En este mismo momento ríos poderosos llevan humedad a vastas regiones de Sudamérica. Pero no son ríos comunes. Son “ríos voladores”.
Así se conoce popularmente a los flujos aéreos masivos de agua en forma de vapor que vienen del océano Atlántico tropical y son alimentados por la humedad que evapora de la Amazonía.
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Estos ríos de humedad atmosférica, que se desplazan velozmente sobre el Amazonas hasta encontrarse con los Andes, causan lluvias a más de 3.000 kilómetros de distancia, en el sur de Brasil, Uruguay, Paraguay y el norte de Argentina.
Estos corredores atmosféricos se encuentran a una altura de hasta dos kilómetros aproximadamente y pueden transportar tanta agua como el Amazonas.
Son vitales para la producción agrícola y la vida de millones de personas en América Latina.
Pero también juegan un papel en tormentas devastadoras como las de esta semana en la antigua ciudad imperial brasileña de Petrópolis, en las sierras del estado de Río de Janeiro.
Las intensas lluvias causaron cerca de 200 deslizamientos de tierra y dejaron (hasta el miércoles por la noche) al menos 104 muertos, incluyendo 8 niños. Equipos de rescate continúan trabajando contrarreloj para encontrar sobrevivientes bajo un manto de lodo y escombros.
En BBC Mundo explicamos cómo se generan los ríos voladores, cuál es su contribución a tormentas severas en Sudamérica y en qué medida están siendo afectados por la desforestación y el cambio climático.
¿Cómo surgen los ríos voladores?
El Atlántico tropical es un océano caliente y su evaporación es muy intensa, junto con la evaporación y transpiración de los bosques de la Amazonía a través de un reciclaje intenso de la humedad, le explica a BBC Mundo José Marengo, meteorólogo y coordinador general de investigación y desarrollo del Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (Cemaden) en Brasil.
"Ustedes imaginen entonces que vienen vientos más o menos fuertes, los vientos alisios, que transportan toda esa humedad en los niveles bajos de la atmósfera, y que son alimentados por la humedad reciclada por la Amazonía", señala.
"En un río cualquiera aparecen áreas muy tranquilas y otras de alta velocidad, a las que llamamos jets (chorros) del río", agrega el especialista.
En el caso del río volador, "cuando se encuentra con los Andes, adquiere una velocidad mayor en su núcleo que constituye un low level jet, un chorro de nivel bajo, que es el que transporta mayor cantidad de humedad más rápido".
Ese corredor de aire "da una curva hacia el sureste de Brasil y llega a la cuenca del Río de la Plata causando lluvias ahí".
Estal Sias, de Metsul Meteorología en Brasil, explicó que la región norte de ese país es "muy húmeda y tropical, donde hay un calentamiento constante. Solo la selva amazónica ya arroja una gran cantidad de agua a la atmósfera por evaporación.
"El relieve de América del Sur, la cordillera de los Andes, no deja escapar esta humedad del continente, obligando a este río volador a descender", agregó la meteoróloga, en declaraciones al periodista Rafael Barifouse, de BBC News Brasil.
¿Qué papel juega el bosque amazónico?
Además de la evaporación en el océano Atlántico, la humedad liberada por los árboles de la selva amazónica es otro componente esencial de los ríos voladores.
En charlas TED y por otros medios, el científico brasileño Antonio Nobre ha divulgado la maravillosa e increíble función que cumplen esos árboles.
"Medimos la evaporación de la selva en milímetros, como si estuviéramos midiendo la espesura de una 'lámina' de agua acumulada sobre el suelo", señaló Nobre, profesor del curso de doctorado de Ciencia del Sistema Terrestre en el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE).
Un árbol frondoso, con una copa de 20 metros de diámetro, transpira más de 1.000 litros en un solo día, señaló Nobre.
"En la Amazonía aún tenemos 5,5 millones de kilómetros cuadrados ocupados por bosque nativo, con aproximadamente unos 400 mil millones de árboles de los tamaños más variados.
