Bangkok. [EFE / AFP]. Un crucero con más de 2.000 personas a bordo que había sido rechazado por las autoridades de varios países asiáticos ante el riesgo de que alguno de los viajeros sea portador del nuevo coronavirus ha recibido luz verde para atracar en Camboya, informa la compañía.
El crucero Westerdam, de la compañía naviera Holland America Line, anunció este miércoles que ha tomado rumbo hacia la ciudad costera de Sihanoukville, donde tiene previsto llegar el jueves a las 7 de la mañana, después de que Tailandia le denegara el martes el permiso para desembarcar.
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“Hemos recibido todas las autorizaciones y estamos extremadamente agradecidos a las autoridades camboyanas por su apoyo. Los pasajeros desembarcarán en Sihanoukville en los próximos días y serán transportados en vuelos chárter a Nom Pen, desde donde podrán viajar de vuelta a sus casas”, informaba la compañía en un comunicado.
El navío, en el que viajan 1.455 pasajeros y 802 tripulantes que partieron el día 1 de Hong Kong, tenía previsto llegar este sábado a la ciudad japonesa de Yokohama, pero las autoridades niponas le denegaron la entrada después de que una persona a bordo mostrara síntomas de estar infectado con el nuevo coronavirus procedente de China, tras lo cual fue rechazado en Taiwán, Filipinas y Guam.
“Todos los pasajeros en el barco están sanos y, a pesar de informaciones erróneas, no hay casos conocidos o sospechosos de coronavirus a bordo”, precisó la compañía en su comunicado.
El número de muertes por la epidemia de coronavirus en China aumentó más de 1.100 el miércoles, pero el balance de nuevos casos de contagio disminuyó por segundo día consecutivo, lo que aumenta la esperanza de que el brote alcance su máximo a finales de este mes.
Autoridades sanitarias chinas anunciaron el miércoles que 1.113 personas ya murieron en China continental (que excluye a Hong Kong y Macao) a causa de la epidemia del COVID-19, y el número de contagiados subió a 44.653.
La mayoría de las muertes y casos se registran en la central provincia de Hubei, cuya capital Wuhan es el epicentro de la epidemia y donde 56 millones de personas fueron puestos en aislamiento.
A medida que Beijing lucha por contener la epidemia, el número de personas infectadas en un crucero frente a la costa de Japón se elevó a 174.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la epidemia era una “amenaza muy grave”, pero luego admitió que había a la vista una “oportunidad” de controlar la crisis.
Encerrados en casa por miedo a contagiarse, millones de chinos recurren a internet para seguir con su vida diaria, ya sea trabajando desde casa, estudiando a distancia o visitando virtualmente museos y exposiciones.
Además de aislar a Hubei, las autoridades han restringido los movimientos en otras ciudades alejadas del epicentro en su esfuerzo sin precedentes para contener el virus.
La epidemia ha amenazado con perjudicar a la segunda economía más grande del mundo.