
Beber alcohol mientras se conduce en California no es un asunto menor: puede costar miles de dólares en multas, tiempo tras las rejas y hasta la suspensión de la licencia de conducir. Pero muchos se preguntan qué ocurre con los pasajeros: ¿es legal que alguien en el asiento trasero o de copiloto disfrute de una bebida alcohólica mientras viaja? La respuesta, aunque algunos la desconocen, es clara y está regulada por la ley.
¿QUÉ SE CONSIDERA CONDUCIR BAJO LOS EFECTOS DEL ALCOHOL EN CALIFORNIA?
Según el Manual del Conductor de California, es ilegal manejar bajo los efectos del alcohol o cualquier droga que afecte la capacidad de conducir de manera segura. Esto no se limita al alcohol: ciertos medicamentos, incluso los recetados o de venta libre, pueden reducir los reflejos y poner en riesgo la seguridad vial. Lo mismo ocurre con la marihuana: aunque su uso medicinal y recreativo es legal en el estado, conducir bajo sus efectos sigue siendo un delito.
En cuanto a beber en el vehículo, la norma es contundente: ni conductores ni pasajeros pueden consumir alcohol o fumar marihuana dentro de un auto que circula por la vía pública. Esto incluye cualquier envase abierto, desde botellas y latas hasta vasos, copas o incluso envases vacíos escondidos bajo el asiento. Si el sello está roto o el envase está abierto, la ley lo considera un “contenedor abierto” y queda prohibido en la cabina del vehículo.

EXISTEN ALGUNAS EXCEPCIONES
Los envases abiertos pueden guardarse legalmente en el maletero o en un compartimento cerrado con llave, pero nunca en la guantera ni en lugares de fácil acceso. Además, los pasajeros de vehículos especiales como limusinas, taxis o autos de alquiler con chofer sí tienen permitido consumir bebidas alcohólicas durante el trayecto.
Sin embargo, los pasajeros de servicios de viaje compartido como Uber o Lyft no gozan de esa excepción: para ellos, la ley de contenedores abiertos sigue vigente.

¿CUÁLES SON LAS SANCIONES?
Las sanciones por violar estas disposiciones pueden ser severas. Una multa por llevar un contenedor abierto puede costar desde US$250 hasta US$363 con tarifas incluidas, según el bufete Kraut Law Group.
En el caso de menores de 21 años sorprendidos con alcohol en un vehículo, las consecuencias son aún más graves: se les puede acusar de un delito menor, lo que acarrea multas de hasta US$1,000, un año de cárcel en el condado, servicio comunitario obligatorio y la posible suspensión de la licencia de conducir por un año.
Si hablamos de conducir bajo los efectos del alcohol, las consecuencias escalan rápidamente. Un conductor detenido por primera vez puede recibir una multa de hasta US$1,000 más tarifas y sanciones adicionales, además de pasar hasta seis meses en la cárcel del condado. El Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) también puede suspender o revocar la licencia de manera inmediata tras un arresto por DUI (Driving Under the Influence).
Los reincidentes enfrentan penas mucho más duras. Una persona declarada culpable de manejar bajo los efectos del alcohol cuatro o más veces en un período de 10 años puede recibir hasta US$5,000 en multas y cumplir una sentencia de hasta tres años en prisión estatal, de acuerdo con el bufete Chudnovsky Law. Esto refleja la seriedad con la que California trata este tipo de delitos, buscando reducir los accidentes y proteger vidas en las carreteras.
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