La Tierra se encuentra en constante movimiento, girando sobre sí misma a unos 1,670 kilómetros por hora en el ecuador, mientras orbita alrededor del sol a una impactante velocidad de aproximadamente 100,000 kilómetros por hora. Teniendo en cuenta estas escandalosas cifras, muchos se preguntan por qué no percibimos ni el más mínimo movimiento. La explicación a esta duda será desarrollada en la siguiente nota.
¿POR QUÉ NO SENTIMOS LA ROTACIÓN DE LA TIERRA?
Primero que nada, debemos entender que la sensación de movimiento está ligada a cambios bruscos en la velocidad o dirección. Por ejemplo, si viajas en un vehículo por una pista plana a una velocidad constante, apenas percibes el movimiento, y esto se debe a la ausencia de cambios bruscos que alerten tus sentidos de movimiento.
Esto es lo que sucede con la Tierra, cuya rotación es suave y constante, similar a viajar en un auto en una carretera lisa a velocidad estable. La astrónoma Stephanie Deppe del Observatorio Vera C. Rubin en Chile, explica esta situación de manera simple: “Si cierras los ojos y te desconectas del ruido de la carretera, te sentirías inmóvil”.
Entonces, dicho esto, la rotación constante de la Tierra impide que nuestros cuerpos detecten cambios en el movimiento, según recoge Urban Tecno.
¿QUÉ OTROS FACTORES INFLUYEN EN NUESTRA PERCEPCIÓN DEL MOVIMIENTO DE LA TIERRA?
1. La inercia y la aceleración centrípeda
Cuando un objeto está en movimiento, tiende a mantener ese estado de movimiento, resistiendo cualquier cambio en su trayectoria. Esto es lo que se conoce como inercia. Por ejemplo, al tomar una curva en un coche, experimentamos una fuerza que nos empuja hacia afuera, llamada aceleración centrípeta. Esta fuerza se debe a que nuestro cuerpo tiende a seguir en línea recta, pero el coche nos lleva en una dirección circular.
El planeta Tierra también experimenta esto. Cuando gira, ejerce una fuerza centrípeta sobre nosotros. Sin embargo, esta fuerza es muy pequeña en comparación con la fuerza gravitatoria, por lo que no sentimos que estamos siendo empujados hacia afuera.
2. El movimiento relativo
Este concepto de movimiento establece que no existe un movimiento absoluto, sino que todo está relacionado con algo más. Galileo Galilei, destacado pionero en el campo de la física, ilustró este concepto mediante un experimento mental. Imaginemos que estamos dentro de un barco navegando en aguas tranquilas y a una velocidad constante, todo dentro del navío se desplaza junto a nosotros, generando una sensación de relativa inmovilidad.
Esto se aplica con la Tierra, pues considerando que estamos dentro de su atmósfera, no percibimos estar en movimiento.
3. La gravedad
Si bien la fuerza centrífuga generada por la rotación de la Tierra intenta empujarnos hacia afuera, la fuerza gravitatoria es mucho más fuerte que nos mantiene adheridos a la superficie terrestre.
El profesor de física y ciencia óptica, Greg Gbur, de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (Estados Unidos), destaca que la aceleración gravitatoria en la Tierra es de alrededor de 9.8 m/s², mientras que la reducción de esta aceleración debido a la rotación es de apenas 0.03 m/s² en el ecuador. Esta diferencia es insignificante en comparación con la influencia dominante de la gravedad.
En conclusión, la percepción del movimiento terrestre se ve influenciada por una serie de factores complejos. A lo largo de la historia, gracias a los avances científicos, hemos podido comprender estos fenómenos y apreciar la asombrosa complejidad de nuestro planeta.