Elon Musk pretende reducir los gastos federales en Estados Unidos, sin importar que ello genere despidos de miles (Foto: AFP)
Elon Musk pretende reducir los gastos federales en Estados Unidos, sin importar que ello genere despidos de miles (Foto: AFP)

A estas alturas del segundo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, se puede considerar a Elon Musk como la mano derecha del político y empresario. Desde antes de que tome el poder el pasado 20 de enero de 2025 se notificó que el dueño de X iba a presidir una nueva organización federal, llamada , que se iba a encargar de reducir los gastos públicos. Es por ello por lo que en las últimas semanas se despidió a cientos de trabajadores de algunas entidades del estado y parece que eso continuará así.

En su consigna por saber quién es fundamental en su puesto de trabajo, la dirección de . Es más, determinó que, si no recibe una respuesta a su mensaje, se tomará ese silencio como una renuncia por parte de la persona, lo cual ha traído preocupación y ansiedad en quienes se han considerado como posibles afectados, pues nadie quiere quedarse sin su empleo, lo que le da su fuente de ingreso.

Por ello, existe una gran preocupación por parte de los trabajadores, que no saben qué hacer, si responder o no, por lo que ahora vamos a ahondar un poco más en el tema de acuerdo con las recomendaciones que se han venido dando desde que se conoció sobre esos correos electrónicos pidiendo información sobre el desempeño de cada empleado.

Donald Trump y Elon Musk vienen trabajando juntos desde la campaña presidencial del mandatario estadounidense (Foto: AFP)
Donald Trump y Elon Musk vienen trabajando juntos desde la campaña presidencial del mandatario estadounidense (Foto: AFP)

¿QUÉ SE DEBERÍA HACER SI SE RECIBE EL CORREO ELECTRÓNICO DE ELON MUSK?

El mundo de los empleados federales se vio sacudido por un correo electrónico enviado desde las oficinas de la Oficina de Administración de Personal (OPM) que, en su contenido, llevó a la inquietud y desconcierto a numerosos trabajadores. El multimillonario Elon Musk, en su papel de figura central de la tecnología y de las comunicaciones globales, impulsó una orden que retumbó por todo el gobierno federal. Sin embargo, más allá de la noticia, lo que está generando mayor inquietud es la reacción de las agencias y las medidas que se deben tomar ante este escenario tan inusual.

El mensaje fue claro: todos los empleados federales deben responder un correo electrónico de la OPM antes de un plazo muy ajustado. Lo que parecía una simple instrucción se convirtió rápidamente en una fuente de confusión y desinformación. Es comprensible, entonces, que agencias clave como el FBI, la Agencia de Seguridad Nacional y hasta el Departamento de Defensa hayan tenido que intervenir para aclarar lo que estaba pasando o dar pautas a sus empleados con la finalidad de generarles una mayor confianza.

Kash Patel, director del FBI, envió un correo a sus empleados con un mensaje claro: no respondan de inmediato. Según él, la entidad para la que trabaja tiene sus propios procedimientos de revisión, los cuales se llevarán a cabo dentro de las normativas internas de la agencia. En otras palabras, les pidió a los empleados que “pausaran” cualquier respuesta, indicando que la coordinación del proceso dependería de ellos y no de un correo externo que había llegado sin aviso previo. De esta manera, se entiende que deben esperarse a las pautas internas.

En el mismo sentido, la Agencia de Seguridad Nacional instó a sus empleados a esperar directrices adicionales del Departamento de Defensa. Las autoridades de esta agencia también destacaron que las funciones de muchos de sus empleados son sensibles y, por lo tanto, se debería proceder con cautela. En un mundo tan interconectado, donde la información es tan valiosa como cualquier recurso, la recomendación de no tomar decisiones precipitadas se entendió como un intento de proteger la seguridad y la integridad de las operaciones gubernamentales.

Ed Martin, fiscal interino para el Distrito de Columbia, también tuvo que intervenir en el asunto, transmitiendo su respaldo a los empleados. Su mensaje fue conciso: “Sean generales en sus respuestas si es necesario y, si alguien les da problemas, yo los respaldo”. Es un alivio, sin duda, para aquellos que se sienten atrapados en un sistema de plazos inquebrantables y que, por las características de su trabajo, no pueden cumplir con los requisitos tan estrictos de un correo electrónico.

Mientras tanto, los empleados de las diversas agencias se encuentran en una especie de limbo, esperando la claridad que aún no llega. Si bien algunos recibieron la instrucción de no responder, otros aún tienen que decidir si se atreven a responder a un correo que podría, según algunos, tener implicaciones legales o de seguridad. La falta de consenso sobre cómo proceder ha sido una constante fuente de incertidumbre, y los empleados están, comprensiblemente, preocupados por las consecuencias de sus decisiones.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

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