
Después de 64 años de haber dejado su natal Cuba, el representante republicano Carlos Giménez regresó a la tierra que lo vio nacer, hecho que lo conmovió y llevó a asegurar que luchará hasta ver a la isla liberada de la dictadura. Él llegó hasta el país insular tras unirse a una delegación del Congreso (CODEL) en la base militar de la Bahía de Guantánamo, administrada por Estados Unidos. Pero quién es exactamente este congresista de Florida. A continuación, más detalles.
CARLOS GIMÉNEZ, EL CONGRESISTA REPUBLICANO NACIDO EN CUBA
Carlos Giménez nació en La Habana, el 17 de enero de 1954, pero vivió en dos lugares distintos cada medio año, primero en rancho en Manzanillo, Oriente, y luego en el extremo opuesto de la isla. “Hay ciertos recuerdos que vuelven a mi cabeza y que permanecen así durante mucho, mucho tiempo. Y todos ellos volvieron a mí”, dijo en entrevista con Fox News Digital.

Por ello, cuando sobrevoló la isla desde el avión, contó que pudo imaginar a sus abuelos viviendo en la provincia de Oriente. “Tengo fragmentos de 20 segundos”, señaló.
Él y su familia emigraron a Estados Unidos cuando solamente era un niño de seis años, precisamente a raíz de la Revolución Cubana. Todos se instalaron en lo que se convirtió en la Pequeña Habana, en Miami.
Asistió a Columbus High School y obtuvo una licenciatura en Administración Pública de Barry University. A los 21 años, en 1975, se unió al Departamento de Bomberos de la Ciudad de Miami, donde fue nombrado jefe de bomberos en 1991. Él sirvió ahí hasta el año 2000.
Poco a poco se ganó un nombre, tanto así que de 2000 a 2003, Giménez fue designado como administrador de la ciudad y comisionado del condado de Miami-Dade. Luego, entre 2004 y 2011, fue miembro de la Junta de Comisionados del Condado, cargo que lo llevó a convertirse en alcalde de dicho lugar hasta 2020. Posteriormente, logró un escaño para el Congreso por el Partido Republicano en Florida.
Gracias a su cargo pudo regresar a la isla que lo vio nacer. “Me di cuenta de que era la primera vez que lo veía en casi 65 años. ¡Qué hermoso es! Es un lugar muy especial”, mencionó muy contento, aunque esta alegría se transformó en ira por verla ahora tomada “por un grupo de matones, dictadores y opresores”.
Y es que para él es muy fuerte que en su país exista una barrera de seguridad potencialmente mortal (miles de minas terrestres colocadas por el régimen) entre la Bahía de Guantánamo y el resto de Cuba, por lo que guarda la esperanza de que un día la isla deje la opresión y se convierta en una aliada de Estados Unidos en la región del Caribe.