"Hicimos la cuenta, que también fue verificada en forma independiente, y llegamos al número asombroso de 20.000 millones de toneladas (o 20 billones de litros) de agua que son transpirados cada día por los árboles de la cuenca amazónica".
¿Cómo contribuyen los ríos voladores a tormentas como la de Petrópolis?
La meteoróloga Josélia Pegorim, de Climatempo, le explicó al periodista Rafael Barifouse que tormentas como las de Petrópolis, o las de meses anteriores en los estados de Bahía y Minas Gerais, son el resultado de un fenómeno meteorológico conocido como zona de convergencia del Atlántico Sur.
Estas zonas se forman cuando la humedad traída por los ríos voladores se encuentra con un frente frío proveniente del sur.
"Prácticamente todos los años observamos la formación de estas zonas de convergencia, con mayor o menor intensidad. No es nada nuevo, no se puede decir que es un fenómeno nuevo causado por el cambio climático", dice Pegorim.
Si el corredor de humedad de los ríos voladores se encuentra con un frente frío proveniente del sur, las nubes pesadas tienden a concentrarse por algunos días en una determinada región.
La zona de convergencia del Atlántico Sur es un fenómeno recurrente durante el verano en esta región del planeta y provoca fuertes lluvias.
Eso fue lo que sucedió primero en el sur de Bahía, a fines del año pasado, y luego en Minas Gerais, el mes pasado.
Después fue el turno de las lluvias torrenciales que azotaron São Paulo y ahora Petrópolis, causando más inundaciones, deslizamientos y muertes.
El curso y rango de los ríos voladores están influenciados por la dinámica de los vientos en la región y por el paso de otros fenómenos a lo largo del continente, según Sias.
"En invierno, un sistema de alta presión atmosférica no permite que la mayoría de los frentes fríos suban hacia el sureste o el medio oeste, por lo que es un período muy seco en esta parte del país y el río atmosférico puede ir aún más al sur", dice la experta.
"En el verano, este bloqueo va hacia el océano, alejándose del continente, y los frentes fríos logran levantarse. Cuando sube un frente frío, se conecta con la humedad amazónica, y van juntos hasta detenerse en la parte superior del sureste o noreste de Brasil y se convierten en lluvia y tormentas".
Sias agrega que la semana pasada el río volador estaba más disperso, pero que esta semana una masa de aire frío y seco llegó al sur del país y creó una barrera que no dejaba avanzar el corredor de la humedad.
El resultado de esas nubes cargadas fueron las lluvias devastadoras en Petrópolis.
¿Qué papel juega el cambio climático?
Aunque mucha gente piensa que lluvias como las de Petrópolis son excepcionales, Francisco de Assis, del Instituto Nacional de Meteorología, explica que las zonas de convergencia son algo característico de Sudamérica en verano.
"Dependiendo del año, ocurren más al sur o más al norte", señalo Assis a BBC News Brasil.
En esta época del año, el corredor de humedad que viene del Amazonas toma fuerza. "Hay una gran liberación de calor y humedad del Amazonas debido a las altas temperaturas", dice Assis.
También hay una mayor evaporación de agua de los océanos Pacífico y Atlántico, intensificando estos fenómenos meteorológicos, explica el experto.
La meteoróloga Pegorim hace una advertencia: las zonas de convergencia explican las tormentas en Minas, São Paulo y Bahía, pero en el caso de Petrópolis, se trató de un evento diferente y excepcional.
"Los otros eventos de lluvias fuertes que tuvimos fueron lluvias acumuladas en pocos días, hubo varios episodios de lluvia intensa. Hubo varios eventos de zonas de convergencia actuando en una misma región en el transcurso de semanas. En Petrópolis llovió en tres horas más que el promedio histórico de todo el mes", dice Pegorim.
La meteoróloga señala que hubo una "combinación perfecta" de factores climáticos en la ciudad de Río de Janeiro.
El aire ya estaba húmedo por un frente frío que había pasado. Los vientos del océano trajeron aún más humedad.
Y el encuentro de este aire más frío con una masa de aire cálido en la región montañosa favoreció la formación de nubes.
