
Como lo venía haciendo durante años, Erik Payán Ibarra acababa de abrir su tienda de neumáticos en un pequeño pueblo de Texas cuando fue arrestado por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y puesto tras las rejas durante casi un mes, tiempo tras el cual recuperó su libertad y pudo reunirse con su familia. La detención de este mexicano de 51 años que lleva más de dos décadas de residencia en Estados Unidos fue una de los más de 118 que se produjeron durante una redada en Colony Ridge, una comunidad predominantemente latina, como parte de la mano dura del presidente Donald Trump contra los inmigrantes.
«Nunca pensé que el ICE me arrestaría aquí. Sé que este es un lugar público porque está abierto y la gente viene aquí por mi negocio, pero nunca pensé que me detendrían aquí», dijo Payán a la televisora FOX 26 sobre lo que le tocó vivir el pasado 24 de febrero en su propio establecimiento que, pese a contar con la licencia correspondiente y pagar tanto impuestos como una hipoteca, fue objeto de una auditoría de inmigración centrada en la verificación de los empleados bajo la Ley de Reforma de Inmigración y Control (IRCA, por sus siglas en inglés) de 1986, un proceso común en las empresas para detectar a trabajadores indocumentados.
La raíces de este abnegado padre de familia que va a la iglesia los domingos y sus vecinos responden por él están ahora en Texas, pero carece de documentos para quedarse legalmente. Su situación es muy parecida a la de muchos de los millones de indocumentados que viven en Estados Unidos, un grupo estimado oficialmente en 11 millones, pero posiblemente más cercano a los 14 millones, según un informe reciente de la ONG Migration Policy Institute.Por eso no es sorpresa que los agentes de ICE hayan decidido arrestarlo sin previo aviso justificando así el operativo que llevaron a cabo como una medida para verificar el cumplimiento de la ley laboral.

Detenido durante 27 días lejos de su familia
Si bien no tiene antecedentes criminales, ICE decidió incluir a Payan entre los detenidos cuyos cargos y condenas incluyen conducta sexual delictiva, homicidio, robo, homicidio por negligencia, abusos sexuales a menores, delitos de vileza moral, delitos con armas y delitos de drogas. Sobre su experiencia en el Centro de Procesamiento de Montgomery, lugar en el que pasó 27 días injustamente tras las rejas, el esposo y padre de tres hijas dijo que había muchos inmigrantes detenidos y que todos se trataban bien entre los detenidos. En cuanto a quienes los custodiaban, algunos eran amables, otros los trataban fatal.
«Hacía mucho frío. Salí de allí enfermo. Gracias a Dios mi mujer pudo conseguirme medicinas y prepararme té. Sigo medicándome, pero me encuentro mucho mejor», dijo Payan Ibarra, quien dijo que durante su detención a veces dormía en habitaciones sin calefacción, perdió más de veinte libras (casi 10 kilos) y contrajo un virus respiratorio.

El principal sostén de su familia
Payán ingresó a EE.UU. con un visado de trabajo, pero se quedó cuando expiró, haciendo su vida con su esposa desde hace 32 años, Alejandrina Morales, y sus tres hijas, la menor de ellas (Alondra) nacida en el mencionado país norteamericano. Él es el principal sostén de su familia, sobre todo de Érika, su hija del medio quien quedó paralizada de cintura para abajo cuando era una niña pequeña tras un accidente automovilístico y que tuvo que tomar la decisión de amputarse la pierna el mismo día en que su padre fue detenido por el ICE, y de su nieta Kyomi, quien sufre de una cardiopatía congénita.
«Me quedé en shock cuando el abogado me llamó y me dijo que el juez había concedido la libertad a mi marido. Estaba llorando al teléfono. Lo único que pude decir fue ‘Gracias a Dios’», explicó Morales. «Tuve que apañármelas para reunir los 5.000 dólares de la fianza», añadió sobre el caso de su esposo que fue representado por la abogada de inmigración Silvia Mintz, que se hizo cargo de su caso gratuitamente. La letrada creía que la falta de antecedentes penales de Payan, sus cero arrestos y su historia de dificultades podrían ser favorables ante un juez de inmigración. «Ésos son los tres elementos que hay que demostrar para obtener la libertad bajo fianza», acotó Mintz.
Finalmente, después de casi un mes en detención, Erik Payán Ibarra fue liberado bajo una fianza de 5000 dólares el 21 de marzo de 2025, pero su caso todavía no está resuelto. Pero el caso de Payán no está resuelto. Según ICE, las personas detenidas sin estatus legal serán liberadas después de que se apruebe su fianza y se firme un contrato de fianza. «Su caso de inmigración no termina», dijo Mintz. «Tenemos que seguir luchando contra la expulsión. Tendremos más vistas judiciales. La única diferencia es que él no va a ser detenido», añadió la abogada sobre su cliente, quien debe demostrar que tiene un alivio migratorio a su disposición para permanecer en EE.UU.
Según el Consejo Estadounidense de Inmigración, el alivio migratorio ofrece vías para que las personas en situación legal dentro de EE.UU. puedan solicitar un alivio de la deportación, pero las agencias de inmigración suelen adoptar interpretaciones restrictivas de los requisitos. Mientras tanto, Erik Payan ya se encuentra nuevamente reunido con su familia y trabajando arduamente para seguir sacándolos adelante, pero debido a su estatus mixto, no puede evitar sentir una preocupación palpable sobre lo que podría venir después tanto para él como las miles de personas que atraviesan una situación similar tras al perseguir «el sueño americano».












