En un momento en que la tensión en torno a las políticas migratorias vuelve a escalar, California ha lanzado una propuesta legislativa que promete encender un nuevo debate sobre seguridad, transparencia y derechos civiles. Un proyecto de ley en el Congreso estatal busca convertir en delito menor que agentes de ICE cubran sus rostros durante redadas migratorias. La medida, que podría cambiar la manera en que se ejecutan estos operativos, representa una apuesta clara por la rendición de cuentas.
De aprobarse, la ley obligaría a que todos los agentes federales, estatales o locales involucrados en redadas se identifiquen con el rostro visible y con su nombre en un lugar claramente visible del uniforme. La intención es sencilla pero poderosa: que aquellos que ejecutan la ley no puedan ocultarse tras una máscara, especialmente cuando operan en comunidades vulnerables que temen el abuso de poder.
Los agentes de ICE están deteniendo inmigrantes indocumentados todos los días (Foto: AFP)
SIN EMBARGO, LA PROPUESTA NO ES ABSOLUTA
La legislación contempla excepciones: no se aplicaría a la Guardia Nacional, tropas militares ni a equipos SWAT o agentes desplegados en desastres naturales. Sus impulsores, los senadores estatales Scott Wiener y Jesse Arreguin, insisten en que el objetivo no es poner en riesgo a los agentes, sino reforzar la confianza pública y evitar que las operaciones migratorias se conviertan en actos intimidatorios o incluso confusos.
Según Wiener, la iniciativa responde a una creciente preocupación: operativos en los que los agentes parecen más miembros de una fuerza paramilitar que representantes del Estado. “A veces no podemos distinguir si son fuerzas del orden o milicias justicieras”, denunció. La falta de identificación, advierte, socava no solo la transparencia, sino también el tejido democrático de las comunidades afectadas. “Están sacando gente de nuestras calles y desapareciendo personas, y eso es aterrador”, afirmó.
ICE es la agencia de inmigración que se encarga de hacer cumplir las leyes de inmigración (Foto: ICE)
LAS AGENCIAS FEDERALES NO SE QUEDARON EN SILENCIO
Todd Lyons, director interino de ICE, defendió públicamente el uso de mascarillas por parte de sus agentes. Según él, no se trata de ocultar el rostro por capricho, sino de proteger a sus oficiales de amenazas de muerte, acoso y la práctica del doxing, que consiste en divulgar datos personales de funcionarios en internet para hostigarlos.
La fiscal federal Leah Foley fue aún más tajante: “Los agentes y sus hijos están siendo amenazados, atacados y asesinados. Es por eso que deben ocultar sus rostros. No nos vamos a disculpar por hacer nuestro trabajo”. Para ellos, el anonimato no es una estrategia de opresión, sino una necesidad de autoprotección en una era donde la polarización política ha convertido a los agentes en blancos visibles.
Sin embargo, para los legisladores californianos, ocultar el rostro en operativos migratorios representa un problema más profundo. Temen que la falta de identificación abra la puerta al abuso, la impunidad y la deshumanización de los afectados. “Los agentes del orden son servidores públicos y la gente debería poder ver sus rostros, saber quiénes son. De lo contrario, no hay transparencia ni rendición de cuentas”, sentenció Wiener.
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