El Perú asumirá la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico, tal y como acordaron los cuatro países miembro, el 1 de agosto en Santiago y la mantendrá hasta el primer trimestre del 2024, según informó el embajador de Chile en el Perú, Óscar Fuentes Lira.
“En estos 30 días (con Chile asumiendo al presidencia de la Alianza del Pacífico) habrán algunas reuniones entre autoridades para comenzar a retomar lo que era la agenda de la alianza, y el 1 de agosto en Santiago se va a hacer el traspaso. Tiene que determinarse cómo va a ser la forma”, detalló este viernes en declaraciones a TV Perú.
“Esa es la fecha que Chile va a traspasar formalmente al Perú para que asuma su presidencia, entiendo, hasta el primer trimestre del 2024 y ahí Perú nos pasa a nosotros la presidencia”, detalló al recordar que según la normativa se sigue el orden alfabético de los países integrantes.
Fuentes Lira destacó que se haya logrado superar el impasse para que la Alianza del Pacífico retome sus funciones ya que las actividades se habían suspendido, lo que retrasó la agenda de trabajo hasta este 28 de junio, en que se decidió que Chile asumiría la presidencia pro témpore para entregarla al Perú el 1 de agosto.
“Hay todo un esquema y una agenda de trabajo que lamentablemente se detuvo o se enlenteció y eso tenemos que revigorizar estos días [...] Esta situación que sucedió, por suerte, ha sido ya subsanada y que las cosas transiten por el camino que deben transitar”, exhortó el embajador.
El Gobierno del Perú debía recibir, en diciembre del 2022, la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico para el periodo del 2023 y por el plazo de un año. Esto no se concretó tras el golpe de Estado que perpetró Pedro Castillo el 7 de diciembre del 2022, lo que generó su vacancia por decisión del Congreso y la posterior sucesión de Dina Boluarte como nueva presidenta de la República.
El mandatario mexicano, López Obrador, rechazó entregar el puesto de presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico por su respaldo a Castillo Terrones y tras calificar en reiteradas ocasiones al gobierno de Boluarte como ilegítimo, refiriéndose a su homóloga como una “usurpadora” del cargo. En respuesta, el Perú retiró a su embajador y dejó la relación con México a nivel de encargado de negocios.