¿Qué le deparará el 2016 a la Plaza de Acho?
Citotusa renunció a seguir gestionando Acho, tras solo dos años a cargo de la plaza. ¿Qué debe cambiarse en Acho?
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Citotusa abandonó Acho. La devolvió a su propietaria, la Sociedad de Beneficencia de Lima (SBLM). Asumió la ejecución de una fianza por 1,25 millones de soles, discutiéndose aún una penalidad adicional por 750 mil soles. Dejar Acho, que les costó –solo por alquiler− 1,8 millones de soles anuales, más 600 mil soles en remozarla en 2014 y asumir además tales penalidades, debe haber sido una decisión difícil, motivada por algo muy poderoso que debe solucionarse.
CITOTUSA, SU BALANCE
Lo positivo del balance de Citotusa: ambas ferias contaron con figuras del toreo y a los toreros peruanos –matadores, banderilleros y picadores− se les brindó respeto y honorarios –pagados en efectivo, no con entradas− que ninguna empresa les había dado antes. Erraron con el ganado colombiano en 2014, pero rectificaron en 2015 y trajeron toros españoles, tras obtener la autorización de importación del Servicio de Sanidad Agropecuaria (Senasa); se sabía que era posible, desde que esta página entrevistó al entonces director de Senasa, en marzo de 2013. Pero nadie lo hizo, hasta que Citotusa asumió el arduo trabajo y puso el dinero. Con ello, han abierto un utilísimo camino para la tauromaquia en el Perú y se logró una feria que dejó, en términos generales, satisfecha a la afición. Gestionaron Acho formalmente, sin toros remarcados, corraleados, o de ganaderías ignotas. Presentaron lo anunciado y en 2014 le dieron a la plaza un costoso mantenimiento −aunque insuficiente; ¡Acho aún necesita tanto!− que se requería, tras tantos años de lavadas de cara superficiales, solo para salir del paso.
Lo negativo: primero, su espantá, dejando a Acho en la estacada. Su habitual inacción hasta que los plazos casi se vencían, asumiendo a última hora costos elevados, descuidando la promoción de la feria, comprando toros muy tarde; la falta de trapío de algunos astados españoles fue una muestra de ello. Un silencio casi autista, opuesto a lo que necesita un espectáculo masivo, alentando rumores propagados por los que deseaban que Citotusa se fuese. No tener en Lima un gerente permanente, que dominase y gestionase lo taurino y con suficiente mano izquierda para negociar con la SBLM, para poner en su sitio a la Municipalidad del Rímac y para, con tiempo suficiente, crear el ambiente que todo espectáculo requiere. Por último, organizar una feria notable −sobre el papel− en 2015, pero con Acho en estado lamentable, sin pintarse e inclusive sucia, a pesar de subir los precios de las entradas y volverlas a fijar −como antes de 2014− al nivel más elevado del mundo taurino.
EL FUTURO DE ACHO
Acho está de nuevo sin empresa taurina. Todos se preguntan por su futuro. No cabe duda que la tauromaquia está en auge en el Perú; se dan más de 650 festejos taurinos cada año, con decenas de toreros españoles, franceses y americanos, con toros nacionales y colombianos. Pero Acho es icónico, el buque insignia de la tauromaquia en el Perú. Para millones de peruanos, es el faro que los guía. Por ello, la responsabilidad de la SBLM, que debe gestionarla correctamente, es enorme. Tres millones de aficionados peruanos −que asisten a esas más de 650 corridas− observarán atentamente lo que la SBLM, con el alcalde Luis Castañeda detrás, haga o deje de hacer.
El principal problema de Acho es su costo de piso de plaza por cada corrida. Dividamos 1,8 millones de soles entre cinco corridas de feria. ¡Una fortuna que los espectadores deben pagarle a la SBLM! Con un punto de equilibrio de 4 mil asistentes por tarde, cada persona asume 90 soles por corrida (USD 30), solo por costo de piso de plaza, fuera de toros, toreros y gastos adicionales. En cualquier plaza del mundo, una entrada económica cuesta menos que esos 30 dólares. Si en Acho ese es el costo inicial, el precio final de cada entrada resulta inalcanzable para la mayor parte del público.
Si la SBLM persiste en esa modalidad de arriendo de Acho, acabarán −más pronto que tarde− con su inmueble más importante. El costo de piso de plaza debe reducirse, bajando así el precio de las entradas, induciendo a que haya más espectadores en Acho. La SBLM debe fijar una base de alquiler mucho menor –no más de 500 mil soles al año−, participando de un porcentaje importante de la utilidad operativa de la empresa, permitiendo que dicha empresa organice –directamente o en subarriendo− muchos más festejos taurinos y espectáculos culturales a lo largo del año y reinvirtiendo parte de lo obtenido en la plaza. Pretender mantener esos 1,8 millones anuales, será la debacle para Acho.
Preparar la nueva convocatoria para arrendar Acho requerirá del concurso de gente que sepa del tema y capaz de idear soluciones imaginativas que sean rentables a largo plazo para la SBLM, reflotando Acho como el crisol cultural que ha sido a lo largo del último cuarto de milenio.
