Puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka), uno de los últimos puentes tejidos a mano incas, Quehue, provincia de Canas, Perú. (Foto: shutterstock)
Puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka), uno de los últimos puentes tejidos a mano incas, Quehue, provincia de Canas, Perú. (Foto: shutterstock)
Redacción EC

A una altitud de 3.700 metros sobre el nivel del mar, sobre el río Apurímac y a 180 km al sur de la ciudad de Cusco, se encuentra una asombrosa muestra de ingeniería inca: el puente . Esta impresionante estructura es un legado de la cultura inca que ha permanecido vigente durante más de seis siglos, resistiendo el paso del tiempo.

Cada año, durante los meses de junio, se lleva a cabo una fascinante ceremonia de renovación en este sitio histórico. En los imponentes Andes peruanos, cuatro comunidades quechuas se reúnen para desmontar el puente erigido hace un año, dejando que sus cimientos caigan sobre las aguas del río. De forma inmediata, mujeres y niños se dedican a recolectar el qoya-ichu, un material de paja que será utilizado en la construcción de los nuevos cimientos del último puente inca del mundo.

La historia Q’eswachaka

El término Q’eswachaka, que en quechua significa “puente de cuerda”, da nombre a una notable estructura andina de 28 metros de longitud y 1,20 metros de ancho, que ha permanecido inquebrantable durante más de seis siglos. Esta magnífica obra legada por los incas ha sido reconocida por la UNESCO, siendo incluida en su Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial en el año 2013.

Además, los especialistas consideran que este puente es una de las más destacadas muestras de ingeniería en toda la historia y constituye uno de los valiosos legados de la extensa red de caminos prehispánicos del Tahuantinsuyo, conocida como Qhapaq Ñan. Además, el Q’eswachaka marca la historia inca, debido a que ayudó al Imperio Incaico a expandirse, unir las localidades alejadas.

Puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka) en la provincia de Canas, Perú. (Foto: Shutterstock)
Puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka) en la provincia de Canas, Perú. (Foto: Shutterstock)

La ceremonia del Q’eswachaka

La arraigada tradición de reunirse cada mes de junio se remonta a los tiempos de esplendor del Imperio inca, entre los siglos XV y XVI, y se mantiene viva hasta nuestros días. En este momento, las comunidades quechuas de Huinchiri, Chaupibanda, Choccayhua y Ccollana Quehue, se congregan en un acto de trabajo comunitario, fortaleciendo los lazos entre ellas y dando inicio al proceso de renovación del puente.

Este momento es sumamente especial, ya que los rituales asociados a su renovación se transmiten de generación en generación, preservando así su autenticidad y significado. En esta ceremonia, las cuatro comunidades derrumban el puente antiguo y luego reúnen el “qoya-ichu”, conocido como el material de paja para las nuevas bases del puente, bajo el sistema minka o trabajo comunitario de los incas.

Mujer quechua cruzando el puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka), uno de los últimos puentes tejidos a mano incas, Quehue, provincia de Canas, Perú. (Foto: Shutterstock)
Mujer quechua cruzando el puente de cuerda Queshuachaca (Q'eswachaka), uno de los últimos puentes tejidos a mano incas, Quehue, provincia de Canas, Perú. (Foto: Shutterstock)

Además, para la edificación del nuevo puente sobre el río Apurímac, las autoridades de cada comunidad se unen para reunir largas “queswas” o soguillas, que posteriormente serán retorcidas y trenzadas. Las sogas ligeras se utilizarán como barandillas, mientras que las fibras más gruesas, conocidas como “duros”, conformarán el piso del puente.

De esta manera, los extremos de las cuerdas se atan a las bases de piedra en cada extremo del desfiladero. La labor continúa con la colocación de una amplia alfombra hecha de ramas para cubrir completamente la plataforma. Dos expertos en la técnica de tejer puentes de coya dirigen todo el proceso. Una vez finalizado el puente, los líderes pronuncian discursos y se inician las oraciones de agradecimiento. Todo culmina en un festín con carne de cerdo y cuy, acompañado de animados bailes y danzas tradicionales que llenan el ambiente de alegría y celebración.

(Foto: Shutterstock)
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Significado de la ceremonia

La renovación y el trabajo en conjunto son valores fundamentales en la cosmovisión andina. Al igual que la cosecha sucede después de la siembra y el esquilado de las ovejas sigue a su crianza, algunas obras arquitectónicas deben ser reemplazadas por nuevas, como parte del ciclo natural de la vida.

Es por eso que la construcción del puente Q’eswachaka no solo es un testimonio del arte y el talento de los pobladores, sino también marca el comienzo de un nuevo año en las alturas.

En la actualidad, este puente simboliza la continua conexión de las personas con su tierra y su historia. La renovación anual del Q’eswachaka desempeña un papel central en la cohesión social de las comunidades participantes y es vital para la construcción de su identidad cultural.

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