Muchos inmigrantes fueron deportados de Estados Unidos en las últimas semanas (Foto: EFE)
Muchos inmigrantes fueron deportados de Estados Unidos en las últimas semanas (Foto: EFE)

En un país que se ha construido con el trabajo y la esperanza de muchos migrantes, la desaparición forzada de personas en manos de instituciones estatales parece una pesadilla sacada de otro tiempo. Pero es una realidad documentada y denunciada en el , una iniciativa de , en colaboración con y el , que busca visibilizar las historias de casi 700 personas que fueron detenidas, deportadas o simplemente desaparecidas por ICE en Estados Unidos.

¿QUÉ INFORMACIÓN APARECE EN ESTA PÁGINA WEB?

El sitio no solo recopila nombres y datos. Expone relatos personales, testimonios y hechos que narran una tragedia colectiva: ciudadanos estadounidenses detenidos sin causa, madres separadas de sus hijos, estudiantes arrestados con sus visas aún en trámite, abuelos deportados tras décadas de vivir legalmente en el país. No son estadísticas. Son vidas. Son historias que exponen uno de los capítulos más oscuros de la política migratoria en tiempos recientes.

Cientos de denuncias sobre inmigrantes detenidos y deportados injustamente se dan a conocer a diario (Foto: EFE)
Cientos de denuncias sobre inmigrantes detenidos y deportados injustamente se dan a conocer a diario (Foto: EFE)

Las desapariciones no fueron errores aislados. En Michigan, un ciudadano estadounidense fue arrestado a la salida de un tribunal. En Nueva York, una madre caribeña fue detenida junto a sus tres hijos. En Florida, un joven estudiante fue capturado tras una simple parada de tráfico. En California y Washington, solicitantes de asilo fueron detenidos mientras actualizaban sus datos migratorios. En Luisiana, un abuelo cubano fue arrestado camino al trabajo. Estos hechos, repetidos a lo largo del país, revelan un patrón sistemático de abuso y extralimitación por parte de ICE.

La introducción del sitio web no escatima en claridad ni en fuerza: “Desaparecer y deportar a niños, madres y padres sin el debido proceso amenaza a todos los estadounidenses”. Es una advertencia contundente. Porque lo que está en juego no es solo el futuro de quienes han sido arrancados de sus vidas, sino la integridad misma de una democracia que comienza a actuar como sus enemigos históricos: sin transparencia, sin justicia y sin compasión.

El senador Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, : “Trump está usando el poder del gobierno para hacer desaparecer a sus enemigos, incluyendo a varios niños ciudadanos estadounidenses”. Una de las víctimas que menciona es un menor que luchaba contra un tipo raro de cáncer. La gravedad de estas acciones no puede minimizarse. No se trata de “cebo político”, como algunos afirman, sino de vidas humanas destruidas por decisiones arbitrarias.

Muchos inmigrantes fueron enviados al Centro de Confinamiento para el Terrorismo de El Salvador (Foto: AFP)
Muchos inmigrantes fueron enviados al Centro de Confinamiento para el Terrorismo de El Salvador (Foto: AFP)

LA RESPUESTA CIUDADANA HA SIDO CLARA Y CONTUNDENTE

Según encuestas citadas en el sitio, el 60% de los estadounidenses se opone a las deportaciones sin debido proceso, y por un margen de casi 2 a 1, prefieren que se permita el regreso de quienes fueron expulsados injustamente. La población entiende que la seguridad no se construye con miedo ni con injusticia, sino con respeto al debido proceso y a los derechos humanos.

El verdadero desafío que plantea este sitio web no es solo recordar a los desaparecidos, sino impedir que desaparezcan de nuestra memoria y del debate público. En tiempos donde el poder busca silenciar, ocultar y normalizar el abuso, estas historias se vuelven testimonio de resistencia y de verdad. Porque nombrar a los desaparecidos es también una forma de devolverles dignidad.

Si guardamos silencio, arriesgamos mucho más que las vidas de quienes son secuestrados”, concluyó el sitio. “Corremos el riesgo de que el autoritarismo se arraigue en nuestra democracia”. Y es ahí donde radica la urgencia: contar, compartir y exigir justicia no es solo un acto de empatía. Es un acto de defensa democrática.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.

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