México celebró el miércoles el aniversario 210 de su independencia en unas circunstancias sin precedentes debido a la pandemia de coronavirus. El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la víspera el tradicional Grito de Dolores o Grito de Independencia, que, de manera inédita, se realizó ante un Zócalo vacío, sin las multitudes que acostumbran llenar la emblemática plaza durante la celebración nacional.
Este año, la ceremonia fue seguida por la mayoría de mexicanos a través de televisión e Internet. A través de las pantallas, los ciudadanos presenciaron cómo López Obrador por primera vez rompió el protocolo de la festividad e inició la ceremonia con un solemne minuto de silencio dedicado a las victimas del virus, como reportaron los principales medios mexicanos, entre ellos “El Universal”.
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"La celebración de este año representa un momento único de la historia de nuestro país”, dice a El Comercio Rocío Gress, historiadora mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que a la vez destaca que el espíritu de convivencia y de compartir es inherente a nuestras sociedades, incluso si se vive de una manera distinta a la habitual.
“Toda Latinoamérica tiene eso en la vena: generar una convivencia social y a partir de esto tener empatía también”, afirma.
— ¿Cómo describirías la celebración este año?
Creo que ha sido desolada en muchos aspectos. Esta es una de las fiestas fundamentales en México. Se celebra con mucho fervor en todo el país. Siempre se festeja de manera pública, en las plazas, con gente en las calles, hay ferias en el mismo Zócalo, en el centro de la ciudad. Y ahora no. Fue como estar recluidos en las casas. Sin embargo, pervive la unidad familiar, ese espíritu de la convivencia con la familia, que se ve mucho en el país. El espíritu festivo está en comer, en reunirse y en conmemorar un hecho que en algún momento convocó a la lucha armada de la independencia, que es lo que se celebra con el Grito de Dolores.
— Precisamente, ese grito que es el acto central de la celebración de la independencia este año se ha realizado de forma virtual y se ha celebrado a la distancia. ¿Qué tan histórico es este hecho?
Es inédito, nunca había pasado algo así. Desde que esta arenga del Grito de la Independencia se da en la convocatoria de la lucha armada, empezó a convertirse en una tradición, prácticamente después de que lo hizo Miguel Hidalgo en 1810. Para 1812 ya se estaba haciendo de manera sistemática con todas las variantes que puede haber. Y siempre se ha hecho con gente. La convocatoria siempre ha sido con personas a las que se les llamaba a reflexionar sobre el país, a defender el país en este ámbito de la guerra. Pero en esta ocasión se hizo en un Zócalo vacío. Hubo muchísima actividad en cuanto a música y fuegos artificiales, que es lo que normalmente se hace, pero, efectivamente, fue virtual.
El pueblo tiene, en todo momento, el derecho de modificar la forma de su gobierno. Conferencia matutina. https://t.co/AdDFc8ANQR
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) September 15, 2020
El presidente estuvo como el gesto político en el Palacio Nacional, dando las campanadas, que es la convocatoria que se piensa que pudo haber dado Hidalgo en aquel momento. Y la gente estuvo viendo esto desde sus casas y uniéndose a la distancia con la conmemoración fundamental con el himno nacional. No hubo cercanía física por el virus y se siente en términos de cómo se vive la colectividad. Esto nunca había pasado y sí se siente diferente. Es un momento único de la historia de nuestro país.
— ¿Qué simboliza el grito en la historia de México? ¿Por qué es tan importante?
Es fundamental precisamente por lo que implica gritar. Se le llama Grito de Dolores porque inició en un pueblo precioso de Guanajuato llamado Dolores y que ahora se llama Dolores Hidalgo en honor al cura que hizo la convocatoria. Y lo que se conmemora es la llamada que se pudo haber dado el 16 de setiembre de 1810 para unirse en contra de las autoridades hispanas. Esto lo hace Hidalgo como un gesto de un grupo organizado mucho más grande, un grupo insurgente que estaba tratando de movilizar a las personas en contra de las autoridades hispanas.
La guerra de independencia se inicia formalmente con este grito que llama a la abolición de muchos abusos, como la esclavitud, pero sobre todo a la autonomía como una autogestión gubernamental. Y con este gesto empieza una secuencia de movimientos armados que llevarán a la independencia. Aparentemente, no hay registro que ese grito se haya dado como tal al año siguiente. Es hasta 1812 que vuelve a ser gritado en conmemoración a lo que hizo el cura Hidalgo en Dolores, y lo hace José Ignacio Antonio López-Rayón en Huichapan. Y desde ahí fue más sistemático. Para 1813, Morelos ya lo implementa en un documento que estipula esta soberanía y autogobierno en las bases de la nación. Y ese documento después se replica para que en 1814 se ponga por primera vez en la Constitución de Apatzingán, entonces ahí ya se pone como un día de celebración nacional el 16 de setiembre.
