De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Sudamérica se ha registrado un aumento permanente de la obesidad en los últimos años. Países como Chile, el segundo con más sobrepeso y obesidad de Latinoamérica, según data de la OCDE al 2022, así como Argentina, Colombia y Perú, reportan cifras preocupantes. Además, se estima que al menos 2/3 de las personas que tienen obesidad tienen un diagnostico psiquiatrico.
Ante ello, en el Día Mundial de la Obesidad, Bienestar del Diario El Comercio asistió al encuentro: “La radiografía de la obesidad mórbida en América del Sur”, actividad organizada por Medtronic, donde doctores de diversos países nos contaron la situación actual de esta enfermedad, destacando el lado de la salud mental.
De acuerdo con el Dr. Jorge Harraca, presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía de la Obesidad y Enfermedad Metabólica (SACO), se le llama obesidad mórbida al nivel más grave de la enfermedad y se presenta cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o mayor a 40.
“Entre el 90% y 98% de las personas que presentan esta condición y que se someten a programas nutricionales para bajar de peso recuperan la mayor parte de los kilos que han perdido en un período de 6 meses a 1 año. Por ello, es prioritario entender esta afección no como un problema estético, sino una realidad que atenta contra la vida y requiere de un tratamiento especial”, indicó.
La obesidad y la salud mental
En el caso de Perú, 15 millones de personas, que representan el 62% de la población peruana mayor de 15 años, tienen obesidad o sobrepeso. De este grupo, cerca de 300 mil padecen obesidad mórbida, según el Dr. Luciano Poggi, miembro de la directiva de la Asociación Peruana de Cirugía y Enfermedades Metabólicas (APCBEM).
Asimismo, la relación entre la obesidad y la salud mental es totalmente bidireccional, haciendo que más obesidad sea igual a más problemas psiquiátricos y mientras más de ellos, más difícil de que el paciente salir de ello. La obesidad también está acompañada de diferentes enfermedades crónicas que afectan la habilidad mental del paciente.
“Las personas con obesidad experimentan a menudo problemas de salud mental y sufren de sesgos, prejuicios y discriminación social. El 80% de los niños que han tenido obesidad o la tienen han sufrido de bullying. Además, existe una estigmatización que hace que las personas se frustren y crean que es su culpa no poder perder peso; esa frustración hace que no busquen ayuda y por ende, que la enfermedad siga avanzando”, señaló. Dr. Poggi.
5 maneras de cuidar mi salud mental si tengo obesidad
Enfrentar la obesidad y problemas similares de control de peso requiere adoptar nuevos hábitos que fomenten un estilo de vida saludable, pero no debemos intentar tener cambios radicales en la dieta o patrones de actividad. Por ello, tratemos de seguir las siguientes recomendaciones.
- Pensar sobre lo que comemos y por qué: A veces simplemente expresamos nuestra tristeza o frustración en la comida y no pensamos realmente en por qué lo comemos o si realmente tenemos hambre. Para cambiar nuestros hábitos de vida, debemos empezar por reconocer por qué estamos comiendo.
- La pérdida de peso nunca tiene éxito si está relacionada con el estrés: Tener obesidad afecta en nuestra salud física, por ello, el proceso debe estar acompañado de un nutricionista o endocrinólogo para que así sea efectivo, no nos quiten todo lo que nos gusta comer y perder peso no se vuelva algo desagradable.
- Tener un soporte amical y familiar: Pidamos a un amigo o miembro de la familia que nos ayude a ser el soporte cada vez que queramos comer o que lo ayude en esos momentos de bajón.
- No obsesionarse: Como siempre se dice: “Todo en exceso es dañino”, por ello meterse tanto en una dieta o en la actividad física puede hacer el efecto contrario, tener anorexia o bulimia, por ello, todo proceso debe estar acompañado de relajación, felicidad y buena voluntad. Si es que un día rompimos la dieta, no pasa nada, al día siguiente se puede retomar.
- Ir a terapia psicológica: La obesidad no solo corresponde a un tema de salud física, sino que afecta la salud mental y este proceso debe ir acompañado de un especialista que ayude a que no se distorsione más la imagen que el paciente tiene de sí misma.
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