Cinco actitudes de ellos que nos ahuyentan cuando los conocemos
Cinco actitudes de ellos que nos ahuyentan cuando los conocemos
Redacción EC

Esta es la situación: llegas a una reunión o fiesta y a lo lejos ves un hombre que te . Te acercas un poco y piensas: “El amor a primera vista existe”. Te armas de valor, decides iniciar la conversación y es en ese primer contacto en el que te das cuenta que mejor pasas.

¿Qué cosa tiene que pasar para que ese en cuestión de segundos? Lo pensamos y estas situaciones se nos vinieron a la cabeza.

1. Que tenga una mala actitud

Una terrible es la mejor manera de ahuyentar a todo el mundo y este no es un caso ajeno. Darte cuenta que es un patán que no respeta a las personas que tiene a su alrededor es la señal para salir corriendo.

2. Su forma de

Nunca hay que juzgar un libro por su portada pues, por muy bonito que se vea, una palabra de su boca puede ahuyentarnos. Apodos huachafos, demasiada jerga o un tonito que intenta ser seductor pero termina generando el sentimiento opuesto son un boleto de ida sin retorno lejos de él.

3. Que tenga malos modales

Según el lugar donde te encuentres puedes darte cuenta de sus reglas básicas de comportamiento. Masticar con la boca abierta, soltar un eructo luego de un sorbo de cerveza, hablar a gritos innecesariamente o tener un florido vocabulario de lisuras son algunas de las cosas que son mejor evitar en una pareja.

4. Que no baile nada de nada

Volvemos a la situación inicial: lo notaste, te interesaste y luego ves que sale a bailar con una de sus amigas. Piensas: “¡Qué bien! Es de los bailarines” y de pronto te das cuenta que el chico tiene dos pies izquierdos y de verdad no lo está disfrutando. Si eres de las que aman bailar, puede que él no sea tu mejor opción.

5. Que sea “el alma de la fiesta”… lleno de alcohol

Nadie dice que no se tome un par de cervezas pero llegar hasta el extremo de arrastrarse por el piso, hacer escándalo o ponerse extremadamente meloso casi llegando a faltar el respeto son suficientes motivos para espantar a Cúpido. Tú no estás para ser niñera de nadie y llevarte tremendos amargones por su comportamiento. 

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