad y “el tratamiento incluye un control riguroso y medicamentos para bajar la presión arterial y tratar las complicaciones”.

Signos de alarma de la preeclampsia
Entre los signos de alerta más comunes se encuentran: dolor de cabeza intenso, zumbido de oídos, visión borrosa o visión de luces, dolor abdominal en la parte superior del estómago, náuseas, vómitos e hinchazón de manos o pies.
“Es fundamental realizar controles prenatales regulares para identificar factores de riesgo y actuar a tiempo. Esa es la diferencia entre un embarazo saludable y una situación crítica”, señala la Dra. Melissa Montesinos, Subgerente de Salud y Bienestar de Pacífico Salud.
Los principales factores de riesgo incluyen antecedentes personales o familiares de preeclampsia, hipertensión crónica, el primer embarazo, embarazos múltiples, obesidad y edades maternas extremas, tanto en mujeres muy jóvenes como en aquellas mayores de 35 años.

Cómo reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia
La detección temprana y el seguimiento constante pueden marcar la diferencia entre un embarazo sin complicaciones y una situación crítica.
- Realizar controles prenatales desde el inicio del embarazo: Estos chequeos permiten identificar factores de riesgo a tiempo y monitorear signos tempranos de hipertensión o daño en órganos. El control médico constante es la mejor herramienta para prevenir complicaciones.
- Medir regularmente la presión arterial: La hipertensión puede pasar desapercibida si no se controla con frecuencia. Monitorearla, incluso en casa con tensiómetros digitales, ayuda a detectar alteraciones a tiempo y evitar que el cuadro evolucione.
- Consultar al médico ante cualquier síntoma o duda: Síntomas como dolor de cabeza intenso, visión borrosa o hinchazón no deben minimizarse. Acudir a un especialista permite actuar antes de que se presenten complicaciones graves.
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