Mi lista de inútiles
Una mirada a los útiles escolares de tus tiempos. En vísperas del inicio de clases un regreso a esas listas en papel periódico que nuestros padres sufrieron para completar
Siempre tuve la delirante costumbre de escribir los más inexplicables desvaríos en las últimas páginas de los cuadernos escolares. Breves epístolas de amor adolescente y abnegado, pensamientos insensatos sobre los profesores de colegio que se entregaban a mi educación por aquellos tiempos, ideas afiebradas que eran censuradas cada vez que tocaba el día de “la nota del cuaderno”. Antes de pasar por esa inútil evaluación (¿alguien puede explicarme el sentido de revisar si un cuaderno está limpio u ordenado para medir el coeficiente intelectual de los alumnos?), abría mi cartuchera metálica de “Los Caballeros del Zodiaco” para sacar a ese purificador de mi inestable conciencia: el siempre eficaz “Liquid Paper”.
Me gustaba el “Liquid” porque esfumaba esos errores cometidos en los manuscritos y porque era un cómplice para un fallido poeta de secundaria (como yo) que escribía versos incontrolables con purísima inspiración hormonal. Pero no solo eso. Ese líquido blanquecino también era un registro indeleble de lo equivocado, de lo imperfecto, era una cicatriz para esos textos hipercorregidos, que al final terminaban convertidos en heridos de guerra narrativa.
De esos útiles de antaño (que hoy son casi inútiles), rescataría el “Liquid Paper” no solo porque servía para difuminar las erratas y las frases para el olvido sino también porque era como un spray improvisado que ayudaba a perpetuar desde homenajes al graffiti en el salón de clases hasta perdurables declaraciones de amor. ¿Quién no escribió su nombre con esta suerte de témpera blanca improvisada? Una vez, cuando ya estaba en la universidad, me entregué a la ambigüedad de dos cariños bien correspondidos. En el argot de la calle, en el discurso de barrio, a eso le dicen “apostar a dos cartas” o “jugar a doble cachete”. No era un buen tipo a los 19 años. Tomé mi “Liquid Paper” y en una de las paredes del baño de letras decidí citar a los amigos de Ataque 77 y escribí: “Mi amor por vos es único, pero no es mi único amor”.
Creo que ese “Liquid Paper” fue mi último “inútil” escolar (de los clásicos) que utilice. Y ahora que he decidido volver a los manuscritos, que he decidido a liberarme de la laptop para reconciliarme con la máquina de escribir de mi papá, tendré que hacer mi lista de lapiceros, cuadernos, borradores y otras herramientas para volver a lo artesanal.
Necesito mi nueva lista de útiles para ir a alguna librería amigable que me venda todo a precio de amigo. ¿Aún venderán los lapiceros de varios colores, esos que parecían un micrófono de Karaoke? Una vez me regalaron esos lapiceros multicolores con olores a frutas y a plantas aromáticas. Un macho que se respeta no usa esos bolígrafos afeminados con colores apastelados. Apenas los recibí (fueron parte de un regalo cumpleañero) busqué a alguna amiga para regalarle la colección para que pinte su mundo de “Pequeño Pony” con el valor agregado del olor a fresa.
Mis mayores extravagancias fueron los tajadores. Tuve pelotas de fútbol, guitarras eléctricas y un transbordador Columbia con el cual viajaba hacia galaxias remotas usando el pasaporte permanente de mis pensamientos. Más que usarlo como afinador de la punta de mi lápiz Mongol 2.0, ese instrumento de escritorio era como un medio de transporte en miniatura que me convertía en astronauta cada vez que me quedaba solo en mi cuarto.
Si hoy tuviera que completar una lista de in-útiles escolares imaginaría tener en mis manos ese papel periódico con los más exigentes requerimientos:
1 Vinifán (Jaiiiiiiiiii) para forrar tu docena de cuadernos Loro.
1 Libro Escuela Nueva
1 Compás, un borrador Faber Castell, seis temperas Tekno y plumones para pintar en tu cuaderno de Arte (¿se acuerdan de esos cuadernos de Arte de hojas largas y rectangulares?)
