El viernes 9 de diciembre a las 7:25 p.m., algo mágico sucedió en el corazón del Circuito Mágico del Agua. Unos alegres personajes llamados los Guardianes de la Navidad encontraron la clave para encender un gigantesco árbol navideño e inaugurar así el Mundo Mágico de Coca-Cola: el evento más especial de esta temporada que maravilló a las familias peruanas —durante tres días— con atractivos como la Casa de Papá Noel, espectáculos variados, talleres de manualidades y más.
Entre la algarabía de las familias reunidas en torno al árbol, miles de luces iluminaron el cielo limeño. Y para que ese tan esperado momento llegara, no bastó con una cuenta regresiva, pues la clave era que todos los presentes pidieran un buen deseo para otra persona como símbolo de preocupación y amor por el prójimo. Por un instante, todos cerraron los ojos y juntos hicieron magia en una noche inolvidable. Y es que la Navidad siempre encuentra la manera de unir a las personas y tiene una fuerza imparable para superar barreras.
No fue la única emoción, desde luego. Durante los tres días, el Mundo Mágico de Coca-Cola regaló alegría a todos los visitantes, sobre todo a los más pequeños.
La Navidad siempre encuentra la manera
Zoe, una alegre niña de 8 años, llegó desde Chosica y quedó impresionada al ingresar al enorme iglú donde conoció a los clásicos osos de Coca-Cola. Con el frío que hacía al interior, por un momento imaginó que estaba en el Polo Norte y esbozó una gran sonrisa. Y grande fue la sorpresa de la familia Pineda al entrar a la Casa de Papá Noel y encontrarlo sentado y alegre, esperándolos para la foto. La casa estaba repleta de detalles: los regalos listos para entregar a todo el mundo, una hoja de instrucciones para armar su trineo y sus tiernas pertenencias, como sus medias y la chimenea.
Cerca de allí, en el comedor de Papá Noel, las familias se reunían para simular la cena con un espectáculo multimedia. Y cada persona recordaba esos sabores únicos de la Navidad peruana, como el tradicional pavo al horno con ensalada.
En una de las estaciones, los niños podían escribir su carta a Papá Noel y dejarlas en un buzón especial. La pequeña Sophie, a quien le encanta dibujar, pidió tener una Navidad feliz junto a su familia; mientras que Matías escribió que le encantaría recibir una bicicleta. También estuvo Alonso, quien deseaba que su abuelita lo visitara en la Nochebuena. Unos pasos más allá, Rodrigo armó un robot con una botella reciclada y se lo llevó a casa para regalárselo a su compañera del colegio.
Estas tardes navideñas se completaron con shows para niños, coro de villancicos y food trucks para fomentar la magia de compartir.
Sol Jares Canovas, vicepresidente de Operaciones para Perú y Ecuador de Coca-Cola —quien se encargó de presionar el botón de encendido del árbol navideño— está convencida de que la Navidad es compartir con los demás y hacer el bien a los que están a nuestro alrededor.
“En el Mundo Mágico de Coca-Cola se ha sentido una energía increíble. Y es que cuando estamos juntos, la Navidad siempre encuentra la manera”
Sol Jares Casanova
Una caravana especial
Y como es tradición, se desarrolló una caravana que recorrió las calles de la zona sur de Lima con un gran espectáculo lleno de luz, cuyos principales atractivos fueron el clásico trineo de Papá Noel, un show de mandrágoras y los clásicos carros alegóricos.
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