David Bisbal es un tipo optimista. El confinamiento en España hace unos meses lo golpeó al inicio, como a todos, pero después se propuso darle la vuelta a la tortilla. Comenzó a trabajar, a crear. Entonces estaban a puertas del verano europeo. Como resultado decidió lanzar una nueva versión de la canción Amor, amé, tema incluido en el disco que lanzó en enero, “En tus planes”. Después, con la apertura del país, grabó el video e ideó una pequeña gira de conciertos a la que denominó Íntimo 2020. Ahora mismo está viajando por diversas ciudades españoles, cantando cada noche en estadios con solo 800 personas. Somos conversó con él a través de una videollamada y esto fue lo que nos contó de toda la experiencia.
Vamos a retroceder un poco en el 2020. ¿Cómo viviste a nivel personal la cuarentena?
Bueno, significó acostumbrarme a muchísimas cosas que todos desconocíamos. Eso sí, me sirvió para estar con mi familia. Jamás me había quedado tanto tiempo en casa. Eso fue lo más positivo del confinamiento. También estuve trabajando un montón. Evidentemente, nadie podía entrar en tu hogar, así que aprendimos a perfeccionarnos como técnicos de iluminación o de sonido. Todo era digital. Fue bastante duro. Mientras, ayudaba a los niños, que tenían que conectarse diariamente a sus clases online.
Acabada la cuarentena en España, en junio, fuiste para tu tierra, Almería.
Sí. No lo podíamos creer. Fue una alegría enorme, pues pensábamos que íbamos a estar confinados muchísimo más tiempo. Que los niños se iban a quedar sin vacaciones de verano y que no íbamos a poder visitar a nuestros familiares. Felizmente pudimos salir.
Grabar el videoclip del sencillo que has relanzado ahora, Amor, amé, fue tu primer trabajo tras la cuarentena.
Sí, fue emocionantísimo porque yo pensaba que no íbamos a hacer más trabajos presenciales, que todo iba a ser on-line. Sin embargo, pudimos. No daba créditos a ver a la gente de producción, las cámaras. Con sus medidas de protección, por supuesto. Pero fue fantástico ver de nuevo que se podía trabajar. Y no solamente los músicos, sino que todos los sectores se abrían de nuevo. Entonces no se podía hacer conciertos, pero desde ya estudiábamos las posibilidades para concretarlos, como hemos hecho, con la normativa que nos marcaba el Gobierno.
Desde Latinoamérica, que está en el pico de la pandemia, la idea de asistir a un concierto es lejana, casi onírica. ¿Cómo lo estás resolviendo en la gira Íntimo, que iniciaste este mes?
Estudiamos bien la situación con los promotores. Analizamos las medidas de seguridad de cada ciudad, ya que son distintas. En general, no podemos tener un aforo mayor a 800 personas y se tenía que mantener una distancia entre los asistentes. Para los promotores es difícil, porque esa cantidad de gente no les es rentable y de ahí que valore su trabajo valiente. Nosotros, al ser una gira pequeña, llevamos menos producción. No hay pantallas. Solo son cuatro músicos. Pero nada más el hecho de ver a la gente ilusionada, contenta de trabajar, me da felicidad. Siempre, siempre pensando en la seguridad. En Canarias y en Cádiz, por ejemplo, la gente podía sentarse en mesas con 6 o 7 personas. Allí la gente, por ejemplo, no está obligada a tener mascarillas porque los niveles de contagio son bajos, pero no podían levantarse a bailar. En Cádiz, sí había que usarla. En Barcelona se sentaban en butacas y se guardaba la distancia en función de las personas que iban juntas. Las colas de entrada son más lentas, porque tienen que avanzar guardando espacio. Y los músicos tenemos prohibido saludar al ingresar al recinto. Así que todos nos estamos esforzando para que se pueda hacer eventos, distintos, pero en fin. Yo quisiera decirles a los peruanos que van a poder ir a conciertos otra vez, que van a ser pequeños y con esa distancia, pero lo harán.
Es un mensaje de aliento. Pensar que en un punto vamos a volver...
Sí, pero es muy importante que la gente entienda que no debe confiarse. Aquí, luego de que se abriera el confinamiento y se permitiese hacer conciertos, pensamos que esas 800 personas de aforo iban a ir aumentando, pero va sucediendo lo contrario. La gente se está confiando y se están dando brotes. Ahora que vosotros tenéis la oportunidad de vernos como ejemplo, es vital que tomen las medidas de precaución, porque esto no se ha acabado. Si aquí en España seguimos como vamos, nos van a volver a confinar. Y eso es lo que no queremos.
Aquí, en Perú, en su afán por trabajar, están dando conciertos on-line. Se llega a mucha gente. ¿Has pensado hacerlo?
Bueno, yo respeto a todos. Pero lo que he hecho on-line ha sido completamente altruista y gratuito. Si en algún momento lo repitiese, sería algo para la gente. Buscaría otras formas de lograr ese trabajo remunerado, por así decirlo.
Las artes nos han salvado un poco del estrés del encierro, del distanciamiento. La literatura, el cine. Pero con tanto teletrabajo y homeschooling, a veces se nos olvida. ¿Por qué deberíamos escuchar más música hoy?
La música es una medicina muy efectiva. Y une a mucha gente. A almas heridas. Lo hemos podido ver durante el confinamiento: cómo la gente entre balcones inventaba cánticos. Coreaban juntas. Cura, de eso no tengo duda. //
TRES MOMENTOS
INICIOS: David Bisbal (España, 1979) cobró celebridad hace dos décadas cuando obtuvo el segundo puesto de la primera temporada del reality show de televisión Operación triunfo.
CARRERA: Su debut discográfico fue con el álbum Corazón latino (2002), de donde se desprenden las canciones: Ave María y Lloraré las penas. Pero fue con el titulado Bulería (2004) que su éxito se consolidaría.
FAMILIA: El artista tiene dos hijos Ella y Matteo. El último, de su esposa, la modelo e influencer Rosanna Zanetti, con quien ya espera un tercero, según lo anunciaron en mayo pasado.