6 Cuadernos Loro de 100 hojas rayadas
4 Cuadernos Loro de 100 hojas cuadriculadas
1 Lonchera Basa con el personaje televisivo de tu preferencia (mejor si son de Los Thundercats)
3 Láminas Huascarán con figuras del cuerpo humano y otros temas de Ciencias Naturales
1 Tajador que represente a cualquier elemento de la vida diaria (se aceptan tajadores con forma de escritorio)
Y finalmente…
1 Liquid Paper para que borres tus culpas
Leí mi libro Coquito, practiqué con el Palmer y siempre me pregunté cuántos años tenía Gustavo Pons Muzzo (ese autor repetido en los libros de historia). Me compraron un libro Baldor para reforzar mis matemáticas. Tuve cuadernos de 100 y 200 hojas (para Matemáticas y Lenguaje). Usaba cartucheras metálicas con mis personajes favoritos, tenía mi lonchera de “Los Thundercats” que compré en una arriesgada expedición por los alrededores de Mesa Redonda, a finales de los años ochenta. Recuerdo que después de algunas compra por esos mercados, el destino ineludible era la sede central de editorial Navarrete (el mismo lugar donde podías completar tus álbumes de figuritas).
Tuve esas reglas acuáticas (que tenían una suerte de riachuelo en su interior), llevaba mis cosas en un Trapper Keeper porque como buen chibolo alienado me creía Zack Morris y me convertí en una discoteca itinerante al llegar a las clases de Educación Física con mis zapatillas Troop con Luces. ¿Aún existen los lápices portaminas? ¿Existen las hojas tamaño carta o todo se redondeó en las A4? Aquellos ‘inútiles escolares’ también eran una manera de manifestar la madurez y crecimiento en medio de la pubertad. Siempre regreso a ese momento de 1993 cuando mi madre me quiso comprar un fólder de ‘Las Tortugas Ninja’ y yo le pedí que compre el que tenía a Lucerito en portada. Nada fue igual desde allí.
Estampé mis ‘Invencibles de Koyama’ en el abdomen de un compañero faltoso, destrocé mis “Indestructible de Bata” en una visita imperdonable a la playa ‘Cascadas’ en pleno horario de colegio, pienso que reviviría polos ‘vintage’ con el logo “Educación Física”. Llegué aún a esas generaciones que usaban chompas color plomo panza de burro peruano del Perú (perdonen la tristeza).
Analizo, reflexiono, me proyecto, voy en retrospectiva y llegó a esta idea que podría llevarnos a la paz mundial: debemos volver todos a esos útiles escolares, a ese espacio para producir intelectualmente sobre cuadernos y no sobre un teclado. Regresemos a los exámenes con mimeógrafo, a los borradores de papa, a los “Liquid Paper”. No nos refugiemos en el engañoso ‘Delete’ para expiar nuestras ideas fallidas y pecadoras. Que quede registrado en una mancha blanca lo que alguna vez estuvo mal. Para que exista una cuenta nueva primero debe haber un borrón. Ese es, quizá, el principal valor de esos lapiceros y tajadores que tenemos en el olvido: fueron las armas para vivir en constante aprendizaje después de saber que estuvimos equivocados.
¿Y cuáles fueron los útiles que más recuerdas de tus años escolares? ¿Cuáles fueron los más raros? ¿Qué tipo de loncheras usabas? ¿Leíste ‘Escuela Nueva’? ¿Aún guardas tus pósters de Huascarán?
Si te gusta este blog puedes acompañarnos en nuestra página del Facebook. Allí interactuamos con los nostálgicos casi a diario. Nos leemos allí también.
O si no nos encontramos en el Twitter. Allí soy @jovennostalgico
VAMOS CON LOS VIDEOS
["Los Indestructibles de Bata". Un comercial entrañable sobre esos zapatos de colegio que muchos alguna vez usaron]
["Loncheras Basa". Si la memoria no me falla, esa lonchera de los Thundercats que tuve era marca Basa. ¿Quién no tuvo una?]
[Otro ícono televisivo de aquellos años maravillosos: el comercial de" Vinifan".... JAAAAAIIIIIIIIIIIIII]
[Yo confieso que se me pegó esta canción por mucho tiempo. El comercial del siempre salvador "Liquid Paper"]
[¿Alguien tiene sus Temperas Tekno a la mano? ¿Ya se le pusieron como piedra?]
FUE AYER Y SÍ ME ACUERDO
Como ya saben, estos videos no representan, ni significan nada, solo tienen como rasgo común el estar instalados en el banco de nuestros recuerdos. Aquí la selección de esta semana.
[Pronto habrá post de rock peruano pero quise poner este adelanto con "Travesti" de Sangre Púrpura. ¿Qué te pasa Javier?]
[Otro ícono de nuestros tiempos, la reina del Meneíto, Natusha y este hit llamado "Tú la tienes que pagar". ¿Qué será de su vida?]
[Y a propósito de la campaña presidencial este himno del mundo político "Mentiritas" de Karolina]