Para 1821, que es cuando se termina como tal la independencia o se promulga el documento, ya entra el Ejército Trigarante, que es el que une a los ejércitos realista e insurgente. Entonces ya hay un convenio para llegar a una unidad y ahí es donde vienen los tres colores que representan nuestra bandera actual: el verde, el blanco y el rojo, que es esta unidad de este Ejército de las tres garantías, que eran la religión, la independencia y la unión. A partir de 1821 ya queda implementado este elemento festivo que involucra la independencia como tal.
— Y desde ahí se ha celebrado sin interrupción.
Así es. Desde entonces queda muy implementado. Hay muchas variantes porque este grito ha tenido elementos que algunos presidentes incluyen como parte de la arenga. Por ejemplo, Lázaro Cárdenas gritó “viva la revolución social”. El presidente que tenemos ahora, Andrés Manuel López Obrador, dijo “viva la diversidad”, “vivan los pueblos originarios”.
Varía un poco en función de las presidencias, pero la constante es que son los titulares de los distintos niveles de gobierno –en el caso del extranjero, los embajadores o los representantes oficiales–, quienes toman la bandera y la ondean y en conmemoración a este grito que llamó a la independencia dicen una serie de vivas, como “viva México”, “viva la independencia”, “viva la autonomía”, etc.
— ¿Cómo dirías que ha llegado AMLO a su segundo grito? El mandatario ha sido criticado por no evitar las multitudes y porque no le gustan las mascarillas, aunque debido a la fuerza con la que la pandemia ha golpeado México instó a la gente a que se una a las celebraciones de forma virtual…
Así es. Hay un contraste muy fuerte con su primer grito. El año pasado hubo una celebración generalizada porque, como sabes, la historia del país ha llevado a que él sea el presidente electo por voluntad popular, entonces había un contento muy grande. Fue la primera vez que hubo una integración nacional. Como muchos pueden notar, a veces lo mexicano se concentra en aspectos de Jalisco, como el mariachi, o con alguna comida especial, pero el presidente estuvo incitando mucho a la diversidad del país, a una unidad nacional que se vio reflejada el año pasado. Se hizo una fiesta popular, la verbena duró gran parte de la noche y hubo un contento generalizado. Este año el contraste fue brutal porque no había tanta gente en las calles y, por otro lado, López Obrador no tuvo esta resonancia con las personas que tuvo el año anterior.
La virtualidad ha hecho que estemos más concentrados en cómo nos percibimos nosotros en función de lo que hacemos y no de la resonancia que hay con las otras personas. El presidente fue mucho más austero, no hubo tanta emoción, él mismo no reflejó tanta emoción como el año pasado y las medidas sanitarias son inapelables. Había que estar resguardados porque las condiciones no ameritan una celebración multitudinaria y en la Ciudad de México, el Zócalo convoca a una gran cantidad de personas, no solo por el número de personas que se congregan, sino por la diversidad de lugares de los que llegan. El Zócalo por excelencia ha sido un lugar que convoca descontentos, pero también celebraciones. Afortunadamente, creo yo, desde que está López Obrador en la presidencia ha convocado a gente que ha estado apoyándolo y generando diferentes maneras de convocatorias en este cambio social que ha propiciado el propio presidente.
— ¿Cómo crees que va a pasar a la historia esta celebración? ¿Este Grito de Dolores del 2020?
Como una celebración realizada en un contexto de transformaciones muy grandes. Creo que en términos de un evento como el Grito de Independencia no se podría traducir como un hecho único, sino como un hecho que está en un contexto de cambios muy fuertes. Yo creo que el 2020 va a marcar un hito de transformaciones muy profundas en general para todo el mundo. Desde cómo nos relacionamos, cómo ejecutamos nuestras celebraciones públicas. Toda Latinoamérica tiene eso en la vena: generar una convivencia social y a partir de esto tener una empatía también. No es tanto un estado nación, como se ve en los libros de texto, sino cosas bien sutiles que están en que la gente se reúna para conmemorar algo y reunirse con la familia, que es lo más central y mueve todas las sociedades.
El ambiente de la solidaridad, de la celebración, de la compañía siempre va a ser necesaria. Los momentos son difíciles, los tiempos son muy complicados, pero estos tiempos también dan esta necesidad de querer coexistir en un ámbito más amable, más cordial y eso es lo que hace la fiesta. Es por eso que mucha gente en sus casas igualmente compró su pozole, las tostadas, el tequila o las cosas que los unen para poder estar en un ambiente de fiesta. Al futuro yo creo que va a pasar como un hecho inédito, que es que no hubo gente en el Zócalo, ni congregaciones sociales, pero también es una muestra de que estas celebraciones son urgentes y necesarias como todo el tiempo en la vida de los seres humanos.
Esta nota se realizó con motivo de la celebración 210 de la independencia de México, que este año se vio alterada por la pandemia de coronavirus. Para conocer el impacto de esta coyuntura en la festividad, así como para ahondar en los antecedentes históricos de esta fecha se entrevistó a la historiadora mexicana Rocío Gress. La experta de la UNAM ya ha sido consultada antes por la redacción de la sección Mundo para otros temas vinculados a la historia y cultura mexicana.
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