Las artritis
Foto: Artritis
Hace unos días leí la noticia en la que se decía que la congresista Hilaria Supa había sufrido un recrudecimiento de su artrosis y que había quedado limitada a usar una silla de ruedas para asistir a sus funciones de parlamentaria. Inmediatamente pensé en aprovechar esa noticia para aclarar uno de los términos médicos más confusos en medicina: las “artritis”.
Me terminé de decidir a tocar el tema cuando a los pocos días recibí un comentario en el que me preguntaban si una persona con “artritis” está en mayor riesgo de ser infectada con el nuevo virus de la influenza A-H1N1. Sabiendo que el público usa la palabra “artritis” de una manera vaga e imprecisa, hace falta una aclaración. Este post tratará de hacerlo.La palabra artritis viene del griego artros, que significa articulación o coyuntura, e itis, que significa inflamación. Artritis significa, entonces, simplemente inflamación de una coyuntura o articulación.
Aquél que fue pateado en la rodilla jugando fulbito el fin de semana tiene artritis; al igual que la abuelita que se queja de dolor en la columna, la muchacha en silla de ruedas con lupus, el tío con gota a quien cada tiempo se le hincha el dedo gordo del pie como un tomate, o la congresista Supa, que tendrá que ir al Congreso en silla de ruedas. Todos ellos tienen artritis.
¿Cuál es la diferencia? ¿Existe más de un tipo de artritis?
Pues sí, la palabra artritis engloba a más de 100 diferentes enfermedades que varían, entre otras cosas, en severidad, edad de ataque y sexo de los pacientes. Hay artritis en niños, adolescentes y ancianos, y en hombres y mujeres. Por ello es muy importante (sobre todo para la persona que la sufre) saber exactamente qué tipo de artritis tiene. Eso es importante porque los tratamientos, las acciones de rehabilitación y, sobre todo, el pronóstico (saber si se curará o no) dependen mucho de saber de qué tipo de artritis se sufre.
Antes de entrar en detalles, es importante decir que una articulación o coyuntura es la parte del esqueleto en la que se juntan o unen dos huesos. Algunos ejemplos de articulaciones son las que tenemos en las extremidades (manos, codos, hombros, caderas, rodillas tobillos y pies), en la columna vertebral, en el pecho (el esternón), en la cabeza (la unión de la quijada con el cráneo, delante de la oreja) y hasta en el oído (los huecesillos que sirven para oír). El cuerpo humano tiene 206 huesos y se calcula que existen 230 articulaciones. Teóricamente cada una de ellas puede sufrir una artritis.
En general, las articulaciones tienen una estructura bastante parecida. En estas, los dos huesos que se articulan no entran en contacto directo el uno con el otro, sino que lo hacen a través de un tejido que es a la vez duro y blando: el cartílago, el cual se encuentra en cada extremo del hueso. ¿Se acuerda de esa sustancia blanca en el extremo del hueso de la pierna de pollo? Ese es un cartílago. Para mantener los extremos de la coyuntura firmemente unidos, existen tejidos especiales llamados ligamentos, los que “amarran” la coyuntura. Las coyunturas son también “amarradas” por los tendones que son los extremos de los músculos que se “insertan” en la articulación. Muchas articulaciones tienen también cartílagos extras (como los meniscos) y estructuras como “colchones” (bursas) que amortiguan los golpes. Todos esos elementos son susceptibles de presentar alteraciones.
Es por eso que cuando a alguien le duele la rodilla, el hombro o la cadera, es mandatario que un buen doctor trate de establecer qué parte de esa complicada estructura articular es la causante del dolor.
Sin entrar en detalles médicos confusos, la gran mayoría de las artritis son de dos grandes tipos: las artrosis y las artritis reumatoides o reumatoideas. Todos los demás tipos son relativamente más raros, comparados con la frecuencia de las dos mencionadas.
Las artrosis, llamadas también osteoartrosis, son, de hecho, el tipo de artritis más común en el ser humano. Se calcula que solo en EE.UU. más de 30 millones de personas la padecen. Esta enfermedad consiste en el desgaste de los cartílagos que unen a los huesos. Esos cartílagos se adelgazan y se gastan, permitiendo que se produzca un roce de “hueso con hueso”, fenómeno que produce un dolor muy intenso. Estas artritis son por lo general consecuencia de la edad y de traumatismos en las articulaciones y están asociadas al sobrepeso y la obesidad. Es sumamente importante entender que estas artrosis no tienen curación y solo reciben tratamiento sintomático. En casos extremos (como parece ser el caso de la congresista Hilaria Supa) pueden requerir operaciones para reemplazar las articulaciones, siendo los más comunes los reemplazos de cadera. Al contrario de lo que dicen los comerciantes, esos productos que combinan la condroitina y la glucosamina han demostrado que NO regeneran los cartílagos y calman el dolor por un efecto placebo.
Las artritis reumatoideas, también llamadas artritis deformantes, son mucho más graves. Son verdaderas inflamaciones que producen dolor, hinchazón, enrojecimiento y calentura en las articulaciones y, como su nombre lo indica, con el tiempo produce graves deformidades en las articulaciones afectadas.
Al parecer, estas son enfermedades inflamatorias de tipo autoinmune, en la que el propio sistema de defensa del cuerpo destruye las articulaciones. El tratamiento es muy intenso y requiere diversos tipos de medicamentos, muchos de ellos con importantes efectos secundarios.
Los otros tipos de artritis son menos comunes e incluyen por ejemplo las artritis asociadas a enfermedades como el lupus, la psoriasis e incluso la hepatitis, entre otras. Del mismo modo, existe la gota, una enfermedad hereditaria asociada a una incapacidad de eliminar el ácido úrico, el cual cristaliza y se acumula como vidrio molido en las articulaciones. También muchas infecciones como la tuberculosis, los estafilocos y hasta las gonorreas pueden producir artritis.
Después de lo expuesto, es muy importante que usted, amable lector, no quede contento con que su doctor le diga que usted tiene una “artritis”. Usted debe preguntarle cuál es el tipo de artritis que lo afecta. El solo decir que una persona tiene “artritis” no dice nada. Ahora usted sabe que existen muchos tipos, cada una con un tratamiento y un pronóstico diferente.