¿SOLO RUMORES?
¿ACHO TRANSFERIDA A LA MUNICIPALIDAD DE LIMA?
Se dice que la SBLM estaría planteando la posibilidad de transferir la propiedad y gestión de la Plaza de Acho a la Municipalidad de Lima. Si la municipalidad −sujeta a vaivenes políticos, pendulares e inciertos muchas veces−, jamás se ha ocupado de poner en valor los alrededores de Acho y mucho menos el monumento en sí, a pesar de ser uno de los puntales de la declaración de Unesco que establece que Lima es Patrimonio de la Humanidad ¿por qué cabría esperarse de la municipalidad un mejor tratamiento de la plaza en el futuro?
Si para la SBLM Acho es su inmueble más importante, el que siempre ha manejado con tanta desidia y descuido ¿por qué debería esperarse que la Municipalidad de Lima, que tiene tantas cosas por resolver en la ciudad y que evidentemente, la rebasan, sería capaz de mejorar lo que hace (o más bien, no hace, pero podría hacer) la SBLM?
¿Quién asegura que si esta administración municipal condujese con mediano acierto Acho, lo mismo se mantuviese dentro de cuatro años, con una nueva administración municipal, no reelegible?
Sería pues, una idea descabellada, que contaría con enorme oposición de la opinión pública.
LA BENEFICENCIA DE LIMA RECTIFICA Y DECIDE TOMAR ACCIÓN POR LOS 250 AÑOS DE ACHO
Pero parece necesitar que se ponga en perspectiva la importancia del notable aniversario; un cuarto de milenio no es cosa baladí.
La SBLM anunció que el pintor Gerardo Chávez donará un afiche conmemorativo del cuarto de milenio y que han decidido pintar la plaza; sin embargo, no han aclarado si será una simple mano de pintura, que durará poco, o un trabajo a fondo, resolviendo las causas de la humedad que afecta a los machones de adobe que sostienen los tendidos y que es la causa de que una simple mano de pintura no dure más allá de 30 semanas.
También, que emitirán una medalla de plata para los ganadores del Escapulario de Oro. Hay con vida 30 ganadores del escapulario, de los cuales cinco son peruanos. ¿Traerán a Lima a esos 25 toreros para que reciban la medalla y estén presentes en el homenaje? Eso sí sería importante. Porque, de lo contrario, hacer medallas para que las reciba cualquier aficionado peruano, dizque “en representación” de tal o cual diestro, sería algo deslucido y decepcionante. Para eso, mejor no hacer la medalla.
Por cierto, ya se trajo a Lima a esos toreros en el 50 aniversario de la Feria del Señor de los Milagros, cuando los ganadores del escapulario que aún podían torear, lo hicieron en un festival en Acho, lidiando cada uno un novillo.
Si para los 250 años de Acho, algo de mayor trascendencia que el quincuagésimo aniversario de la feria, se emitiese una medalla y los ganadores del escapulario no viniesen a Lima a recibirla y si aquellos aún en capacidad de actuar, no toreasen en Acho, lo de la medalla sería algo muy deslucido e inane. Todo ello requeriría de fondos (propios o de auspicios), tiempo para invitarlos y organizarlo, asegurando su presencia y si, como sería indispensable, hubiese un festival de 8 novillos con la participación de esos ganadores del escapulario, tiempo para que se preparasen y entrenasen.
Además, sería indispensable −al menos− una corrida goyesca con tres figuras del toreo.
LA IMPORTANCIA
−Acho es un crisol cultural vivo, a la vez que un monumento con 250 años de antigüedad. Mal gestionado, pero siempre es posible rectificar.
−Por ello, es indispensable que la SBLM invierta en recuperar la marca que es Acho, aprovechando sus majestuosos atributos.
OTRO GRAN OBSTÁCULO PARA RECUPERAR LA PLAZA DE ACHO, LA MUNICIPALIDAD DEL RÍMAC
Aparte del 18% del IGV, la Municipalidad del Rímac percibe 10% de lo que recauda Acho, encareciendo aún más las entradas. Además, cobra derechos para autorizar corridas, carteles, toreros y ganaderías. Por último, impone multas; enormes, exageradas, injustificadas y no especificadas en el Reglamento Taurino del Rímac, ni en su TUPA. Si ello se reinvirtiese en mejorar los alrededores de Acho o en asegurar la seriedad del espectáculo, estaría justificado. Pero ni una cosa ni la otra. Adoquinar el Jr. Hualgayoc, una cuadra más allá de Acho, no es importante ni mejora la zona.
Sin embargo, la municipalidad exigió a Citotusa 250 abonos gratuitos antes de la feria. ¿Por qué, para qué, basados en qué y su destino, fiscalizado por quién? Citotusa entregó “solo” de 130 a 150 entradas para cada corrida. Los organizadores del festival del 21 de noviembre y los del 6 de diciembre se negaron a ello. El alcalde Enrique Peramás debe explicarlo y rendir cuentas.