Brindamos un sentido homenaje al flamante presidente regional de Moquegua, Jaime Rodríguez. En tiempos donde la mentira parece haberse apoderado de la política nacional, don Jaime nos recuerda que no todo está perdido, y que todavía existen políticos que ponen la sinceridad por encima de sus intereses políticos e, incluso, por encima de su propia libertad.
Como se recuerda, Jaime Rodríguez ya fue presidente regional hace cuatro años. En un mitin de su reciente campaña para volver al cargo, rememoró sus tiempos como servidor público señalando que mientras otros presidentes regionales se habían llevado la plata en camiones y volquetes, él solo se la había llevado en carretilla. Como es natural, el leal pueblo moqueguano –emocionado por la honestidad de su líder y conmovido por el esfuerzo físico desplegado para trasladar el dinero– decidió premiarlo nuevamente con el máximo cargo regional.
Pero ahí no se acaban sus gestos de grandeza. Presagiando tal vez lo que sería su nueva gestión, don Jaime ha dejado que el Poder Judicial lo condene esta semana a cuatro años de prisión efectiva. Es decir, mientras otros presidentes regionales electos se preparan para ser igual de polémicos que sus antecesores, don Jaime ha decidido liderar con el ejemplo y evitar mayores escándalos. Sin duda alguna, la gratitud del pueblo moqueguano ante tanto desprendimiento y sinceridad se traducirá, una vez más, en las siguientes elecciones.