¿Eres gay?
OJALHabía conocido al chico en cuestión a través de trabajo, razón por la cual lo veía casi todos los días. Lo “veía” es un decir porque, la verdad, no reparaba en su presencia. Con las justas lo saludaba, ni siquiera sabía cómo se llamaba. Así pasaron unos tres meses. Hasta que en una reunión, me senté de casualidad frente a él. Después de llenar mi plato de ají de gallina, busqué una silla desocupada para poder comer sin que los tacos hicieran que los pies me dolieran tanto. Estaba tan concentrada comiendo y riendo por la conversación de mis vecinos de mesa, que me demoré en darme cuenta de que él no me quitaba los ojos de encima. Cuándo lo hice, lo miré y me di cuenta de que esas miradas eran tipo flecha apache, le sonreí por primera vez. Él me devolvió la sonrisa y reparé en un pequeño detalle, se trataba de un tipo muy atractivo.
En la siguiente hora, me di cuenta de que no solo era guapo, sino buena onda, divertido y que tenía una voz muy bonita. Sin embargo, siempre había tenido en la cabeza que era homosexual, así que no tuve ni medio reparo en preguntar (porque supuse que él no iba a tener ningún reparo en contestar): ¿Eres gay? Para mi sorpresa, lanzó una risotada y me dijo que no y me preguntó que por qué preguntaba algo así. Le dije que porque lo creía. Entonces repitió: No, claro que no. Bueno –pensé, y acto seguido arrancó el jueguito de las miradas. En pocos minutos ya habíamos violado todas las reglas de lenguaje corporal y pensé que ya habíamos batido un nuevo récord en batir las pestañas. Era obvio que yo le gustaba, que él me había empezado a gustar, y que ambos estábamos en tamaño coqueteo. Yo que estaba dejando de fumar, le pedí un cigarro con la excusa de tenerlo más cerca. El truco resultó. Sin embargo, las buenas costumbres y un poco de decencia nos contuvieron de besarnos en ese momento en frente de todo el mundo. Él se mostraba impaciente, yo me olvidé del frió de la noche para quedarme con el vestido strapless que llevaba debajo del saco. Llegó el momento, ese en el que ya no sabes quién está jugando ni a qué.
Con una excusa de lo más tonta salimos de ahí. Y desde dónde estábamos hasta la puerta de mi casa nos besamos, no puedo decir -a lo canción de Sabina- debajo de cada farola, pero sí en cada semáforo y en cada vuelta de esquina en la que estacionaba el auto y lo apagaba para otro round de besos. Nos despedimos ya de día. El lunes llegué a trabajar con una gran curiosidad por saber más de este chico que besaba tan bien; sin embargo, no estaba nada preparada para lo que iba a escuchar durante toda la semana. El pata que había hecho que la boca al sonreír me doliera todo el domingo me había mentido. Creo que no decir nada hubiese sido mejor que negar su homosexualidad (o bisexualidad, supongo, en este caso), que además, no era tan secreta. Lo que me molestó fue que me engañara –con la cuestión de la novia incluida-, y en mi cara.
Mis buenos amigos, mis amigos y mis conocidos gay saben que no soy homofóbica; y que pienso que la opción sexual es cuestión de cada uno, ya sea vivida de manera abierta o dentro de una igual de libre privacidad; sé también que es difícil ser homosexual en una sociedad tan doble moralista y pacata como la nuestra, como lo es también, muchas veces, ser mujer, o ser cualquier cosa que se aparte de lo que es “correcto y permitido” según las reglas que creó alguna persona temerosa por ser contagiado de una concepción inventada y estúpida de “libertinaje”.
Al no compartir este tipo de pensamiento, se me hace difícil aceptarlo y muchas veces, ni siquiera escucharlo. Pero he adquirido tolerancia con los años. Espero llegar al momento en que al oír un chiste homofóbico no me den ganas de agarrar un extinguidor y tirárselo por la cabeza al bromista.
Sé que muchos tipos de comportamiento se encuentran vetados. Con la misma convicción, pienso que mentir es uno de ellos y con mayor razón, si es solo por un agarre.
Canción para coquetear ( así sea con el chico equivocado)
Escucha aquí un extracto de “Sexual Healing” (original de Marvin Gaye) por Ben Harper
“Fidelity” de Regina Spektor
(Aquí va el video de otra chica que se viste de negro, que se metió con un chico que no mostró su rostro real)