Elon Musk vuelve a estar en el centro de la polémica (Foto: AFP)
Elon Musk vuelve a estar en el centro de la polémica (Foto: AFP)
/ SAUL LOEB

lo ha vuelto a hacer. Esta vez no se trata de cohetes, autos eléctricos ni inteligencia artificial. Desde que asumió el liderazgo del Departamento de Eficiencia del Gobierno de Estados Unidos (DOGE), su estilo disruptivo ha encendido las alarmas en la burocracia federal. Su última movida: cancelar nada menos que 470,000 tarjetas de crédito federales, en un intento por frenar el fraude, reducir el gasto y obligar a las agencias a rendir cuentas hasta el último centavo.

¿POR QUÉ ELON MUSK ORDENÓ LA CANCELACIÓN DE ESTAS TARJETAS?

La decisión no ha sido menor. Estas tarjetas formaban parte de una red de 4.6 millones de tarjetas federales activas que, solo en el año fiscal 2024, movieron casi US$40,000 millones en transacciones. Musk, fiel a su estilo de auditor implacable, ordenó un examen profundo del sistema y encontró de todo: cuentas inactivas, usuarios fantasmas y duplicaciones sospechosas. El diagnóstico fue claro: la máquina estatal estaba llena de fugas, y era hora de cerrarle la llave.

Más de 30 agencias federales han sentido el golpe de esta purga financiera. Las más afectadas: aquellas que dependen del crédito para operar a diario, incluyendo departamentos encargados de programas sociales, asistencia humanitaria y contratistas que ejecutan proyectos gubernamentales. La medida ha paralizado operaciones en múltiples frentes, dejando a miles de empleados sin acceso a fondos inmediatos y a más de un directivo buscando alternativas de financiamiento urgente.

Elon Musk durante un evento presidencial. (Foto: AFP)
Elon Musk durante un evento presidencial. (Foto: AFP)
/ MANDEL NGAN

OTRAS MEDIDAS IMPUESTOS POR EL DOGE DE ELON MUSK

Su cruzada por la eficiencia ha tocado otras áreas sensibles. Bajo su liderazgo, DOGE ha endurecido los controles en la Administración de Pequeñas Empresas (SBA), especialmente en los préstamos. ¿El motivo? Detectaron solicitudes vinculadas a personas fallecidas o con edades incompatibles con los programas. Así, la verificación de edad se ha convertido en una nueva barrera para acceder a fondos, y no todos están contentos con ello.

Quizá la medida más polémica hasta ahora ha sido el cierre definitivo de USAID, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Musk argumentó que la institución no cumplía con los estándares de eficiencia exigidos por su gestión. El cierre ha generado preocupación internacional y críticas de líderes que ven en esta decisión una retirada simbólica del país en asuntos de cooperación global.

Miles de empleados y contratistas ya están sintiendo en carne propia las consecuencias. La incertidumbre reina en muchas oficinas federales: ¿cómo se financiarán los programas esenciales en el corto plazo? ¿Quién cubrirá los gastos que antes se resolvían con una tarjeta institucional? La respuesta aún no está clara, y mientras tanto, el clima interno en Washington se ha vuelto tenso.

Con estas acciones, Elon Musk parece decidido a reescribir las reglas del juego gubernamental. Su estilo, que muchos califican de implacable y otros de visionario, está marcando un antes y un después en la administración pública. Para algunos, representa una purga necesaria; para otros, una amenaza al equilibrio y la estabilidad de las instituciones.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.

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