La seguridad de la vacuna contra el virus papiloma humano (VPH)
Recientemente, un diario local reportó el caso de una mujer de 25 años que después de participar voluntariamente en un estudio clínico para probar la eficacia de la vacuna VPH nonavalente (nueve tipos de virus VPH), desarrolló una rara condición, caracterizada por mareos, palpitaciones, pérdida de la visión y el equilibrio al incorporarse y debilidad muscular extrema que la han postrado a la cama. Según el reporte periodístico, la mujer ha sido evaluada extensivamente por diversos especialistas, sin haberse llegado a establecer la causa de su padecimiento.
Hoy repasaremos la seguridad de la vacuna VPH y veremos cómo el asunto de sus efectos secundarios se está convirtiendo en el campo de batalla de las facciones en pro y en contra de las vacunas en el mundo.
De acuerdo a las principales organizaciones de salud pública, las vacunas constituyen uno de los instrumentos mas valiosos de control de enfermedades infecciosas en la historia de la humanidad. La viruela, terrible enfermedad del pasado, es la única enfermedad eliminada de la faz de la tierra gracias a la vacunación. Otras peligrosas enfermedades como la poliomielitis, el sarampión, la tos ferina y ciertos tipos de meningitis y neumonías han sido casi erradicadas en sociedades que han permitido la vacunación de sus poblaciones mas vulnerables.
Pero por otro lado, es importante entender que las vacunas, como cualquier otro medicamento, pueden tener efectos secundarios, por ejemplo, la antigua vacuna oral contra la polio (vacuna de Sabin), causaba un caso de polio por cada 1.4 millones de niños vacunados, lo cual significa que en los Estados Unidos, cada año se producían de siete a ocho casos de polio causados por la vacuna.
No quiero ni imaginarme el dolor y el profundo resentimiento de los padres de esos siete u ocho niñitos que terminaban paralizados después de una vacuna. Imagínese señora, usted lleva a su precioso bebe a que lo protejan de la polio con una vacuna y resulta que a causa de esa vacuna su niño queda enfermo y paralítico por el resto de su vida. Poco le interesan a usted los restantes 1’399.999 niños que quedaron protegidos contra la polio de por vida por la vacuna. Usted rabia y clama justicia porque su niño quedó paralizado por la vacuna que se suponía lo iba a proteger.
Del mismo modo deben reaccionar las familias de las 15 de cada 100.000 personas que mueren vomitando sangre luego de tomar una aspirina o un antiinflamatorio no esteroidal (AINE) por un simple dolor de cabeza. ¡Poco importan los millones de personas que se beneficiaron con la prevención de un infarto o un derrame cerebral por tomar una aspirina diaria, si su padre, madre, hermano o hermana resultó muerto por la medicina!.
Pues parece que estamos llegando a la misma situación con respecto a la seguridad de las vacunas, en particular de la VPH. Algunos rarísimos casos, de por ahora inexplicables efectos secundarios, aparentemente inducidos por la vacunación, han sido usados por grupos anti vacunas para sembrar dudas acerca de una vacuna que tiene un excelente perfil de seguridad y que tiene el potencial de eliminar el 70% de los casos de cáncer del cuello del útero en el mundo.
Desde que se autorizó su uso en junio 2006, las vacunas contra los VPH han sido celosamente escrutinizadas por el Sistema de Reporte de Efectos Secundarios de las Vacunas (VAERS) y dos grandes estudios acerca de los reportes de efectos secundarios han sido publicados. Es importante decir que esos estudios no dicen si los efectos secundarios son o no producidos por las vacunas, solo dicen que alguien reportó un efecto secundario que debe ser investigado.
El primero, publicado por el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos en 2011, estudió múltiples vacunas, entre ellas la del VPH y demostró que el dolor en el sitio de la inyección, desmayos por temor a la aguja y leves reacciones alérgicas fueron los principales efectos secundarios.
El segundo, publicado por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) en 2014, reportó que luego de que en los Estados Unidos se administraran 67 millones de dosis de la vacuna VPH4 (Gardasil) entre junio del 2006 y marzo del 2014, solo se registraron 25,063 eventos secundarios (22.867 en mujeres y 2.196 en hombres), de los cuales, el 92,4% fueron considerados no serios (dolor en el sitio de la inyección, mareos, dolor de cabeza, y desmayos por los nervios al sentir la aguja). El 7,6% restante fueron catalogado como serios debido a que necesitaron hospitalización u observación médica mas intensa y los síntomas mas frecuentes fueron severos dolores de cabeza, nausea, vómito y fiebre. Inexplicablemente, el porcentaje de efectos secundarios serios alcanzó un pico de 12,8% en 2009 (fecha de mayor rechazo social de la vacuna) y disminuyó a 7,4% en el 2013.
