Hace más de cinco años, Andrés Lazo –conocido en el rubro musical como Lasso– dejó su natal Venezuela con la promesa de apostar por su carrera musical en México. “Fue duro. Migrar es enfrentarte a un mundo diferente, por eso siempre se agradecen las oportunidades y el cariño”, comparte. En ese entonces, su mente estaba ocupada en componer canciones memorables sin el mayor afán de convertirse en un fenómeno mundial. Sin embargo, con el sencillo Ojos marrones, ha logrado lo inesperado: llegar a oídos del mundo e inspirar la creación de más de 400 mil videos en Tiktok.
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Durante su paso por la capital el mes pasado -para cantar en Arequipa y Lima con sold out- conversó con Somos acerca de su fuerte conexión con el Perú, el ‘boom’ viral en que se ha convertido ‘Ojos marrones’ y sus proyectos a futuro. Respondió, además, algunas preguntas sobre su natal Venezuela, lo complicado que es migrar y cómo se siente cada vez que regresa.
—¿Por qué elegir a Perú para cerrar tu gira mundial ‘Algodón’?
Pues porque Perú fue el primer país que apoyó en mi carrera. Siempre están primero en los charts. Quería agradecerles el cariño, y esta creo que es la mejor manera. Prometo que el concierto será inolvidable y con muchas sorpresas.
—Tu carrera inició hace una década, pero el verdadero ‘boom’ mundial fue este año con ‘Ojos marrones’. ¿Cómo te sientes con el alcance que ha logrado?
Ha sido una locura. El quiebre fue progresivo, eso sí, no tan de pronto. Recuerdo que la primera señal fue un 19 de junio, que la canción subió significativamente aún siendo domingo. Tú y los demás no tienen por qué saberlo, pero generalmente las canciones bajan los fines de semana, sobre todo en domingo. Así que cuando empezó a subir nos pareció extraño. Arrancamos en 45 mil y ya para el domingo estábamos en alrededor de 70 mil escuchas diarias. Luego vino el boom en Tiktok. Lo más increíble de todo esto ha sido verme al lado de artistas internacionales en los diferentes charts. Estoy muy agradecido.
—Además de volverte viral, ¿qué crees que es lo más lindo que te ha regalado ‘Ojos marrones’?
Lo más lindo de este tipo de canciones, como ‘Ojos marrones’ es que te hacen dar cuenta que lo diferente también puede funcionar. ‘Ojos marrones’ no es una canción urbana y no tiene un featuring potente. Solo soy yo cantando con un tempo calmado, que no suena mucho a lo que se suele escuchar en los charts. En cierta forma me ha dado esperanza a seguir creando cosas distintas, con la promesa de que pueden funcionar a nivel mundial.
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—Hubo un momento quiebre en tu carrera y en tu vida. Hace cinco años tuviste que migrar de Venezuela porque la situación era muy compleja.
Mira, fue un momento muy duro. Siempre migrar es comenzar de cero en un país que tal vez puede tener tu mismo idioma y costumbres parecidas, pero que sigue siendo un mundo diferente. Al empezar desde nada en otro país buscas oportunidades, cariño también. Encontrar un lugar en medio de lo desconocido. En mi caso, fue un golpe rápido, migré con muchas expectativas y varias no llegaron a cumplirse. Es un proceso complicado.
—Lima, de hecho, es la ciudad con más migrantes venezolanos en el mundo. ¿Qué mensaje le darías a tus compatriotas?
Les diría que no dejen de ser agradecidos siempre, que con bondad se pueden derribar las barreras que nos separan y hacer comunidad en lugar de separarnos. Yo soy de la de la creencia de que uno tiene que llegar a un país nuevo con muchísima humildad y respeto. A veces hay que bajar la cabeza y trabajar duro, pero las cosas siempre mejoran si le pones empeño. En mi caso, yo me siento ciudadano del mundo. Nací en Venezuela pero afortunadamente mi carrera me ha hecho convivir con distintas culturas y costumbres.
—¿Y qué sientes cada vez que vuelves [a Venezuela]?
Cada vez que regreso me siento seguro. Es como si volviera a la barriga de mi mamá. De hecho, vuelvo cada tanto no solo por mis conciertos, sino porque mis papás aún viven allí y me encanta estar con ellos, soy una persona muy familiar. Se siente lindo volver al lugar donde creciste, con tu gente. Sentir su cariño y apoyo significa mucho para mí.
—Pasando al tema del amor: tuviste una relación muy larga con la actriz Sheryl Rubio y digamos que todo terminó de manera abrupta, bajo la mirada de cientos en internet ¿Crees que a partir de ello ahora tienes más límites sobre lo que compartes o no en redes sociales?
Sin duda. A partir de eso yo decidí no volver a hablar de mi vida personal en redes sociales. Lo que sucede, además del morbo que genera, es que cuando tú compartes demasiado sobre tu relación, la gente llega a creer que la conoce genuinamente, y que puede opinar o decidir al respecto. Cuando tuve la ruptura, mucha gente empezó a meterse en la relación, y a sacar conclusiones que estaban alejadas de la realidad. Obviamente acepté mi responsabilidad porque yo les di la oportunidad para que lo hagan, pero desde ese momento aprendí que lo privado debe mantenerse como privado y que hay otras cosas bonitas que sí puedo compartir con mi música.
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—Sin embargo, el amor y tus relaciones continúan siendo punto de partida en muchas de tus canciones. Además sobre ello gira el concepto de los conciertos en tu gira...
Pues sí, pero de manera muy artística. Hilamos las estaciones del año con lo que más o menos siente uno cuando está enamorado y de pronto no todo parece ser todo color de rosa. Creamos una especie de cuento a partir de una ‘mini’ relación que tuve y terminó. Pero para que todo no sea drama o tristeza, decidimos cerrar el concierto con un aprendizaje. Y la verdad es que es como la vida misma ¿no? a veces de lo feo resulta una enseñanza positiva.
—¿Qué aprendizajes compartes con el público al final del concierto?
La primera que digo es que todo lo que viene después es mejor. Que a veces duele, pero que estén seguros que en el camino les espera algo que será más bueno. Lo segundo, es que todo en la vida pasa. Lo bueno, lo malo, todo pasa. Cuando estés arriba, disfruta; y cuando estés abajo recuerda que vas a volver a subir. Tranquilo. Por último, digo que no hay tiempo que perder. La vida nadie la tiene comprada. Hay que aprovechar, amar y disfrutar cada minuto.//