Masacre y Assassin: 29 de agosto en Lima
Al parecer hay una ligera resurrección de conciertos internacionales en nuestra ciudad y algo de lo que llega a Sudamérica, estará por acá. De entre las fechas que están programadas, una de las más interesantes es el pequeño festival de bandas que incluye a Masacre de Colombia y a Assassin de Alemania, que se realizará el 29 de agosto. De hecho, un cartel interesante, como pocos en Lima (quizás comparable al Kreator/Exodus de hace unos años o a aquel algo lejano de Destruction/Kreator).
La más atractiva de ambas bandas a primera vista, uno podría pensar, que son los alemanes, por el peso de ese país antes que de la banda misma, pero en mi opinión se trata más bien de los colombianos.
Assassin produjo dos notables discos en los 80, Upcoming Terror e Interestellar Experience, que fueron muy bien recibidos entre los fans del thrash metal teutón. Su silenciamiento por más de una década los convirtió en una banda de culto (circunstancia que convirtió, en realidad, a todas las bandas de thrash metal buenas o malas, conocidas o desconocidas, en bandas de culto). Volvieron (como casi todos) a comienzos del siglo XXI con un disco, The Club, y la verdad no pasó nada, muy flojo el retorno, y este año han editado Breaking the Silence, un disco mejor, en la línea del Upcoming Terror, pero con una notable mejora en el sonido y algunos visos modernos. Cumplidor. Sin embargo, con lo buenos que pueden ser (y es bastante) Assassin se sitúa en el furgón de cola de una corriente ya establecida con poco que aportar en el crecimiento de esta, salvo el hecho de mantenerla, algo no desdeñable tampoco.
En el caso de Masacre, la circunstancia es otra. Primero se trata de una banda que se nutre del impacto que produjo Slayer y luego el death metal en América del Sur. Como sabemos, aunque aquí, en los países andinos, hay una historia previa de rock pesado y heavy metal, fue el metal extremo, el thrash, el hardcore y sobre todo el híbrido death/thrash de sonido más “chacal”, el que da los más grandes réditos entre fines de los 80 y comienzos de los 90. En medio de ese florecimiento negro, surgen bandas produciendo demos y en algún caso algún disco. Ese es el caso de Masacre. Hubo cierta actividad de conciertos y pequeñas giras completamente apoyadas en el underground metálico, vivaz y agresivo de entonces. En Lima tuvimos, luego de los conciertos organizados del Grupo Pacífico, y gracias a Underground discos, (en aquellos años dirigidos por Raúl Necronomicón y Hugo Satán), yo me acuerdo que salía del colegio e iba a la tienda, y a la del “Rondero”, a pasar las horas escuchar metal y cuando tenía plata, grabarme algo, los conciertos de Sadism y Torturer (Chile) y luego el de Masacre de Colombia (me acuerdo que promocionaban a Atomic Agressor, primero, por ahí tengo el volante).
Masacre en aquellos años era muy escuchado entre los headbangers de la nueva hornada. Había mucha euforia por lo logrado por Sepultura y se creía que otras bandas sudamericanas podían dar el gran salto. Masacre, además, tenía el atractivo de cantar en español y sobre otra clase de temas, ellos desarrollaban la temática de la muerte pero desde el punto de vista poco metafórico de los conflictos armados internos en nuetras sociedades. Algunos dieron en llamar eso death metal realista. No está mal.
Recuerdo que el concierto fue en una campo deportivo municipal, ahorita no recuerdo el nombre (curiosamente el volante no lo dice). Y todos recordamos que durante la actuación de Kranium el escenario se vino abajo y Masacre tuvo que tocar al nivel del suelo (más subtes). Fue una gran noche. Telonearon los ya mencionados Kranium, Necropsya y Desarme (creo que tocó una banda llamada Afronte, aparece en el volante, pero los volantes de entonces mentían mucho y es complicado guiarse de ellos).
Por qué cuento esto, pues porque Masacre tiene muchos puntos de contacto con nosotros, sus temáticas, relacionadas con la crónica guerra interna que aún asola a Colombia y la incompetencia de un Estado, las más de las veces corrupto, coincidían también con nuestros problemas y fueron de las primeras bandas con éxito del metal sudamericano, con una personalidad sónica por sí misma, no un mero continuador, sino un iniciador de una de las formas de ser headbangers, la nuestra. La realidad colombiana no parecía tan lejana de la nuestra y el éxito de una banda de ese país de alguna manera nos decía que de nuestra escena también podía surgir algo equiparable.
Masacre, además, ha continuado lanzando discos durante la década del 90 y en este siglo (tres más y numerosos lanzamientos extras de Ep’s y otros materiales), afianzando su capacidad musical y su renombre (para los que creen que se quedaron en aquel glorioso Requiem de 1992).
Visto así, y deseando que la noche del 29 de agosto sea genial, sugiero que la banda que abra sea Assassin y Masacre la que cierre. ¿Por qué vamos a estar siempre por detrás de los europeos? Creo que la escena local estaría más satisfecha así. Se trata de dos excelentes bandas, pero más significación tiene para nosotros (y yo creo que en balance, más para el metal en general) Masacre que Assassin.