Ese mismo estudio reportó 96 muertes aparentemente asociadas a la vacuna, de las cuales solo 47 tuvieron toda la documentación necesaria (certificado de defunción y autopsia) para saber si la muerte fue o no causada por la vacuna. Las causas de muerte incluyeron meningitis bacteriana, miocarditis viral, embolismo pulmonar, ketoacidosis diabética y convulsiones. El estudio de cada uno de esos 47 casos no logró demostrar que las muertes fueran causadas por la vacuna contra el VPH.
Para estudiar otras posibles enfermedades relacionadas a la vacuna, la Fuente de Datos de Seguridad de Vacunas (VSD) estudió a 600.558 mujeres que recibieron la vacuna y no se encontró ninguna relación con el síndrome de Guillain-Barré, derrames cerebrales, trombo embolismo venoso (coágulos), apendicitis, convulsiones y reacciones alérgicas graves (anafilaxis).
De igual modo, un estudio Danés en casi un millón de mujeres no encontró relación alguna entre la vacuna y enfermedades autoinmunes, neurológicas o formación de coágulos en las personas vacunadas. Un estudio francés que comparó a 211 mujeres vacunadas con 875 mujeres no vacunadas tampoco encontró que las vacunas causaran enfermedades neurológicas o autoinmunes.
Gracias a esa favorable evaluación, las autoridades sanitarias de los Estados Unidos ampliaron la vacunación a los varones en el 2009 y a niños mayores de 13 años a fines del 2011 y protegerlos de cánceres relacionados a los virus VPH, entre ellos el del ano, del pene, de la garganta y de las psicológicamente debilitantes verrugas genitales.
Pero no hay duda que esos sólidos estudios científicos no han convencido a cierto sector de la población de que la vacuna VPH es segura y debido a la aparición de raros casos –como el reporte en el diario local- aparentemente relacionados a la vacuna, se ha creado un movimiento anti vacuna mundial, el cual se ha alimentado por decisiones políticas de algunos gobiernos en el mundo, como el japonés por ejemplo.
En junio del 2013, después de recibir centenares de quejas de padres de niñas que se vacunaron contra el VPH, el ministro de salud japonés decidió retirar el apoyo al programa gubernamental de vacunación y dejar a la voluntad de los padres el vacunar o no a sus hijas. Dicha decisión ha hecho que en Japón, menos del 5% de las niñas estén recibiendo sus vacunas en este momento. Es importante entender –porque mucha gente cree que los gobernantes de países adelantados toman decisiones racionales y basadas en la ciencia- que la decisión del ministro de salud japonés no fue basada en datos científicos sino en puro temor político.
Al mismo tiempo, decenas de grupos anti vacuna sirven de cajas de resonancia al movimiento anti vacuna, atemorizando a padres de familia que con justa razón tratan de averiguar la verdad acerca de los efectos secundarios de la vacuna VPH.
Corolario
Este es un asunto delicado sin ninguna duda. Por un lado están los estudios científicos que nos dicen que después de analizar millones de vacunaciones, los efectos secundarios de la vacuna HPV son mínimos y que ciertos misteriosos y muy raros casos podrían ser debidos a cierta susceptibilidad personal que provoca daño en los nervios. Por otro lado, están los grupos anti vacuna que no solamente tratan de cambiar la actitud del público contra la vacuna VPH, sino contra todas las vacunas en general. Por supuesto que cada vida es preciosa y que es preciso explicar los raros efectos secundarios que algunas mujeres pueden presentar, ¿pero se imaginan cuantas personas discapacitadas estarían viviendo ahora si al primer caso de polio producido por la vacuna oral contra la polio se hubiera suspendido el programa?
Creo que cada persona debe buscar información y debe asesorarse adecuadamente, pero no debe dejarse llevar por titulares periodísticos que desacreditan una vacuna que tiene el potencial de hacer que el Perú salga del vergonzoso grupo de países en los que una enfermedad prevenible, como es el cáncer del cuello del útero, sea la primera causa de muerte entre sus mujeres. Por si no lo sabía, en el 2011, 1.603 mujeres murieron por cáncer del cuello del útero en el Perú, comparadas con 1.278 que murieron por cáncer de la mama.
De acuerdo a la evidencia científica actual, el beneficio de la vacuna VPH es inmensamente superior a sus potenciales efectos secundarios, lo cual no significa que no se sigan investigando sus posibles efectos secundarios, especialmente sobre el sistema nervioso.