
Como “un robo disfrazado” ha sido calificada por expertos y líderes comunitarios la nueva propuesta presentada por congresistas republicanos para gravar con un impuesto del 5% todas las remesas enviadas desde Estados Unidos al extranjero.
La disposición, incluida en el “Proyecto de Ley Único, Grande y Hermoso” impulsado por el presidente del comité de formas y medios del Congreso, Jason Smith, obligaría a los proveedores de servicios de envío de dinero a retener el impuesto y remitirlo trimestralmente al Tesoro.
¿A quiénes afecta? La medida afectaría a 40 millones de extranjeros, principalmente a inmigrantes indocumentados, titulares de residencia permanente y de visas de no inmigrante, así como de visas temporales (H-1B, H-2A y H-2B), excluyendo a ciudadanos estadounidenses, quienes podrían recibir un crédito fiscal.
“ES UN ROBO DISFRAZADO”
La indignación no tardó en expandirse entre las comunidades inmigrantes en Estados Unidos, quienes han calificado el impuesto propuesto como un atentado directo contra sus derechos económicos. “Es un robo disfrazado”, declaró al diario La Opinión Estela Ortiz, una guatemalteca residente en Los Ángeles que ha enviado dinero a sus familiares durante más de dos décadas.
“Trabajamos horas extras, pagamos impuestos, y ahora quieren quitarnos más solo por ayudar a nuestras familias”, añadió. Organizaciones de derechos de los inmigrantes también han advertido que esta medida criminaliza la solidaridad familiar y profundiza la desigualdad.
Economistas como Carlos Guamán han expresado su rechazo a la medida, asegurando que esta representa un golpe devastador a las economías de países que dependen de las remesas y, sobre todo, al consumo interno en EE.UU. “No tiene sentido imponer un gravamen a personas que ya contribuyen enormemente a la economía nacional. Es un robo disfrazado de política fiscal”, dijo Guamán. Activistas como Pablo Alvarado también advirtieron que este tipo de iniciativas solo alimentan narrativas antiinmigrantes sin ofrecer soluciones reales a los desafíos fiscales o migratorios del país.

Funcionarios y líderes locales elevan su voz contra el gravamen
El concejal de Los Ángeles, Hugo Soto Martínez, calificó la propuesta como una medida hipócrita y racista. “Mientras los millonarios siguen beneficiándose de exenciones fiscales, se castiga al trabajador migrante que manda dinero a su madre en México o a su hijo en Honduras”, dijo. A su juicio, la idea de imponer este impuesto “es un robo disfrazado de política económica que pone en evidencia las prioridades equivocadas del gobierno”. Varios alcaldes y representantes estatales también han advertido que la medida desincentivaría el uso de canales legales para el envío de dinero, generando un mercado informal difícil de regular.
LAS CIFRAS QUE EXPLICAN POR QUÉ ESTO ES MÁS QUE UNA “MEDIDA FISCAL”
Las remesas enviadas desde Estados Unidos representan un salvavidas económico para múltiples países en vías de desarrollo. A continuación, conocer cifras de 2024:
- México recibió US$64,700 millones, lo que representa casi el 4% de su PIB. Solo el impuesto proyectado por la administración Trump podría costarle a México unos US$3,235 millones.
- El Salvador recibió US$8,479 millones, que equivalen al 35% de su PIB.
- India recibió decenas de miles de millones, lo que convertiría al nuevo impuesto en una deducción multimillonaria (se estiman hasta US$1,600 millones menos por este concepto).
Según el Banco Mundial, las remesas globales a países de ingresos bajos y medios totalizaron US$685,000 millones en 2024. El nuevo impuesto podría generar graves consecuencias: caída del consumo, aumento de la pobreza y profundización de la migración.
El economista Carlos Guamán estima que el consumo de los latinos en EE.UU. se reduciría en más de US$100,000 millones, afectando a sectores como restaurantes, ropa, entretenimiento y alimentos.

MÉXICO SE OPONE AL IMPUESTO A LAS REMESAS
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se pronunció tajantemente en contra de la propuesta impulsada por el expresidente Donald Trump para imponer un impuesto a las remesas. Calificó la iniciativa como “anticonstitucional y discriminatoria”, advirtiendo que atenta contra los derechos de los migrantes y vulnera principios internacionales. “No vamos a permitir que se castigue el esfuerzo de nuestros compatriotas en el extranjero”, sostuvo Sheinbaum.
Expertos en derecho internacional han alertado que este impuesto podría violar el convenio bilateral entre México y Estados Unidos para evitar la doble imposición y la evasión fiscal. Firmado en 1994, este acuerdo protege a los trabajadores mexicanos para que no sean gravados dos veces: una por su ingreso en Estados Unidos y otra al enviar el dinero a México.