Para completar, el relieve montañoso provocó que los vientos húmedos subieran por las laderas de las montañas y dejaran las nubes aún más cargadas.
El climatólogo Carlos Nobre explicó a BBC News Brasil que es raro que el cambio climático desencadene eventos nunca antes vistos.
Lo más común es ver fenómenos extremos como estos cada vez más intensos y frecuentes.
"Solo mira los reportes científicos y ves que la frecuencia de las olas de calor es de tres a cuatro veces mayor que hace 150 años, las fuertes lluvias que provocan desastres se han vuelto más frecuentes, los incendios forestales y las sequías, hemos batido récords de temperatura. esto está sucediendo debido al calentamiento global", afirmó Nobre.
¿Están cambiando los ríos voladores?
La deforestación en la Amazonía brasileña se disparó en enero de este año y batió un nuevo récord, con 430 kilómetros cuadrados de vegetación nativa perdida, cinco veces más que el área talada en el mismo mes del año pasado. Es la cifra más alta para el mes de enero desde que se iniciaron los cálculos por monitoreos satelitales en 2016.
Los datos oficiales señalan que entre agosto de 2020 y julio de 2021 la selva amazónica brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor área degradada para un periodo de 12 meses en los últimos 15 años.
Uno de los grandes interrogantes es qué impacto está teniendo la desforestación en la Amazonía en los ríos voladores.
"Aún no se ven cambios en los ríos voladores debido al efecto de deforestación", le explicó a BBC Mundo José Marengo.
"Lo que se ha observado es que en este verano de 2022 el transporte de humedad por los ríos para el sudeste de Brasil ha sido intenso, lo que ha generado lluvias intensas en la región, en la forma de extremos (lluvia abundante concentrada en pocos días), o sea el río puede haber sido mas intenso y durado pocos días, y después puede estar ausente y debilita cuando no llueve".
¿Y qué impacto está teniendo el cambio climático en estos ríos atmosféricos?
"Hasta ahora no se ve impacto en los ríos voladores. Tal vez en los escenarios climáticos del futuro eso cambie y los ríos sean mas intensos y cortos en duración (que pueden llevar a lluvias intensas concentradas en pocos días) y ausentes por varios días llevando a situaciones de días secos y calientes", señaló Marengo.
Preparación y resiliencia
Carlos Nobre señala que lo que provoca las tragedias no es precisamente la ocurrencia de tormentas, sino el hecho de que muchas personas vivan en zonas de riesgo y sigan viviendo allí incluso después de desastres como el de enero de 2011, por ejemplo, que dejó más de 900 muertos en Petrópolis, Nova Friburgo y Teresópolis.
Actualmente, dice Nobre, cinco millones de brasileños viven en áreas de riesgo.
"Lo que vemos hoy sucede en medio de un aumento de poco más de 1 grado en la temperatura del planeta y, aunque tengamos mucho éxito con las políticas ambientales, seguirá aumentando más, por lo que necesitamos poner en práctica políticas para ser más resilientes a estos desastres naturales, y la mejor es no dejar que la gente habite las zonas de riesgo".
José Marengo señaló a BBC Mundo que en el sudeste de Brasil este verano austral es muy lluvioso, con lluvias concentradas en pocos días o en horas.
"Por ejemplo, en Petrópolis esta semana llovió 240mm en 3 horas, que es más que la climatología de febrero de 180 mm. Esa lluvia intensa puede producir desastres naturales en áreas naturales y expuestas donde hay población viviendo".
Las lluvias intensas pueden tener consecuencias devastadoras en áreas vulnerables, como son poblados cerca de lechos de ríos, de canales o en áreas cerca de pendientes o áreas de altura donde no haya vegetación.
Se necesita una predicción meteorológica buena y conocer las vulnerabilidades de las poblaciones para así poder emitir una alerta de riesgo de desastre, pero es necesario tomar medidas.
"Se puede tener la mejor predicción de tiempo, pero si nada es hecho para proteger a la población evitando vivir en áreas de riesgo siempre tendremos muertos por los desastres durante lluvias intensas".
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