Sean Connery a un año de su muerte: el futbolista que se convirtió en el primer James Bond

El actor escocés Sean Connery falleció el 31 de octubre del 2020 a los 90 años, pero su legado artístico sigue vigente. Un año después de su muerte, Connery es recordado por darle vida al afamado James Bond en la pantalla grande, aunque no ha sido el único papel que logró destacar en el cine.

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Nacido en Edimburgo (Escocia) el 25 de agosto de 1930, Thomas Sean fue hijo de Joseph Connery, un conductor de camiones y de Euphemia, una empleada de limpieza. Ocho años después, llegó su hermano menor Neil Connery. Debido a su condición humilde, dejó los estudios escolares a los 13 años para trabajar como repartidor de leche en la St. Cothbert’s Co-operative Society. También trabajó como chofer, jornalero, albañil e incluso pulidor de ataúdes.

Aunque, Sean nunca imaginó que terminaría siendo actor, porque antes de llegar al mundo del cine, tentó oportunidades en otros rubros. Conoce aquí más sobre su historia.

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Sus pasiones antes de la actuación

Después de trabajar para empezar a ganarse la vida, Sean Connery decidió ingresar a la Royal Navy, la rama naval de las Fuerzas Armadas británicas. Durante esos años que estuvo como oficial, se hizo dos tatuajes muy especiales que demostraban sus compromisos personales.

El primero estaba dedicado a su país natal con la frase “Escocia para siempre” dentro de un corazón con un cuchillo clavado. El otro era en honor a sus padres: el tatuaje era una ardilla y un pájaro con la inscripción ´papá y mamá´. Esto representaba el apego a su familia y la defensa de su patria.

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Sin embargo, el actor no pudo continuar con su carrera en la marina debido a una úlcera péptica duodenal, condición hereditaria que había afectado a la mayoría de los varones de su familia. Ello lo llevó a la invalidación para pertenecer a las Fuerzas Armadas.

Asimismo, el físico de Thomas Sean era muy llamativo. Con esa condición, decidió participar en el Mister Universo que se llevó a cabo en Londres en 1953. Increíblemente, quedó en el tercer puesto en la categoría de hombres altos.

Otra de sus pasiones fue el fútbol y era un excelente jugador. Perteneció al club Bonnyrigg Rose Athletic Football Club en sus años mozos y se le ofreció una prueba con el East Fife FC. Su “golpe de suerte” llegó durante un partido al que asistió el entonces entrenador del Manchester United, Matt Busby, a quien le impresionó su destreza física y le ofreció un contrato de cerca de 30 dólares a la semana.

Sean, con 23 años, estuvo tentado a aceptar, pero finalmente decidió no aceptar la oferta porque aseguró que un futbolista empieza su decadencia a los 30 años. “Fue una de mis decisiones más acertadas”, resaltó en una entrevista. Y es así que terminó en la actuación.

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El éxito con James Bond

Sean Connery inicia su carrera de actor cuando tenía 27 años con un telefilme de la cadena BBC y de ahí firma con Century Fox. Pero su más grande oportunidad llega cuando le proponen protagonizar una película de espías. Los productores Cubby Broccoli y Harry Saltzman habían adquirido los derechos para filmar las novelas de Ian Fleming y empezaron la búsqueda del intérprete del agente 007. Se consideró a actores de la época como Richard Burton, Cary Grant y Rex Harrison; pero fue la esposa de Broccoli, Dana, quien lo convenció que Sean Connery tenía el magnetismo para darle vida a James Bond.

Al principio, el escritor Fleming no estuvo de acuerdo, pero al verlo en la pantalla cambió de opinión. Es así que el equipo terminó ofreciéndole el papel a Connery, él aceptó e interpretó a James Bond entre 1962 y 1983.

La primera vez que encarnó a este personaje fue en “Agente 007 contra el Dr. No” (1962), donde James se va a Jamaica para investigar la muerte de un jefe de inteligencia británico y conoce a Honey Ryder (Ursula Andress), la primera chica Bond.

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Siguió con “Desde Rusia con amor” (1963), cinta en la cual Sean Connery empieza a sentirse cómodo con el traje del agente 007 y debe enfrentarse a SPECTRE, para evitar que se lleve a “Lektor”, una máquina descifradora de mensajes secretos. “James Bond contra Goldfinger” (1964) es la tercera película de espías que protagoniza el actor escocés y que contó con la participación de la segunda chica bond Jill Masterson, interpretada por Shirley Eaton y que logró conquistar al público.

En “Operación Trueno” (1965), Jame Bond se enfrenta a Emilio Largo y debe trasladarse hasta las Bahamas donde conocerá a Dominó, la atractiva amante de su enemigo. La quita entrega de la saga “007: Solo se vive dos veces” (1967) se anunció que sería la última interpretación de Thomas Sean donde tendría que evitar una guerra nuclear entre las dos superpotencias y desenmascarar a la organización SPECTRE.

Sin embargo, Connery regresa para la última entrega de la saga “Diamantes para la eternidad” (1971), donde Bond finge ser un traficante de diamantes para infiltrarse en una red de contrabando y detenerlos. Pasaría más de una década, hasta que Sean aceptara de nuevo interpretar al agente del MI6, creado por el escritor Ian Fleming, en “Nunca digas nunca jamás” (1983), una cinta no oficial sobre James Bond.

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Complicaciones en su salud

Durante el rodaje de “Nunca digas nunca jamás”, Connery fue lesionado por un entonces desconocido Steven Seagal, quien le rompió la muñeca usando técnicas de aikido. Este había sido su maestro en artes marciales, y en ese tiempo era su guardaespaldas para la película.

En 1993, años después de su última interpretación del agente 007, Sean Connery fue sometido a un tratamiento por radiación debido a una dolencia en la garganta. Los medios especularon que el actor sufría de cáncer de garganta debido al tabaco. Sin embargo, el escocés se presentó en “The Late Show with David Letterman” para desmentir estas informaciones. Dos años después, confirmó en entrevista con el medio Entertainment Weekly que el tratamiento por radiación había sido para quitar nódulos de sus cuerdas vocales.

En 2003, Connery se operó de cataratas en ambos ojos y para el 2006 se sometió a una cirugía para extirpar un tumor benigno de riñón. Tres años después, revelaría a la revista Wine Spectator que había sido diagnosticado de una dolencia cardíaca.

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Su cinematografía

La exitosa interpretación del querido espía 007 logró que Sean Connery se gane su lugar dentro del escenario cinematográfico. Es así que tiene en su haber alrededor de más de sesenta títulos dentro de su carrera.

En 1987 interpretó otro de sus papeles más reconocidos como Jim Malone en “Los intocables”. Esta actuación le valió el Premio Oscar al mejor actor de reparto en 1988, al que se sumó un Globo de Oro en la misma categoría.

Otra de las cintas reconocidas del artista escocés es “El nombre de la rosa”, donde da vida a Guillermo de Baskerville y obtuvo el Premio BAFTA al mejor actor. Dentro de su cinematografía también se encuentran películas como “Indiana Jones y la última cruzada” (1989), “La caza del Octubre Rojo” (1990), “Highlander” (1986).

Tras estrenar “La liga de los hombres extraordinarios” en 2003, el actor escocés abandonó la gran pantalla y desde entonces residía en las Bahamas, mismo lugar en el que falleció el año pasado debido a una insuficiencia respiratoria como resultado de una neumonía y fibrilación auricular (frecuencia cardiaca irregular que puede aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca, entre otras complicaciones relacionadas al corazón). Esto sucedió mientras Sean Connery se encontraba descansando.

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